Claves para evitar accidentes en el agua

Noticias de Ciencia/Salud: Domingo 13 de diciembre de 2009 Publicado en edición impresa
Para disfrutar sin riesgo de las piletas y los deportes acuáticos
Pediatras elaboraron un documento para prevenir el ahogamiento, que es la segunda causa de muerte en menores de 15 años
Fabiola Czubaj
LA NACION
El calor ya invita a zambullirse en la pileta o a preparar el kayak o la moto acuática para disfrutar del río o del mar. Por eso es muy oportuno tomar algunas precauciones con los chicos y los adolescentes para evitar los accidentes.
Pero ¿cuál es el mejor chaleco salvavidas? ¿Hay que usar casco para andar en moto de agua? ¿Sirve la matronatación para aprender a nadar? ¿Cuándo se considera segura una pileta? ¿Conviene zambullirse en un espejo de agua? ¿Cuándo es seguro llevar un bebe a bordo?
Las respuestas, elaboradas por un grupo de pediatras especializados en prevención de accidentes, ayudan a evitar el ahogamiento, la segunda causa de muerte en los menores de 15 años. "La «noción del peligro», que es un conjunto de percepciones y aprendizajes que resguardan la integridad física, se adquiere a alrededor de los 4 años", precisan los autores del Consenso Nacional de Prevención del Ahogamiento de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).
Esa es la mejor edad para empezar con las clases de natación, que suelen ser más efectivas cuando están a cargo de un profesor y no de un familiar. El contacto previo con el agua, como ocurre con la matronatación, "sirve para que el chico tome confianza con el agua y que aprenda a disfrutar y a respetar el agua, pero no para que aprenda a nadar ni a mantenerse a flote; además, puede generar en los padres una falsa sensación de seguridad. Con la primera bocanada de agua que traga un chico, ya no puede gritar ni pedir ayuda", explicó el doctor Carlos Nasta, presidente de la Subcomisión de Prevención de Accidentes de la SAP y redactor del documento.
Junto con él, 38 pediatras revisaron todas las normas nacionales e internacionales para prevenir los factores de riesgo asociados con las actividades en el agua de chicos y de adolescentes. El trabajo reveló una gran desorganización de esas normas. "Existe una gran desinformación y una gran dispersión de la información, que también es ambigua, contradictoria o deformada. Esto es apenas un puntapié fundacional a un documento serio y ordenado."
El chaleco, incluido para los menores de 4 años, se debe comprar según el peso y no la edad de los chicos. Debe mantenerlos a flote, con la cabeza fuera del agua; tener una abertura en el frente, con tres broches de seguridad como mínimo y una correa no extensible, que una la parte delantera y trasera por la ingle con un broche.
Los expertos desaconsejan el uso de brazaletes inflables, colchonetas, cámaras de automóvil o los salvavidas anulares clásicos de las embarcaciones porque "no ofrecen ninguna garantía", ni siquiera en una pileta segura.
En los arroyos, los ríos, las lagunas o el mar, la turbidez, los pozos de agua y la contracorriente actúan como "trampas" para los chicos, ya que facilitan el desplazamiento del cuerpo al sumergirse e impiden reconocer rápidamente signos de agotamiento. Para ingresar en un espejo de aguas oscuras, recién a partir de los 8 o 10 años, un chico debe hacerlo caminado lentamente y de la mano de un adulto. La primera inmersión es conveniente hacerla con zapatillas livianas para evitar lesiones.

Edades adecuadas para navegar
El consenso recomienda no llevar a pequeños de hasta 2 años a bordo de embarcaciones de remo (kayaks, canoas, piraguas o botes), con motor fuera de borda (gomones, motos de agua o lanchas pescadoras) o con velas. A partir de los 2 años, pueden hacerlo, pero con chaleco y junto con un adulto que sepa nadar.
El uso del optimist está permitido a partir de los 8 años, con vigilancia; el kayak y la piragua, desde los 10 años con curso de entrenamiento y chaleco; las motos de agua, a partir de los 16 años, a baja velocidad y con el chaleco puesto. "El uso del casco es polémico -se lee en el documento, que se puede conseguir en la SAP-. Sus ventajas ante un vuelco en el agua son obvias. Su desventaja sería la sofocación por la correa de seguridad y el ahogamiento al llenarse de agua."
Siempre, los expertos recomiendan que el responsable de supervisar las actividades en el agua no se distraiga, tenga visión directa de los chicos y conozca las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP), que evitan la muerte inminente.

CHICOS ROCIADOS CON PESTICIDAS TRABAJAN COMO BANDERAS HUMANAS.

