Claves para evitar accidentes en el agua

Noticias de Ciencia/Salud: Domingo 13 de diciembre de 2009 Publicado en edición impresa
Para disfrutar sin riesgo de las piletas y los deportes acuáticos
Pediatras elaboraron un documento para prevenir el ahogamiento, que es la segunda causa de muerte en menores de 15 años
Fabiola Czubaj
LA NACION
El calor ya invita a zambullirse en la pileta o a preparar el kayak o la moto acuática para disfrutar del río o del mar. Por eso es muy oportuno tomar algunas precauciones con los chicos y los adolescentes para evitar los accidentes.
Pero ¿cuál es el mejor chaleco salvavidas? ¿Hay que usar casco para andar en moto de agua? ¿Sirve la matronatación para aprender a nadar? ¿Cuándo se considera segura una pileta? ¿Conviene zambullirse en un espejo de agua? ¿Cuándo es seguro llevar un bebe a bordo?
Las respuestas, elaboradas por un grupo de pediatras especializados en prevención de accidentes, ayudan a evitar el ahogamiento, la segunda causa de muerte en los menores de 15 años. "La «noción del peligro», que es un conjunto de percepciones y aprendizajes que resguardan la integridad física, se adquiere a alrededor de los 4 años", precisan los autores del Consenso Nacional de Prevención del Ahogamiento de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).
Esa es la mejor edad para empezar con las clases de natación, que suelen ser más efectivas cuando están a cargo de un profesor y no de un familiar. El contacto previo con el agua, como ocurre con la matronatación, "sirve para que el chico tome confianza con el agua y que aprenda a disfrutar y a respetar el agua, pero no para que aprenda a nadar ni a mantenerse a flote; además, puede generar en los padres una falsa sensación de seguridad. Con la primera bocanada de agua que traga un chico, ya no puede gritar ni pedir ayuda", explicó el doctor Carlos Nasta, presidente de la Subcomisión de Prevención de Accidentes de la SAP y redactor del documento.
Junto con él, 38 pediatras revisaron todas las normas nacionales e internacionales para prevenir los factores de riesgo asociados con las actividades en el agua de chicos y de adolescentes. El trabajo reveló una gran desorganización de esas normas. "Existe una gran desinformación y una gran dispersión de la información, que también es ambigua, contradictoria o deformada. Esto es apenas un puntapié fundacional a un documento serio y ordenado."
El chaleco, incluido para los menores de 4 años, se debe comprar según el peso y no la edad de los chicos. Debe mantenerlos a flote, con la cabeza fuera del agua; tener una abertura en el frente, con tres broches de seguridad como mínimo y una correa no extensible, que una la parte delantera y trasera por la ingle con un broche.
Los expertos desaconsejan el uso de brazaletes inflables, colchonetas, cámaras de automóvil o los salvavidas anulares clásicos de las embarcaciones porque "no ofrecen ninguna garantía", ni siquiera en una pileta segura.
En los arroyos, los ríos, las lagunas o el mar, la turbidez, los pozos de agua y la contracorriente actúan como "trampas" para los chicos, ya que facilitan el desplazamiento del cuerpo al sumergirse e impiden reconocer rápidamente signos de agotamiento. Para ingresar en un espejo de aguas oscuras, recién a partir de los 8 o 10 años, un chico debe hacerlo caminado lentamente y de la mano de un adulto. La primera inmersión es conveniente hacerla con zapatillas livianas para evitar lesiones.

Edades adecuadas para navegar
El consenso recomienda no llevar a pequeños de hasta 2 años a bordo de embarcaciones de remo (kayaks, canoas, piraguas o botes), con motor fuera de borda (gomones, motos de agua o lanchas pescadoras) o con velas. A partir de los 2 años, pueden hacerlo, pero con chaleco y junto con un adulto que sepa nadar.
El uso del optimist está permitido a partir de los 8 años, con vigilancia; el kayak y la piragua, desde los 10 años con curso de entrenamiento y chaleco; las motos de agua, a partir de los 16 años, a baja velocidad y con el chaleco puesto. "El uso del casco es polémico -se lee en el documento, que se puede conseguir en la SAP-. Sus ventajas ante un vuelco en el agua son obvias. Su desventaja sería la sofocación por la correa de seguridad y el ahogamiento al llenarse de agua."
Siempre, los expertos recomiendan que el responsable de supervisar las actividades en el agua no se distraiga, tenga visión directa de los chicos y conozca las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP), que evitan la muerte inminente.

CHICOS ROCIADOS CON PESTICIDAS TRABAJAN COMO BANDERAS HUMANAS.

Quien sabe que se comete un crimen y no lo denuncia es un cómplice

José Martí

El 'mosquito' es una máquina que vuela bajo y 'riega' una nube de plaguicida.

'A veces me agarra dolor de cabeza en el medio del campo. Yo siempre llevo remera con cuello alto para taparme la cara y la cabeza'.
Gentileza de Arturo Avellaneda arturavellaneda@ msn.com


LOS NIÑOS FUMIGADOS DE LA SOJA

Argentina / Norte de la provincia de Santa Fe

Diario La Capital

Las Petacas, Santa Fe, 29 septiembre 2006

El viejo territorio de La Forestal, la empresa inglesa que arrasó con el quebracho colorado, embolsó millones de libras esterlinas en ganancias, convirtió bosques en desiertos, abandonó decenas de pueblos en el agujero negro de la desocupación y gozó de la complicidad de administraciones nacionales, provinciales y regionales durante más de ochenta años.
Las Petacas se llama el exacto escenario del segundo estado argentino donde los pibes son usados como señales para fumigar.
Chicos que serán rociados con herbicidas y pesticidas mientras trabajan como postes, como banderas humanas y luego serán reemplazados por otros.
'Primero se comienza a fumigar en las esquinas, lo que se llama 'esquinero'.
Después, hay que contar 24 pasos hacia un costado desde el último lugar donde pasó el 'mosquito', desde el punto del medio de la máquina y pararse allí', dice uno de los pibes entre los catorce y dieciséis años de edad.
El 'mosquito' es una máquina que vuela bajo y 'riega' una nube de plaguicida.
Para que el conductor sepa dónde tiene que fumigar, los productores agropecuarios de la zona encontraron una solución económica: chicos de menos de 16 años, se paran con una bandera en el sitio a fumigar..
Los rocían con 'Randap' y a veces '2-4 D' (herbicidas usados sobre todo para cultivar soja). También tiran insecticidas y mata yuyos.
Tienen un olor fuertísimo.

'A veces también ayudamos a cargar el tanque. Cuando hay viento en contra nos da la nube y nos moja toda la cara', describe el niño señal, el pibe que será contaminado, el número que apenas alguien tendrá en cuenta para un módico presupuesto de inversiones en el norte santafesino.
No hay protección de ningún tipo.
Y cuando señalan el campo para que pase el mosquito cobran entre veinte y veinticinco centavos la hectárea y cincuenta centavos cuando el plaguicida se esparce desde un tractor que 'va más lerdo', dice uno de los chicos.
'Con el 'mosquito' hacen 100 o 150 hectáreas por día. Se trabaja con dos banderilleros, uno para la ida y otro para la vuelta. Trabajamos desde que sale el sol hasta la nochecita. A veces nos dan de comer ahí y otras nos traen a casa, depende del productor', agregan los entrevistados.
Uno de los chicos dice que sabe que esos líquidos le puede hacer mal: 'Que tengamos cáncer', ejemplifica. 'Hace tres o cuatro años que trabajamos en esto. En los tiempos de calor hay que aguantárselo al rayo del sol y encima el olor de ese líquido te revienta la cabeza.
A veces me agarra dolor de cabeza en el medio del campo. Yo siempre llevo remera con cuello alto para taparme la cara y la cabeza', dicen las voces de los pibes envenenados.
-Nos buscan dos productores.
Cada uno tiene su gente, pero algunos no porque usan banderillero satelital.
Hacemos un descanso al mediodía y caminamos 200 hectáreas por día.
No nos cansamos mucho porque estamos acostumbrados.
A mí me dolía la cabeza y temblaba todo. Fui al médico y me dijo que era por el trabajo que hacía, que estaba enfermo por eso', remarcan los niños.
El padre de los pibes ya no puede acompañar a sus hijos. No soporta más las hinchazones del estómago, contó. 'No tenemos otra opción. Necesitamos hacer cualquier trabajo', dice el papá cuando intenta explicar por qué sus hijos se exponen a semejante asesinato en etapas.
La Agrupación de Vecinos Autoconvocados de Las Petacas y la Fundación para la Defensa del Ambiente habían emplazado al presidente comunal Miguel Ángel Battistelli para que elabore un programa de erradicación de actividades contaminantes relacionadas con las explotaciones agropecuarias y el uso de agroquímicos.
No hubo avances.
Los pibes siguen de banderas.
Es en Las Petacas, norte profundo santafesino, donde todavía siguen vivas las garras de los continuadores de La Forestal.
Fuente: Diario La Capital, Rosario, Argentina

lunes, 17 de enero de 2011

La meditación, una práctica que gana seguidores cada día

14 ENE 11 | Muchos médicos la recomiendan por sus beneficios

En los últimos cinco años, la cantidad de gente que asiste a los principales centros de enseñanza del país se triplicó. Dicen que mejora la conexión entre neuronas y reduce el estrés y la presión arterial.

Clarin.com
Por Valeria Román

La mente vuelve al pasado y recupera momentos de discusiones, culpas y recriminaciones. Pasa al futuro y se preocupa por lo que le falta o por lo que puede perderse, y se enreda en pensamientos negativos. Hasta que se toman clases de meditación y todo empieza a cambiar. La mente puede aquietarse y mantenerse en el presente, un logro simple pero con tantos beneficios para la salud que más argentinos están dispuestos a conseguir. En los principales centros donde se enseña a meditar en la Argentina se han triplicado los asistentes durante los últimos cinco años.





Se trata de una práctica simple y milenaria, que fue desarrollada en Asia a través de diferentes técnicas y que ahora gana legitimación dentro de la comunidad científica y médica. Se han realizado más de 2.000 estudios que evalúan en algún aspecto la práctica de meditación, tanto para personas sanas como para las que sufren algún tipo de enfermedad. Y los resultados son favorables a la práctica. Por empezar, no tiene efectos colaterales y permite obtener una perspectiva diferente frente a situaciones estresantes y reducir emociones negativas.

“A través de la meditación, ya está comprobado que se producen cambios en las conexiones neuronales del cerebro, y hay modificaciones notables en la concentración, la memoria y el sueño”, cuenta Alejandro Chaoul, argentino, doctor en religiones tibetanas y profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Texas, en los Estados Unidos. Este especialista también trabaja con los beneficios de la meditación para los pacientes con cáncer. “En pacientes oncológicos encontramos que la meditación mejora su calidad de vida y la adherencia al tratamiento convencional”.

Aunque un paciente generalmente espera que los médicos le receten fármacos, ya hay profesionales que aconsejan también la meditación como complemento de los tratamientos para desórdenes como alergias, trastornos de ansiedad, depresión, fatiga crónica, enfermedad cardíaca, hipertensión, dolor crónico, obesidad problemas del sueño y drogadicción. “Se está utilizando para las personas con psoriasis y con esclerosis múltiple, entre otras patologías. En esos casos, la mejoría se nota en la aceptación de la enfermedad, la adaptación para funcionar en su verdad cotidiana y el estado de ánimo de los pacientes”, agrega Fernando Torrente, jefe de psicoterapia del Instituto de Neurología Cognitiva. La meditación ayuda a convivir con la enfermedad. Y al que no está enfermo, lo auxilia para desacelerarse frente al ritmo frenético de la sociedad actual.

Además de las clases en los centros privados, la meditación tiene espacio en hospitales públicos como el Hospital Presidente Perón de Avellaneda y en lugares públicos. Por ejemplo, el encuentro “América Medita”, organizado por la Fundación El arte de vivir, contó con 17.370 personas en 44 ciudades argentinas en octubre pasado. “Es increíble la cantidad de personas que se anotan para nuestro campo de verano en Córdoba, que consiste en un retiro para meditar”, cuenta Toshiro Yamauchi, de la Asociación Zen de América Latina. El lunes y martes pasado, en el conocido parador CR de Pinamar, se realizó una meditación masiva, con muchísima concurrencia.

¿Por qué gana seguidores? “Nada está garantizado, ni con seguros ni cajas fuertes”, responde Moira Lowe, de la coordinación de Universidad Espiritual Mundial Brahma Kumaris. “Con la meditación, el alma se aquieta y, frente a situaciones de peligro, se pueden tomar buenas decisiones. No es poner la mente en blanco, sino calmarse para sentirse seguro”.

El origen

La meditación tiene origen en Asia. Diferentes culturas la desarrollaron a través de distintas técnicas desde hace más de 2.000 años. En la tradición del Tíbet, se habla de 84 mil técnicas, cada una efectiva para sobreponerse al apego, confusión, celos, orgullo e ira. Uno de los símbolos es el Om (imagen): se usa como un sonido para calmar y enfocar la mente, explica Alejandro Chaoul.


20 MAY 10 | Dr. Claudio Naranjo, médico psiquiatra
La ciencia reconoce la importancia de la meditación
Aunque pueda sonar llamativo, de acuerdo con la información disponible en una de las bases de datos más respetadas dentro de la comunidad científica internacional hasta la fecha se han publicado más de 1800 trabajos científicos sobre la meditación.

CyTA

Para el doctor Claudio Naranjo, médico psiquiatra, investigador y uno de los pioneros de la psicología transpersonal, la meditación puede hacer grandes aportes a la ciencia y la educación.

(Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. Un cuento sufí –de la doctrina mística del Islam– relata la historia de Nasrudin quien pierde sus llaves en el camino, y las empieza a buscar debajo de la luz del farol. A medida que pasa el tiempo se suman vecinos a ayudarlo a encontrarlas, pero luego de mucho tiempo, la búsqueda ha sido en vano. Finalmente, uno de los vecinos le pregunta a Nasrudin, “¿Seguro que las perdistes aquí?”, “No”, responde Nasrudin. “¿Entonces por qué las buscas aquí?”, le preguntan, y el responde: “Porque en esta esquina hay luz, mientras que la otra esquina está muy oscura.”

En cierta medida, el relato refleja los condicionamientos que regulan la mente y el comportamiento humano en la vida cotidiana, en el modo en que se imparte la educación a los niños y la manera en que se ejerce la práctica científica, entre otros ámbitos de la vida, según se destacó recientemente en la conferencia “La meditación, su importancia en el campo de la ciencia y la educación”, brindada por uno de los pioneros de la psicología transpersonal, el doctor Claudio Naranjo, en el auditorio de la Facultad de Medicina de la UBA.

Para el médico psiquiatra Naranjo, que ha sido investigador de la Universidad de Berkeley (Estados Unidos) y es fundador del Instituto SAT de psicoterapia integradora, la meditación constituye una herramienta que puede ayudar a “encontrar las llaves” allí donde se encuentran y no dónde es más fácil buscarlas. De acuerdo con Naranjo la meditación puede servir “para que el mundo científico pueda distinguir entre la ciencia propiamente tal y el cientificismo dogmático”. Asimismo consideró de gran relevancia el aporte que las dimensiones de la meditación pueden hacer en el campo de la educación tales como “la paz interior, la atención a las propias vivencias y otras que favorecen no sólo la salud mental, sino también el desarrollo interior de las personas, más allá de sus capacidades de producción.”

Estudios científicos sobre la meditación

Durante la conferencia, se subrayó que si bien muchos científicos consideran a la meditación un fenómeno muy abstracto, hasta la fecha figuran más de 1800 trabajos publicados en PubMed, una de las bases de datos más respetadas dentro de la comunidad científica. Estos estudios incluyen evidencias sobre los efectos de la meditación en la conciencia y en la atención, entre otras habilidades.