Quien sabe que se comete un crimen y no lo denuncia es un cómplice

José Martí

El 'mosquito' es una máquina que vuela bajo y 'riega' una nube de plaguicida.

'A veces me agarra dolor de cabeza en el medio del campo. Yo siempre llevo remera con cuello alto para taparme la cara y la cabeza'.
Gentileza de Arturo Avellaneda arturavellaneda@ msn.com


LOS NIÑOS FUMIGADOS DE LA SOJA

Argentina / Norte de la provincia de Santa Fe

Diario La Capital

Las Petacas, Santa Fe, 29 septiembre 2006

El viejo territorio de La Forestal, la empresa inglesa que arrasó con el quebracho colorado, embolsó millones de libras esterlinas en ganancias, convirtió bosques en desiertos, abandonó decenas de pueblos en el agujero negro de la desocupación y gozó de la complicidad de administraciones nacionales, provinciales y regionales durante más de ochenta años.
Las Petacas se llama el exacto escenario del segundo estado argentino donde los pibes son usados como señales para fumigar.
Chicos que serán rociados con herbicidas y pesticidas mientras trabajan como postes, como banderas humanas y luego serán reemplazados por otros.
'Primero se comienza a fumigar en las esquinas, lo que se llama 'esquinero'.
Después, hay que contar 24 pasos hacia un costado desde el último lugar donde pasó el 'mosquito', desde el punto del medio de la máquina y pararse allí', dice uno de los pibes entre los catorce y dieciséis años de edad.
El 'mosquito' es una máquina que vuela bajo y 'riega' una nube de plaguicida.
Para que el conductor sepa dónde tiene que fumigar, los productores agropecuarios de la zona encontraron una solución económica: chicos de menos de 16 años, se paran con una bandera en el sitio a fumigar..
Los rocían con 'Randap' y a veces '2-4 D' (herbicidas usados sobre todo para cultivar soja). También tiran insecticidas y mata yuyos.
Tienen un olor fuertísimo.

'A veces también ayudamos a cargar el tanque. Cuando hay viento en contra nos da la nube y nos moja toda la cara', describe el niño señal, el pibe que será contaminado, el número que apenas alguien tendrá en cuenta para un módico presupuesto de inversiones en el norte santafesino.
No hay protección de ningún tipo.
Y cuando señalan el campo para que pase el mosquito cobran entre veinte y veinticinco centavos la hectárea y cincuenta centavos cuando el plaguicida se esparce desde un tractor que 'va más lerdo', dice uno de los chicos.
'Con el 'mosquito' hacen 100 o 150 hectáreas por día. Se trabaja con dos banderilleros, uno para la ida y otro para la vuelta. Trabajamos desde que sale el sol hasta la nochecita. A veces nos dan de comer ahí y otras nos traen a casa, depende del productor', agregan los entrevistados.
Uno de los chicos dice que sabe que esos líquidos le puede hacer mal: 'Que tengamos cáncer', ejemplifica. 'Hace tres o cuatro años que trabajamos en esto. En los tiempos de calor hay que aguantárselo al rayo del sol y encima el olor de ese líquido te revienta la cabeza.
A veces me agarra dolor de cabeza en el medio del campo. Yo siempre llevo remera con cuello alto para taparme la cara y la cabeza', dicen las voces de los pibes envenenados.
-Nos buscan dos productores.
Cada uno tiene su gente, pero algunos no porque usan banderillero satelital.
Hacemos un descanso al mediodía y caminamos 200 hectáreas por día.
No nos cansamos mucho porque estamos acostumbrados.
A mí me dolía la cabeza y temblaba todo. Fui al médico y me dijo que era por el trabajo que hacía, que estaba enfermo por eso', remarcan los niños.
El padre de los pibes ya no puede acompañar a sus hijos. No soporta más las hinchazones del estómago, contó. 'No tenemos otra opción. Necesitamos hacer cualquier trabajo', dice el papá cuando intenta explicar por qué sus hijos se exponen a semejante asesinato en etapas.
La Agrupación de Vecinos Autoconvocados de Las Petacas y la Fundación para la Defensa del Ambiente habían emplazado al presidente comunal Miguel Ángel Battistelli para que elabore un programa de erradicación de actividades contaminantes relacionadas con las explotaciones agropecuarias y el uso de agroquímicos.
No hubo avances.
Los pibes siguen de banderas.
Es en Las Petacas, norte profundo santafesino, donde todavía siguen vivas las garras de los continuadores de La Forestal.
Fuente: Diario La Capital, Rosario, Argentina