Por ejemplo, un trabajo publicado en el Proceedings of the National Academy of Science –realizado por investigadores de la Universidad de Wisconsin en Estados Unidos– se centró en el estudio comparativo de la actividad cerebral de personas que habían realizado meditación en prolongados períodos de tiempo frente a personas que no habían meditado. El análisis de los encefalogramas mostró que la actividad cerebral en ambos grupos era diferente.

Otro trabajo publicado por el grupo de R. Davidson en PLOS Biology revela que la práctica de la meditación afecta la capacidad de atención en estado de vigilia. Tras realizar una serie de ejercicios, los autores del trabajo observaron que los meditadores tienen una mayor capacidad para discriminar entre dos objetos que son expuestos en un muy breve lapso del tiempo. De acuerdo con los investigadores, los meditadores tenían esa habilidad dado que la energía del cerebro estaba concentrada en la atención focal y no tanto en pensamientos discursivos o en emociones.

Asimismo la revista PLOS One publicó en 2008 los resultados de un trabajo realizado en el campo de la biología molecular. En el estudio –que tuvo lugar en el Hospital General de Massachussets por científicos del Instituto Benson-Henry de Medicina Mente-Cuerpo– participaron personas que habían practicado meditación a lo largo de un lapso de entre 4 y 20 años, y otras que habían tenido poco o nulo acceso a esa práctica. En ellos se evaluó la respuesta de relajación, que es la opuesta a la respuesta de estrés, por medio de análisis de genómica funcional en muestras de sangre. Lo novedoso del estudio fue el concepto de estudiar a la respuesta de relajación por sí misma, ya que siempre se la contemplaba como un fenómeno que se origina luego de un episodio de estrés. Los investigadores descubrieron que los meditadores poseían un perfil de expresión genética característico en la sangre que permitía diferenciarlos de lo no-meditadores o de las personas que habían participado de un curso de meditación breve (8 semanas). Tanto en éste como en los otros estudios se concluyó que el tiempo dedicado a la meditación correlacionaba de manera positiva con los efectos que se estudiaban. En otras palabras, los efectos de la meditación son acumulativos, esto es, que es necesario realizar una práctica constante para ver sus resultados.

Por otra parte, fue importante detectar que los efectos derivados de la meditación se manifiestan también en el estado de vigilia, o sea cuando no se está meditando, por lo que se concluyó que la meditación posee efectos directos sobre las actividades diarias.

Por otra parte, desde el 2002 la revista Nature incluye en sus revisiones a la meditación como una actividad a través de la cual se influye al sistema nervioso.

Una de las iniciativas que ha fomentado el avance del estudio científico de la meditación proviene del Instituto Mente y Vida, con sede en Estados Unidos. Este instituto promueve la colaboración entre científicos y destacadas figuras del budismo que tienen como objetivo ampliar la comprensión del conocimiento a fin de generar un aporte no solo para el avance de las ciencias sino del desarrollo humano en todas las dimensiones de la vida.

En el prólogo del libro “Emociones destructivas” de Daniel Goleman (Editorial Vergara), el Dalai Lama escribe: “El budismo y la ciencia no son visiones contrapuestas del mundo, sino enfoques diferentes que apuntan hacia el mismo fin, la búsqueda de la verdad. La esencia de la práctica budista consiste en la investigación de la realidad, mientras que la ciencia, por su parte, dispone de sus propios métodos para llevar a cabo esa investigación. Tal vez, los propósitos de la ciencia difieran de los del budismo, pero ambos ensanchan nuestro conocimiento y amplían nuestra comprensión”. Y agrega: “Como demuestran los diversos encuentros organizados hasta el momento por el Instituto Mente y Vida, son muchos los ámbitos en los que el budismo puede contribuir al conocimiento científico”.

Meditación y ciencia

De acuerdo con Naranjo, a través de la meditación la ciencia podría despojarse del cientificismo: “Llamo cientificismo a una arrogancia que históricamente se desarrolló en la ciencia cuando libró su batalla contra la fe, en los orígenes del iluminismo, en los siglos de las luces, en el siglo de Voltaire, cuando se destronaron a los reyes, cuando se cuestionaron a las autoridades eclesiásticas como nunca antes. Es la única forma que tuvo la razón para triunfar, empleando argumentos envueltos de un autoritarismo equivalente de signo contrario. El dogmatismo religioso fue combatido con el dogmatismo de la razón.”

Sin embargo, el profesor Naranjo, señaló que en la actualidad hay algo anacrónico en ese dogmatismo científico. “Los científicos suelen sentir que no se pierden mucho con descartar sobre aquello sobre lo cual la razón no puede pronunciarse, y los del mundo de la intuición sienten que los científicos se pierden mucho porque una persona que tiene despierto ese otro sentido de la intuición, abierto al camino de la experiencia se puede acercar a esa sabiduría que equivale a una vida plena”, afirmó.

Para el experto, a la ciencia le falta capacidad de síntesis y suele separar la razón de la intuición, cuando ambas capacidades podrían integrarse. “En la ciencia está esa tendencia de no “ver cosas demasiado difíciles, de no buscar la llave ahí donde está oscuro, sino más bien a la ‘luz de las lámparas’, a la luz del intelecto”, destacó. Y agregó que la meditación puede contribuir a esa capacidad de síntesis de las diversas dimensiones de las personas (intelecto, emociones e instinto, entre otros aspectos) tanto en el campo de la educación como en la práctica científica.

“Hay en cada persona una falta de paz, y esa falta de quietud y de estar en paz consigo mismo y con la vida no es algo irrelevante a la paz del mundo. Entonces la quietud es una practica meditativa que tiene muchas formas, está en muchas tradiciones como el hinduismo, el budismo, el taoísmo y sufismo, entre otras”, indicó Naranjo. Y agregó que la quietud –que es un aspecto de la meditación- cura automatismos del pensamiento y de la actitud.

“Estamos siempre en movimiento, estamos haciendo siempre esto, siempre haciendo aquello, y no nos damos cuenta de nuestra compulsión del hacer, de movernos, de la compulsión de querer llenar el vacío de nuestro ser con algo, con el próximo movimiento, con el próximo proyecto, con el próximo logro, con el próximo pensamiento. Pascal lo dijo hace siglos:’el problema del mundo es que la gente no sabe quedarse quieta en su cuarto’”, destacó el médico psiquiatra.

Pero no solo interesa el quedarse quieto, el detener la mente, el silenciar el pensamiento, interesa también lo que parecería que es lo contrario, afirmó Naranjo. Y prosiguió: “Se puede decir que hay en la meditación una dimensión que va de la luz roja del ‘quieto’ a la luz verde de ‘la invitación a fluir (dejar fluir la mente)’. Se trata de una complementariedad que la conocen muy bien los meditadores, sobre todo en la tradición Zen, en la que se insta a una imagen que se usa mucho que uno debe dejar que la mente sea como el cielo que es móvil e imperturbable pero por el cual pasan las nubes, como una entrega a la corriente de la vida.”

“Es como una invitación a dejarse llevar por algo desconocido, invitar a que entre en funciones una parte de nuestra mente que puede entrar a sustituir el pequeño Yo cotidiano y en esos momentos en que entra en operación esa parte, decimos que son momentos de inspiración. Entonces eso es una dimensión de la meditación que tiene esa polaridad, del signo ‘Pare’ y el signo ‘Siga’, pero que son una complementariedad, porque mientras más logramos quietud, el poder estar sin hacer, más logramos no ser esclavos de la acción compulsiva habitual”, explicó Naranjo y agregó que desde su punto de vista las personas que están interesadas en el estudio de la meditación están descubriendo que donde hay más meditación es en el budismo.

Asimismo destacó que “el budismo es la religión de la meditación por excelencia, el articulo supremo es ‘mejora tu mente’, y la manera de mejorar tu mente es la meditación si se quiere llegar a otro plano de la existencia.”

Según Naranjo, el que se interesa en estudiar la meditación, se hace un poco creyente de que la meditación sirve. “El hecho de que haya correlatos neurofisiológicos ya es un indicio de que es real. Creo que la cercanía entre la comunidad científica y la comunidad de quienes practican meditación inspirará un poco de fe de ese ideal humano que es más solidario”, aseguró a la Agencia CyTA. Y subrayó que desde el punto de vista de la investigación, la meditación libera la intuición por lo cual “puede que haya una ayuda a la capacidad inductiva en la ciencia.”