domingo, 25 de abril de 2010

Estado Actual del Abuso Sexual Infantil: Miradas desde los Medios y La Justicia











MESA REDONDA XXVI Congreso de APSA 2010- Congreso Argentino de Psiquiatría

Resumen: Debido a que el Abuso Sexual Infantil se ha visto difundido en forma reiterada en los medios a partir de la aparición de casos denunciados en ámbitos educativos, terapéuticos y espirituales, como así también la victimización intrafamiliar de menores aún con consecuencias fatales; habiendo observado que en todos los casos, la salud física y psíquica de las víctimas se encuentra condicionada por las decisiones de los adultos (jueces, abogados, médicos, religiosos) quienes muchas veces no tienen en consideración el desarrollo psíquico, mental ni biológico de estos jóvenes y los reexponen de diferentes modos a una nueva revictimización (exposición mediática de sus agresores; continuidad de embarazos producto de violaciones; testimonio infantil en los juzgados ante funcionarios desconocidos, por ejemplo en Cámara Gesell), cuyos efectos son notoriamente perniciosos según nuestras propias observaciones durante la práctica clínica psiquiátrica y psicológica; y ante esta realidad hostil para la infancia posmoderna, queremos compartir nuestro análisis y nuestras reflexiones sobre la presentación de estos casos en los medios y la interpretación de su impacto en la opinión pública (imaginario colectivo); como así también su tratamiento en los escenarios judiciales, con el objeto de promover nuevas alternativas a las intervenciones de los adultos, tendientes a respetar el superior interés del niño según lo establece la Declaración Internacional de los Derechos del Niño. Para el logro de nuestros objetivos, expondremos trabajos de investigación bibliográfica sobre las temáticas propuestas junto a ejemplo de casos clínicos que faciliten la comprensión de las necesidades psíquicas de los niños víctimas de ASI.

Objetivos: 1.- Concientizar a los profesionales de la salud mental acerca del tratamiento que reciben los menores víctimas de ASI tanto en los escenarios judiciales como en los medios.\r\n2.- Concientizar a los actores del Poder Judicial acerca de las necesidades psíquicas de los niños víctimas de ASI y los efectos de su tránsito por las instancias judiciales.\r\n3.- Proponer nuevas estrategias de intervención de los agentes de la Salud Mental en estos casos toda vez que se requieran elementos probatorios de ASI tendientes a respetar el superior interés del menor según lo establece la Declaración Internacionald de los Derechos del Niño.

Integrantes:
Dra. Mónica Silvia, Barrera - Disertante
AT Andrea Beatriz, Perez - Disertante
Dra. Ana María , Martorella - Coordinadora
Dra. Ana María, Martorella - Disertante

La ciencia... para comer mejor

"Esta generación es la última que cocinará", alerta Pere Castells, creador del departamento científico del templo gastronómico El Bulli. Y anticipa que lo nuevo serán las dietas listas
Noticias de Revista LA NACIÓN
Domingo 25 de abril de 2010 | Publicado en edición impresa