Por último, abogó por una “ciencia menos arrogante en su denigración de lo que no se comprende o aún no ha sido comprendido” y destacó que para la ciencia sería útil mostrar “la capacidad de estar abierto a todas las ideas. Ser riguroso, y tener una apertura, al mismo tiempo.”

Para el Médico Psiquiatra Claudio Naranjo, que ha sido investigador de la Universidad de Berkeley (Estados Unidos) y es fundador del Instituto SAT de psicoterapia integradora, la meditación constituye una herramienta que puede hacer grandes aportes a la educación y a la ciencia.

Créditos: Sitio oficial del Doctor Claudio Naranjo www.claudionaranjo.net


24 JUL 10 | Investigación inspirada en monjes budistas
La meditación parece mejorar la atención
La capacidad de hacer distinciones visuales finas y sostener la concentración mejoró en los participantes de un estudio.

Medlineplus

En una investigación inspirada por monjes budistas, un nuevo estudio ha encontrado que la meditación aparentemente puede mejorar la capacidad de atención de una persona.

En el estudio participaron 60 personas que habían asistido a retiros de meditación y estaban familiarizadas con la práctica. Los investigadores asignaron a la mitad de los participantes a estudiar meditación budista durante tres meses en un retiro en Colorado, mientras que la otra mitad esperaba y funcionaba como grupo de control.

En tres momentos durante el retiro, los participantes tomaron una prueba computarizada diseñada para medir su capacidad de hacer distinciones visuales finas y sostener la atención visual. A medida que el retiro de meditación continuaba, los participantes mostraron mejoras en su capacidad de sostener la atención visual. Esta mejora continuó durante cinco meses tras el final del retiro, sobre todo entre los que siguieron meditando a diario, encontraron los autores del estudio.

"Las personas podrían pensar que la meditación es algo que les hace sentir bien, y que ir a un retiro de meditación es como irse de vacaciones, y para lograr estar en paz con uno mismo. Eso es lo que la gente piensa, hasta que lo intenta. Entonces, uno se da cuenta de lo difícil que es simplemente sentarse y observar algo sin distraerse", apuntó la autora del estudio Katherine MacLean en un comunicado de prensa de la Association for Psychological Science.

MacLean llevó a cabo el estudio mientras era estudiante de postgrado de la Universidad de California en Davis.

Los hallazgos del estudio aparecen en la edición de junio de la revista Psychological Science.

FUENTE: Association for Psychological Science, news release, July 14, 2010.



14 DIC 10 | Estudio con trece meditadores Zen
La meditación Zen puede controlar el dolor
No elimina la sensación, pero reduce los pensamientos sobre el dolor.

Medlineplus

Las personas que hacen meditación Zen sienten el dolor, pero no piensan tanto sobre el mismo, según revela una investigación reciente.

La observación podría tener importancia para el tratamiento del dolor crónico entre personas que sufren bajo el impacto de afecciones como la artritis y el dolor de espalda.

Pierre Rainville, investigador de la Universidad de Montreal, y sus colegas informan sobre sus hallazgos en la revista Pain.

"Nuestra investigación previa encontró que los meditadores Zen tenían menor sensibilidad al dolor", aseguró el autor principal Rainville en un comunicado de prensa de la revista. "La meta del estudio actual era determinar cómo lo logran".

"Mediante el uso de imágenes por resonancia magnética [IRM], demostramos que aunque los meditadores eran conscientes del dolor, la sensación no se procesaba en la parte del cerebro responsable de la evaluación, el razonamiento o la formación de memorias", anotó Rainville. "Pensamos que sienten las sensaciones pero acortan el proceso, no llegando a la interpretación ni a etiquetar el estímulo como doloroso".

Las observaciones del equipo surgen del trabajo con trece meditadores Zen expuestos a dolorosos estímulos calientes.

Se llevaron a cabo IRM funcionales de los cerebros de los meditadores mientras el equipo registraba sus percepciones autorreferidas del dolor.

En comparación con un número equivalente de participantes del estudio que no meditaban, los investigadores encontraron que los meditadores altamente experimentados reportaban menores respuestas al dolor, además de menos actividad en las partes del cerebro (la corteza prefrontal, la amígdala y el hipocampo) que se relacionan con los procesos cognitivos, la emoción y la memoria.

"Nuestros hallazgos llevan a nuevos conocimientos sobre la función de cuerpo y mente", aseguró en el mismo comunicado de prensa el primer autor del estudio Joshua Grant, estudiante doctoral de la universidad. "Estos resultados desafían los conceptos actuales del control mental, que se piensa se logra mediante un aumento de la actividad o el esfuerzo cognitivo. En vez de ello, sugerimos que es posible autorregular en una forma más pasiva, al desactivar ciertas áreas del cerebro, que en este caso normalmente tienen que ver con el procesamiento del dolor".

"Los resultados sugieren que los meditadores Zen podrían tener una capacidad relacionada con el entrenamiento de desactivar algunos procesos cerebrales de alto orden, mientras siguen experimentando los estímulos", añadió Rainville. "Dicha capacidad podría tener implicaciones amplias y profundas para la regulación del dolor y la emoción, y para el control cognitivo. Esta conducta es coherente con la actitud Zen y con la idea de la conciencia reflexiva y atenta".

FUENTE: Pain, Dec. 8, 2010, news release



26 JUN 10 | Neuroimágenes
La meditación puede cambiar el cerebro
La ciencia comprobó que quien la practica tiene más materia gris.

La Nación

Tesy de Biase Para LA NACION

Desde que la meditación ingresó en el diccionario médico de la mano del Dalai Lama, la ciencia ha podido corroborar la eficacia terapéutica de esta práctica, de aspecto tan inocente que en la actualidad se aplica tanto para vencer el odio como para controlar un cuadro de ansiedad o de hipertensión arterial.
El hallazgo más reciente sobre el poder de la meditación proviene del Laboratorio de Neuroimágenes de la Universidad de California, Estados Unidos. Allí, la investigadora Eileen Luders demostró que meditar no sólo produce cambios en el funcionamiento cerebral de los meditadores, sino que también los genera en la estructura misma del cerebro.

"Los meditadores tienen más materia gris en las zonas del cerebro relacionadas con el control de las emociones", comentó a LA NACION la doctora Luders, que inaugura con sus palabras una plataforma común entre ciencia y meditación. Al hacerlo, facilita el salto hacia otro discurso. Por ejemplo, el que presentó en su visita a Buenos Aires el monje tibetano Khenpo Sangpo Bodh.

Con su típico atuendo, este doctor en filosofía llegó a Buenos Aires proveniente del Instituto de Altos Estudios Budistas Khamgar Druk College Dharmakara, ubicado en la comunidad tibetana de Tashi Jong, en el norte de la India, para difundir el poder transformador de la meditación.

Khenpo propone transmutar las emociones destructivas a través de la disciplina y el control de la mente. El resultado prometido: nada menos que la disolución de la violencia y ese efecto dominó que tan bien conocía Mahatma Gandhi, cuando conmovió al poderío colonial británico poniendo una y otra vez la otra mejilla.

¿De dónde proviene el poder para alcanzar semejante transformación? "De la meditación", sintetiza con certeza inconmovible.

"Es una herramienta de autoconocimiento y el antídoto contra todas las emociones destructivas". Y cuando dice todas, el optimista lama piensa en las 84.000 (sí, ochenta y cuatro mil) emociones negativas que según las escrituras budistas se desprenden de las básicas: ira, apego (posesivo), orgullo, envidia e ignorancia (opacidad). Con tantos miles de enemigos, el camino hacia la felicidad parece arduo. Y lo es. No se trata de querer y poder, sin más, admite el maestro: hay que transitar un largo entrenamiento que conduce a la transformación interior.

"Meditar permite liberarnos de las fuerzas negativas que nos hacen sufrir", sostiene. Y ofrece la receta de la transmutación emocional positiva para amateurs : "Hay que empezar por la a. El primer paso es reconocernos a nosotros mismos y observar el contenido de nuestra mente, preguntándonos a qué responden esas emociones negativas". Para ver con claridad Khenpo -como lo llaman sus seguidores- sugiere algo tan sencillo como sentarse y relajarse, lo que parece sencillo, pero no lo es tanto.

"Cuando la gente vive con intenso movimiento, tiene dificultades para encontrar calma, pero la mente es como el agua: si se mueve, no permite ver el reflejo de la luna y las estrellas en su superficie; en cambio, cuando está limpia y calma, en pocos minutos trasluce lo que hay en la profundidad y refleja todo. Cuando una persona está habituada al movimiento excesivo, ni siquiera sabe quién es. Yo les digo que se sienten en silencio y que miren en su mente."

El siguiente movimiento responde a uno de los ciclos de las enseñanzas de Buda: rechazar las emociones negativas como si fueran un alimento envenenado. Sin contemplaciones, la propuesta apela a un acto firme de disciplina y voluntad, que se traduce en tolerancia cero con ese odio o envidia que carcomen la paz interior. El maestro budista lo describe como una purificación de los componentes tóxicos de la mente.

Y el tercer momento es el de la transformación liberadora, una reconexión desde la calma, que tampoco se dirige hacia el exterior pero tiene efecto sobre él. La herramienta principal es la práctica de alguno de los distintos tipos de meditación que, básicamente, combinan relajación mental con ejercicios de respiración. La forma más reconocida es focalizar la mente en un objeto exterior, que pueden ser una luz o una imagen. Aunque el maestro recomienda seis prácticas diarias, reconoce que con una al levantarse, antes del desayuno, también se obtienen resultados pacificadores sobre la mente.

"Cuando cambia la mente cambia todo, no solo porque se ve al mundo de otra manera sino porque el cambio de uno provoca cambios en los demás. Para terminar con el odio y las emociones destructivas no podemos usar el odio y las emociones destructivas. No podemos matar a una persona como medio para lograr que esa persona deje de matar. Por la fuerza no se alcanzan los cambios. Buda nunca usó armas. Tampoco Cristo ni Mahatma Gandhi ni la madre Teresa de Calcuta. La paz y la transformación de las emociones negativas se alcanza por medios pacíficos, como la meditación, que es un instrumento de transformación interior".

"Quienes meditan tienen más materia gris"

Sentarse a pensar en nada frente a una vela encendida resulta tedioso, inútil y hasta ridículo para la mayoría de los occidentales. Sin embargo, hoy esta práctica de aspecto tan inocente es reconocida por la medicina convencional como una estrategia terapéutica alternativa para doblegar cuadros tan disímiles e indomables como el estrés y la ansiedad, la hipertensión, la migraña o las complicaciones cardiovasculares.
Unos años atrás, distintos investigadores del campo de la neurología, como el famoso Daniel Goleman, dieron un paso más con el consentimiento del Dalai Lama. Así, distintos monjes budistas entrenados en el arte de la meditación fueron estudiados bajo la lente de los resonadores nucleares de última generación. Las imágenes que evidenciaron diferencias en el funcionamiento cerebral de los meditadores dieron la vuelta al mundo y desde entonces las investigaciones se multiplicaron.

El último capítulo de este escrutinio científico sobre una práctica milenaria lo escribió un equipo del Laboratorio de Neuroimágenes de la Universidad de California, Estados Unidos. Con tecnología de última generación los científicos compararon los cerebros de 44 personas: 22 de ellas sin antecedentes de meditación y 22 con un entrenamiento en esta práctica milenaria que osciló entre los 5 y los 46 años, con un promedio de 24 años practicando alguna de las múltiples formas de meditación.

Esta vez, los científicos se centraron no ya en los efectos de la meditación sobre el funcionamiento cerebral, sino en su influencia sobre la estructura misma del cerebro. Eileen Luders, autora del estudio publicado en la revista Neuroimage , explica sus asombrosos hallazgos: "Los meditadores tienen más materia gris en aquellas zonas del cerebro relacionadas con el control de las emociones".

¿Cómo llegan los meditadores a generar más materia gris? "Al igual que cuando alguien entrena sus músculos, algunas áreas del cerebro deben crecer cuando las usas intensamente", arriesga la investigadora.

La materia gris es el tejido encargado de procesar la información que la materia blanca transmite. Una hipótesis sencilla -que probablemente la ciencia tarde años en confirmar-es que a mayor materia gris, mejor desempeño cerebral. Desde Los Angeles, Luders sostiene: "La mayoría de los meditadores tienen habilidades sobresalientes con respecto a la autorregulación de sus emociones; es para ellos más fácil mantener la estabilidad emocional y tener un comportamiento centrado, tal como elegir con sabiduría sus respuestas o reacciones. Además, los meditadores son reconocidos por su extremadamente positiva mirada sobre la vida; es habitual para ellos ver, en lugar de la parte vacía, la mitad llena del vaso".


29 SEP 10 | Corteza prefrontal
La capacidad de reflexión se localiza en la materia gris
Las personas con mayor capacidad de introspección tienen más desarrollada una región de la corteza prefrontal del cerebro, según un experimento.

El País, Madrid


El proceso de pensar sobre el propio pensamiento, de reflexionar sobre las propias decisiones, en definitiva, la capacidad de introspección, parece estar localizada en una región específica del cerebro, de la corteza prefrontal ubicada detrás de los ojos. En los individuos que tienen mayor capacidad de introspección, el volumen de materia gris ahí es mayor. Es el resultado de un experimento realizado en el Reino Unido con 32 personas, pero los científicos que lo han hecho no saben si estas características cerebrales reflejan diferencias anatómicas innatas o son producto del aprendizaje. Además, reconocen que hay variabilidad humana notable en este rasgo entre la gente.

El concurso televisivo ¿Quién quiere ser millonario es un buen ejemplo de esa capacidad de introspección que Geraint Rees (University College, Londres)y sus colegas han medido en su experimento. "Un concursante introspectivo mantiene su respuesta final si está seguro de ella -y en todo caso, llamará a un amigo cuando no lo esté-, mientras que uno menos introspectivo no será tan eficiente reflexionando acerca de si su respuesta es correcta o no", explica Rimora S.Veil.

Para hacer el experimento, estos científicos mostraron a los 32 participantes dos pantallas, cada una con seis recuadros, y en una de ellas uno de los recuadros era ligeramente más brillante que el resto. Se les pidió que identificaran qué pantalla tenía el recuadro brillante y, después, que valoraran su confianza en su propia respuesta. Su actividad cerebral se escaneó mediante la técnica de imagen por resonancia magnética. Los investigadores habían dicho a los voluntarios que el experimento era difícil, así ninguno estaba completamente seguro de su respuesta, de manera que aunque todos acertaran, su habilidad introspectiva variaría considerablemente. Al comparar los registros de los escáneres, se pudo identificar la correlación entre el proceso de introspección y la estructura de una pequeña zona de la corteza prefrontal, concluyendo que la capacidad introspectiva en los sujetos de su estudio estaba asociada a una mayor cantidad de esa materia gris y con una estructura reforzada de conexiones.

Además del interés puramente neurológico de esta investigación, presentada en la revista Science, Rees y sus colegas consideran que puede llegar a tener importancia médica si permite ayudar a comprender cómo ciertas lesiones cerebrales afectan a la capacidad de una persona de reflexionar sobre sus pensamientos y sus actos, e incluso diseñar terapias para ayudar a pacientes con problemas cerebrales serios. "Imagine, por ejemplo, dos pacientes con problemas mentales, uno consciente de su enfermedad y otro no", argumenta Stephen M.Fleming, uno de los autores de la investigación. "El primer paciente, por erjemplo, probablemente tomará su medicación, mientras que el segundo es menos probable que lo haga. Si llegamos a comprender ese nivel de autoconciencia a nivel neurológico, tal vez podamos adaptar tratamientos y desarrollar estrategias de entrenamiento para esas personas".



09 MAR 09 | Juicios instantáneos
¿Dónde se forman las primeras impresiones?
Cuando nos formamos un juicio, sopesamos qué información nos importa. Esta actividad recae sobre la amígdala, el tálamo y el córtex cingular posterior.

El Mundo, España

(Foto: Sergey Ponomarev | AP) CRISTINA DE MARTOS

Podemos acertar o no, dejarnos guiar por ellas hasta las últimas consecuencias o tratar de ir más allá, pero son inevitables, las primeras impresiones existen. Nuestro cerebro recoge toda la información disponible a primera vista y después la analiza para emitir un juicio de las personas que conocemos. Un trabajo publicado en ''Nature Neuroscience'' describe qué regiones de nuestra materia gris intervienen en este proceso.

Me cae bien, me da mala espina, parece buena persona... Nuestra condición de animales sociales nos empuja a interactuar con otros de los que, invariablemente, nos formamos una primera impresión. Y, como se dice, es la que cuenta. La información que recogemos en un primer momento es ambigua y compleja y, sin embargo, somos capaces de juzgar a los demás en cuestión de segundos. ¿Qué ocurre en nuestro cerebro en esos instantes?

Daniela Schiller, alumna de postdoctorado del departamento de psicología de la Universidad de Nueva York, ha diseñado un experimento para tratar de averiguarlo. Junto con sus colegas, seleccionó a 19 voluntarios a los que se les mostraron 20 fotos de distintas personas cada una de las cuales iba acompañada de seis frases sobre su personalidad (es inteligente, fuma, es vago...). Las sentencias -tres de ellas eran positivas y tres negativas- se presentaron de mejor a peor o al revés. Después, los participantes debían decir si les gustaba o no cada personaje.

Mientras los voluntarios se formaban impresiones de cada foto, los investigadores observaban la actividad de sus cerebros a través de una resonancia magnética funcional poniendo especial atención a dos zonas: la amígdala y el córtex prefrontal dorsomedial. Aunque sin descuidar otras posibles estructuras involucradas en este proceso.

Un complejo mecanismo neuronal

Lo primero que hicieron Shiller y sus colaboradores fue descartar que el orden en el que se presentaban las frases (primero las malas o al revés) no influía en el carácter de las primeras impresiones. "Está claro que las diferencias en las evaluaciones reflejan una ponderación subjetiva de las información descriptiva de cada imagen que está mediada por la interpretación propia de cada participante", explican los autores.

Una vez desechado este posible sesgo, se centraron en las regiones de interés funcional. Para cada una de ellas, los investigadores comprobaron su nivel de actividad durante la presentación de las frases relevantes (aquellas que habían tenido más peso en la formación de la primera impresión) y durante las irrelevantes.

"Las únicas regiones que mostraban una actividad significativamente mayor durante el análisis de las frases relevantes eran la amígdala, el córtex cingular posterior y el tálamo", subraya el estudio. Estas zonas son las que llevan el peso de la formación de las primeras impresiones, aunque nuestro cerebro recluta otras estructuras relacionadas con el procesamiento de información social, la emoción y la valoración.

"Cuando debemos juzgar rápidamente a otros, parece que somos unos evaluadores eficientes. Escudriñamos la información social disponible, sopesando qué nos importa", subrayan los autores. "Catalogar la información en función del nivel de importancia obedece a preferencias subjetivas. Nuestros resultados muestran que esa clasificación ocurre en el cerebro y sugiere la existencia de una mecanismo neuronal a través del cual se forman las impresiones".



10 MAR 09 | Dios y la mente
La red cerebral de las creencias religiosas
Las formas en la que las personas evalúan a los demás y a Dios tienen similitudes. Las creencias religiosas activan los lóbulos temporal y frontal del cerebro. Forman parte de un proceso cognitivo que también incluye otro tipo de creencias.

El Mundo, España

Monjes budistas rezando en Nepal (Foto: Manish Swarup)ISABEL F. LANTIGUA

Sin entrar en el debate sobre la existencia o no de Dios, lo que es indudable es que las religiones y la fe sí existen. Están presentes en todas las sociedades y culturas y son un rasgo único y exclusivo de los seres humanos. Investigadores de los Institutos Nacionales de Trastornos Neurológicos de EEUU han logrado ver, gracias a las técnicas de imagen cerebral, dónde se localizan estas creencias y cómo entran en funcionamiento.

"Nuestros pensamientos religiosos están mediados por unas regiones del cerebro que han evolucionado con el paso del tiempo y que sirven para otras funciones, entre ellas la de reconocer las intenciones de las personas. Además están relacionadas con las emociones y la memoria", explica a elmundo.es Jordan Grafman, principal autor del estudio que se publica en la revista ''Proceedings of the National Academy of Science''. "Las creencias religiosas forman una pequeña parte de un proceso cognitivo mucho más amplio, del que no se pueden separar", añade este especialista.

Áreas del cerebro que están involucradas con la creencia en Dios. (Foto: NIH)

El equipo analizó tres componentes de estas creencias en 66 individuos: cómo percibían la implicación de Dios con el mundo, la emoción provocada por la fe y las propias experiencias religiosas. Mediante diversos test e imágenes de resonancia magnética, los autores midieron la función cerebral de los participantes ante afirmaciones del tipo ''Dios guiará mis actos'', ''Dios está siempre presente'' o ''Nos castigará o recompensará al final de la vida'', entre otras. Así observaron que las áreas cerebrales que se activaban al escuchar cuestiones de religión se situaban en el lóbulo temporal - que desempeña un papel importante en el reconocimiento de las caras y en el lenguaje- y el lóbulo frontal -implicado en la memoria y el juicio-.

"De la misma manera en la que juzgamos a los demás y evaluamos sus acciones, evaluamos a Dios, pues las áreas cerebrales implicadas en ambos procesos son las mismas", argumenta Grafman. No obstante, aunque estas sean las áreas implicadas, las regiones concretas que entran en funcionamiento difieren si el individuo ama a Dios o si, por el contrario, siente ira hacia él, al igual que ocurre con los sentimientos de simpatía o antipatía hacia cualquier otra persona.

Enseñanzas recibidas

Otro de los aspectos que comprobaron los autores del nuevo trabajo es que en la formación de estas creencias tienen mucho que ver las enseñanzas recibidas. Una de las fuentes necesarias para el conocimiento de las religiones es la doctrina, un conjunto de proposiciones que los creyentes aceptan como verdaderas a pesar de que no pueden verificarlo personalmente. La mayor parte de la doctrina religiosa tiene un componente linguístico abstracto que es culturalmente transmitido de generación a generación. Esto explica, según los investigadores, que exista un vínculo claro entre la religiosidad de un individuo y lo que le han enseñado sobre el tema previamente y, todo ello, controlado por el lóbulo temporal, responsable de las actividades discursivas y de memoria.

"Lo más destacable de nuestra investigación es que demuestra que la religiosidad se puede estudiar con las técnicas de neurociencia y compararse con los sistemas crebrales y neuronales que regulan otro tipo de creencias. Además, hemos visto que la fe y los pensamientos religiosos se adaptan a la evolución biológica de las funciones cognitivas", declara a este periódico el especialista del Instituto de Trastornos Neurológicos de Bethesda (EEUU).

De teoría en teoría

Las bases biológicas de la religión han sido desde siempre objeto de un amplio debate en distintos campos, desde la antropología y la genética pasando por la cosmología. Las teorías psicológicas contemporáneas consideran que estas creencias son parte de un fenómeno cerebral complejo que emergió en la especie humana con el objetivo de ayudar a los individuos en sus relaciones sociales. Esto es lo que sostiene, por ejemplo, la extendida Teoría de la Mente.

En cuanto a las redes neuronales de la religiosidad, poco se sabía hasta ahora. Los primeros estudios al respecto se centraron en manifestaciones concretas de la fe relacionadas con ciertas patologías. Así, la hiperreligiosidad mostrada por algunos pacientes con epilepsia motivaron algunas hipótesis que relacionaban las creencias religiosas con las áreas cerebrales responsables de la enfermedad. Lo mismo ocurrió con otros trastornos. No obstante, ninguna de las teorías fue capaz de proponer una arquitectura psicológica y neuronal firme sobre las bases que subyacen a estas creencias.

"El objetivo de nuestro estudio era definir la estructura cerebral y el proceso cognitivo que está detrás de las creencias religiosas. Y con las técnicas de imagen hemos podido ver cuáles son estas regiones del cerebro concretas" afirma Jordan Grafman, que indica que "una vez identificadas estas regiones particulares tenemos una mayor capacidad para caracterizar los posibles cambios de comportamientos que puede experimentar una persona que se dañe dichas zonas".



14 DIC 10 | Son los aspectos sociales, más que los teológicos o espirituales
El 'ingrediente secreto' de la religión
Tener amigos en una congregación es lo que mayor satisfacción personal da.

El Mundo, España

Isabel F. Lantigua | Madrid

Hace tiempo que la religión y sus efectos sobre el cerebro y el bienestar personal interesa a los científicos. Algunos estudios han demostrado que la gente religiosa afronta mejor la última etapa de su vida y sufre menos depresión. Sin embargo, por qué este sentimiento contribuye a la felicidad era, hasta ahora, un misterio y un recurrente tema de debate. Un grupo de investigadores de las universidades de Wisconsin y Harvard (EEUU) viene a zanjar la cuestión al afirmar que ha averiguado el secreto de esta relación.

Según publican en la revista 'American Sociological Review', son los aspectos sociales, más que los teológicos o espirituales, los que aumentan la satisfacción personal. En concreto, la amistad que se construye dentro de una congregación religiosa es el factor clave que hace a los creyentes sentirse más felices que los no creyentes. "No es realmente ir a la iglesia, escuchar el sermón o rezar lo que más felicidad reporta a las personas religiosas. Lo que más les satisface es intimar y compartir experiencias con otros individuos que creen en las mismas cosas", explica Chaeyoon Lim, profesor de Sociología en la Universidad de Wisconsin y coordinador del estudio.

El trabajo, que ha contado con una amplia muestra de adultos estadounidenses que forman parte del estudio 'Cuestiones de Fe', recoge que el 33% de aquéllos que atendían a un servicio religioso a la semana y tenían entre tres y cinco buenos amigos en la congregación afirmaba estar "extremadamente satisfecho con su vida". Una definición que sólo se atrevió a dar el 19% de las personas que acudían a un servicio religioso semanalmente pero no conocían ni intimaban con otros individuos dentro de la iglesia. Este último porcentaje es el mismo que reportaron los ciudadanos que no se declaraban religiosos. Por otro lado, el 23% de quienes acudían a misa sólo de vez en cuando pero tenían amigos en la congregación también admitió esta satisfacción extrema.

Círculos de amigos

"Una de las funciones de la religión es dar a la gente un sentimiento de pertenencia a una comunidad moral basada en la fe religiosa. Formarse un círculo de amigos con los que compartir esta identidad, con los que convertir las creencias en algo más real y tangible, es el factor clave que hace sentirse bien", indica Lim, que explica que este beneficio se ha observado en todas las vertientes del cristianismo (católicos, protestantes y evangélicos) así como en judíos y mormones.

La investigación cuenta que el vínculo entre religión y el sentimiento subjetivo de bienestar es bastante acentuado. Los participantes sólo consideran más importante para su satisfacción la salud y el no sentir soledad, pero colocan a la religión por delante de otros factores como la educación, el estado civil, la actividad laboral, la edad o el género. Y, dentro de la religión, la experiencia colectiva en la congregación es más satisfactoria que la oración individual.

Las preguntas que se plantean los expertos a raíz de estos datos son: ¿Por qué la amistad de la congregación y compartir una identidad religiosa aumenta el bienestar personal? y ¿por qué esto sólo se ve cuando se reza en grupo y no de forma aislada?'. Una posibilidad es que los amigos de 'misa' hacen que la persona, que ha elegido voluntariamente creer en una religión, piense que su decisión es la acertada.



24 DIC 09 | ¿Hasta qué punto influye la fe en la salud?
Las creencias religiosas pueden prolongar la esperanza de vida
La religión es un recurso más para afrontar situaciones difíciles en la vida. La fe ayuda a tener menor nivel de estrés y mejora la adherencia de los tratamientos.

El Mundo, España

LAURA TARDÓN

El poder curativo de la plegaria. ¿Hasta qué punto influye la fe en la salud? Este es un eterno interrogante objetivo de numerosos estudios, aunque no todos alcanzan las mismas conclusiones. Algunos expertos aseguran que los beneficios de la actividad religiosa son comparables a los del ejercicio físico y que pronlongan la esperanza de vida. Sin embargo, otros trabajos no evidencian ninguna ventaja reseñable.

"Es muy difícil llegar a conclusiones certeras en este sentido, ya que hay muchas variables que influyen en el estado de salud, desde la edad y el estadío de una enfermedad hasta factores psicológicos, como el optimismo y las estrategias individuales para afrontar dificultades", puntualiza Paloma Méndez de Miguel, psicóloga de Activa Psicología y Formación (Madrid).

Uno de los más de 250 estudios realizados sobre la relación entre oración y salud desvela que practicar deporte moderado de forma regular, tomar medicamentos para reducir el colesterol y la actividad religiosa pueden aumentar la esperanza de vida entre tres y cinco años de media. Estas conclusiones se publicaron en la revista 'Journal of the 'American Board of Family Medicine'. Aunque "esto no significa que el ejercicio o las medicinas puedan sustituirse por la religión", puntualizan los autores.

Lo cierto es que el hecho de que la religión prolongue la esperanza de vida es algo que los psicólogos consultados por SALUD asumen con naturalidad. Según expone Francisco Gil, coordinador de la Unidad de Psicooncología del Instituto Catalán de Oncología de Barcelona, esta asociación puede deberse a que "la fe ayuda a tener menor nivel de estrés emocional, controla los síntomas de la enfermedad, mejora la adherencia del tratamiento y la calidad de vida".

Jerónimo Sainz, jefe de Psiquiatría del Hospital Ramón y Cajal, cree que esta relación también puede venir determinada por otro elemento. "En general, las personas religiosas tienen unas características, desde el punto de vista psicológico y de organización personal, que pueden estar ligadas a la salud. Por ejemplo, se cuidan más y tienen menos conductas de riesgo".

Desde la perspectiva psicológica, explica Méndez de Miguel, "cuando alguien recurre a la oración, lo que está consiguiendo es reducir la incertidumbre y el estrés y tener la sensación de cierto control sobre su salud. Esto hace que el sistema inmunológico no se deprima y esto es bueno para afrontar mejor cualquier enfermedad".

Como explica Valentín Martínez-Otero, doctor en Psicología de la Universidad Complutense de Madrid, "las creencias religiosas facilitan al enfermo una explicación existencial que le permite afrontar mejor sus circunstancias. Incluso pueden tener un impacto positivo en la prevención de adicciones como el tabaquismo".
Mejor salud mental

Tal y como confirman los responsables de una investigación publicada en 1998 en 'Archives of Internal Medicine', "las personas que se consideran religiosas experimentan una mejor salud mental y física y se adaptan mejor al estrés".

Para valorar cuáles son los efectos terapéuticos de la oración en la salud de aquellas personas que tienen alguna enfermedad, un equipo estadounidense, analizó a más de 2.200 individuos con cáncer. Observaron que el 68,5% reconocía haber rezado por su salud y el 72% afirmaba encontrarse mejor. Así queda reflejado en el artículo publicado en 'The Journal of Alternative and complementary Medicine'.

La psicóloga madrileña indica que "dotar de esperanza, reducir la sensación de incertidumbre y aumentar la percepción de control consigue que la persona se encuentre anímica y físicamente mejor".

"Tanto para las personas con enfermedad como para los individuos sanos, la fe ayuda a afrontar situaciones difíciles. Permite buscar el sentido a la vida", apostilla Francisco Gil. Si es a través de la oración, bienvenida sea. "Tener esperanza (que es lo que ofrece la fe) siempre es positivo, excepto cuando alguien cree que por rezar ya tiene vía libre para continuar con hábitos dañinos para la salud, como fumar".



03 MAR 10 | Buenas conexiones entre áreas del cerebro podrían ser cruciales
¿Dónde está la inteligencia?
Científicos descubren los misterios de la inteligencia.

Medlineplus

Lo que hace que alguien sea inteligente o no lo sea no es una región del cerebro en particular.

Tampoco se trata de la potencia y velocidad de las conexiones por todo el cerebro, ni de características como el volumen cerebral total.

En cambio, una investigación reciente muestra que las conexiones entre áreas del cerebro muy específicas determinan la inteligencia y, con frecuencia y por extensión, lo bien que le va a alguien en la vida.

"La inteligencia general en realidad se basa en una red específica dentro del cerebro, que está conformada por las conexiones entre la materia gris, o cuerpos celulares, y la materia blanca, o las fibras que conectan las neuronas", señaló Jan Glascher, autor principal de un artículo que aparece en la edición de esta semana de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences. "La inteligencia general depende de la conexión entre las partes frontales y parietales [situadas detrás de las frontales] del cerebro".

Los resultados no fueron del todo inesperados, apuntó Keith Young, vicepresidente de investigación en psiquiatría y ciencias conductuales del Colegio de Medicina del Centro de Ciencias de la Salud Texas A&M en Temple, pero "se trata de confirmación de la idea de que una buena comunicación entre varias partes del cerebro es muy importante para esta inteligencia generalizada".

La inteligencia general es un concepto abstracto desarrollado en 1904 que siempre ha sido algo controversial.

"Hace mucho tiempo que la gente se dio cuenta de que, en general, a las personas a quienes les iba bien en los exámenes les iba bien en muchas materias distintas", explicó Young. "Si alguien es bueno para las matemáticas, por lo general también es bueno en lenguaje. Los investigadores crearon la idea de que esto representaba un tipo de inteligencia general".

"La inteligencia general es el concepto de que la gente inteligente tiende a serlo en dominios distintos de todo tipo", añadió Glascher, quien es becario postdoctoral del departamento de humanidades y ciencias sociales del Instituto de Tecnología de California, en Pasadena.

Esperando aprender más, los autores localizaron a 241 pacientes que tenían algún tipo de lesión cerebral. Entonces, diagramaron la ubicación de las lesiones y los hicieron tomar pruebas de coeficiente intelectual (CI).

"Tomamos a pacientes con partes del cerebro dañadas, evaluamos su inteligencia para ver en qué eran buenos y en qué eran malos, y entonces correlacionamos esas calificaciones con la ubicación de las lesiones cerebrales en todos los pacientes", explicó Glascher. "De esa manera, se pueden resaltar las áreas asociadas con un menor rendimiento en estas pruebas. Mediante una inferencia inversa, esto significa que esas áreas son realmente importantes para la inteligencia general".

"Estos estudios infieren resultados según la ausencia de tejido cerebral", agregó Paul Sanberg, profesor distinguido de neurocirugía y director del Centro para el Envejecimiento y la Reparación Cerebral de la Universidad del Sur de Florida, en Tampa. "Les permiten sistematizar y ubicar áreas que son importantes para la inteligencia".

Young dijo que los hallazgos se hacen eco de estudios anteriores. "El mapa que crearon era el que esperábamos, e involucra áreas de la corteza que creíamos tenían algo que ver, la corteza parietal y la frontal. Son importantes para el lenguaje y las matemáticas", señaló.

En un estudio anterior, el miso equipo de investigadores encontró que esta red cerebral también era importante para la memoria de trabajo, "la capacidad de mantener cierto número de ítems [en la mente]", dijo Glascher. "Antes, la gente asociaba la inteligencia general de manera muy firme con una mayor capacidad de memoria de trabajo, de manera que aquí hay una conexión teórica".

FUENTES: Paul Sanberg, Ph.D., D.Sc., distinguished professor, neurosurgery, and director, University of South Florida Center for Aging and Brain Repair, Tampa; Keith Young, Ph.D., vice chairman, research in psychiatry and behavioral science, Texas A&M Health Science Center College of Medicine, Temple, and neuroimaging and genetics core leader, VA Center of Excellence for Research on Returning War Veterans, Central Texas Veterans Health Care System; Jan Glascher, Ph.D., postdoctoral fellow, department of humanities and social sciences, California Institute of Technology, Pasadena; Feb. 22-26, 2010, Proceedings of the National Academies of Science.

30 JUN 10 | Como se regulan las emociones fuertes
¿No puede controlarse a sí mismo?
El deseo y el miedo: la computadora cerebral tiene teclados separados que controlan las emociones más fuertes.

Universidad de Michigan

La investigación psicológica en la Universidad de Michigan muestra que una de las razones por las cuales las personas tienen dificultades para controlar las reacciones emocionales más fuertes es porque la computadora cerebral tiene “un teclado separado” que regula los sentimientos en las emociones extremas como el deseo y el miedo.

La investigación, que se detalla en la revista de investigación científica y biomédica evaluada por pares Püblic Library of Science PLoS, la llevaron a cabo los investigadores de psicología de la UM Kent Berridge, Alexis Fauré (quien está ahora en la Universidad de Paris, en el Sur de Francia), y Jocelyn Richard. Los investigadores encontraron que una “limitación sorprendente de las señales de arriba abajo para penetrar en las emociones puede restringir los esfuerzos voluntarios de las personas para regular eficazmente sus emociones”..

El estudio se apoyo en trabajos previos realizados por Berridge las cuales mostraron que el compuesto químico dopamina (que se sabe, comúnmente, que motiva a las personas y a los animales en la búsqueda de recompensas) coopera con el compuesto glutamato en la inducción tanto del deseo como del miedo en regiones del cerebro que son adyacentes.

Ese trabajo desbrozó terreno nuevo al mostrar cómo la dopamina puede estar involucrada en sentimientos negativos tales como el temor en la esquizofrenia y otras fobias cuando también está involucrado en la adicción a las drogas, la cual implica un deseo excesivo.

El estudio actual comparó la generación del deseo y del miedo en el núcleo accumbens, --un grupo de neuronas del encéfalo ubicadas donde el núcleo caudado y la porción anterior del putamen confluyen lateralmente – por tales señales de glutamato (que provienen principalmente de la corteza) yla generación de las mismas emociones por diferentes señales químicas GABA (sigla en inglés para ácido gama amino butírico) que provienen principalmente de las estructuras cerebrales profundas subcorticales.

Berridge, Profesor Colegiado de la Cátedra James Olds de Psicología y Neurociencias en la UM, y sus colegas mostraron en su trabajo más reciente que los niveles más altos de la corteza del cerebro tienen capacidades limitadas para influir en el placer comparados con los niveles más profundos. Solamente las señales GABA profundas pueden crear un placer durante la generación del deseo o crear el disgusto durante la generación del temor.

“Esto podría explicar por qué es difícil controlar algunas emociones intensas o patológicas”, dijo Berridge. “Los niveles más profundos del cerebro generan placeres o disgustos de una manera que parece resistente a la influencia de los niveles superiores. Los generadores subcorticales de placer resisten aún cuando los niveles más altos logren regular la expresión del deseo o del miedo”.

El equipo de la UM tocó un teclado emocional del cerebro usando microinyecciones indoloras de compuestos químicos en ratas que trastornaron las señales rápidas de glutamato de la corteza o las señales GABA de los niveles más profundos. Los “toques” del compuesto químico causaron emociones intensas, incluido el deseo similar al hambre, en áreas frontales del núcleo accumbens o de miedo en las regiones posteriores. Los toques de compuestos GABA también hicieron que las sensaciones se tornaran más placenteras durante el deseo y más desagradables durante el miedo, pero los toques con compuestos de glutamato no tuvieron ese efecto.

“Llegamos a la conclusión de que el núcleo accumbens contiene dos teclados efectivos funcionales para las señales de aminoácidos: un teclado generador de motivaciones y un teclado generador de hedonismo”, señaló Berridge. “Ambos están organizados junto con gradientes pero tienen impacto sobre aspectos diferentes de la emoción”.

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