Comer mejor. Ese fue el objetivo de Pere Castells al dedicarse a estudiar la cocina. Es que la alimentación y la ciencia son los grandes amores de este científico, responsable del Departamento de Investigación de la fundación catalana Alicia (por "alimentación" y "ciencia"), el lugar creado en 2004 junto a Ferran Adrià (El Bulli) y otros científicos y cocineros que buscan mejorar la calidad de los alimentos. Invitado a Buenos Aires por la Asociación Argentina de Gastronomía Molecular, Castells habló con LA NACION sobre el futuro de la cocina.
-¿Por qué tuvo tanto éxito el maridaje "ciencia-cocina"?
-Por algo que llamo cocina evolutiva. No significa que hagamos cosas que no se hayan hecho en la cocina, sino que la cocina ha ido evolucionando mucho más rápido que en el siglo XVIII. El problema es que hay gente que se sostiene en una mal llamada tradición para negar la evidencia de que esto evoluciona y evoluciona. Con Ferran siempre decimos que hay cocina buena o mala. No es cierto que hay cocina evolucionista o cocina molecular, sino que uno hace un pastel de leche bárbaro y otro lo hace mal.
-Al hablar de movimiento molecular, ¿se hace un paréntesis?, ¿qué es lo que pasa?
-El movimiento de gastronomía molecular se basa en la explicación científica de términos culinarios. Pero es discutible, porque no permite avanzar a los cocineros. Nosotros somos científicos intervencionistas, es decir, yo lo llamo movimiento ciencia y cocina, los científicos como ciencia auxiliar de los cocineros. La cocina se basa en distintos aspectos; una de sus patas es la ciencia, para evolucionar. ¿Por qué se ha evolucionado en la esferificación?, porque algunos científicos -en ese caso tengo el privilegio de haberlo desarrollado- nos preocupamos por investigar qué pasaba ahí con el fin de solucionar problemas que puedan tener los cocineros. La esferificación sirve para hacer una perla de oro comestible, por ejemplo (foto).
-Como científico, ¿por qué decide aplicar sus conocimientos a la cocina?
-Veo la gastronomía como un elemento científico más, en paralelo: mi laboratorio y fórmulas, su cocina e ingredientes. Luego me di cuenta de que la cocina no es un laboratorio; es mucho más complicado porque hay parámetros muy distintos. Primero, los productos son mucho más complejos y no los puedes controlar, es decir que con el mismo producto no siempre sale lo mismo: no todas las zanahorias son iguales en su composición, y eso complica mucho la investigación. Moléculas simples, en la cocina, sólo están la sal y el azúcar. Por otro lado, el tiempo y el ritmo de trabajo de un científico son muy diferentes. En la cocina no hay tiempo de analizar constantemente las cosas. Como científico tuve que optar: o seguimos un ritmo rápido... o no avanzamos. Aprendí mucho con Ferran, que marcaba las pautas de lo que quería. Me dijo: "Una investigación que dure más de un mes no me interesa". Desde el punto de vista científico, una investigación dura, mínimo, un año. Entonces decidí que quizá no sabremos tantas cosas, pero prefiero avanzar. Esto es lo que no coincide con la gastronomía molecular. Pero ahora discutir los nombres es absurdo; sabemos que en la mayoría del mundo hablar de ciencia y cocina es hablar de gastronomía molecular, que, de hecho, son quienes me han invitado a la Argentina.
-¿Hay cierto abuso de las técnicas científicas en la cocina?
-Creo que no, pero cada cual tiene que saber qué usa: estamos muy obsesionados con la seguridad alimentaria, y está muy bien, pero son esos organismos los que me tienen que decir si puedo utilizar un producto o no. Yo no tengo ni idea, pero si me dicen: "Mira, a partir de mañana la gelatina no la puedes usar más", la dejo de usar, pero que me lo digan.
-Es el padre de los gelificantes, y ha descubierto muchas otras cosas. ¿Qué es lo que se viene?
-Estamos trabajando en las dietas listas para comer. Nos guste o no, la sociedad va muy rápido y no tiene tiempo de cocinar. Desde Alicia, donde luchamos para que la gente cocine, vemos que se cocina poco. Se dice que la generación actual de adolescentes es la última que cocinará. Cocinar no es hacer un bife a la plancha; en todo caso, se cocinará mucho en tiempo libre de fin de semana, pero lo que es cocinar cada día se está complicando. Un producto es bueno cuando lo es desde lo alimentario y lo organoléptico. El reto de la industria alimentaria (en la cual los científicos interactuamos) es que los productos sean mejores desde el punto de vista organoléptico. Ya sabemos que son buenos desde lo alimentario. No estoy de acuerdo con los alimentos como medicina: la comida es comida y la medicina es otra cosa. En los talleres para niños les decimos que coman la fruta porque es muy rica, muy buena de gusto, porque decirle que es saludable es imposible, no les interesa. A mí tampoco.
Por Sabrina Cuculiansky
scuculiansky@lanacion.com.ar
Datos
www.alicia.cat
http://gastronomia-molecular.blogspot.com

¿Por qué los adultos no juegan?

Durante la infancia, el juego es una actividad fundamental para aprender y crecer. ¿Por qué cuando crecemos dejamos de hacerlo? En esta nota, las claves para "recuperar al niño interior"
Noticias de Revista LA NACIÓN
Domingo 25 de abril de 2010 | Publicado en edición impresa

Es mi cable a tierra; son dos horas para mí en las que tengo posibilidades de crear; jugando al Rasti me desenchufo", asegura José Luis Onostre (47), desarrollador de software y padre de Florencia, de 8 años, con quien comparte sus juegos de bloques, a los que frecuentemente se suman su propio padre, de 84 años, y su sobrino Facundo, de 6. José Luis es uno de los socios del Club del Rasti, surgido para promover el tradicional juego de construcción, mediante reuniones, foros web y "campeonatos", en los que participan jugadores de menos de cuatro a más de 84 años.
"No se deja de jugar porque se es viejo, sino que se es viejo porque se deja de jugar", decía Bernard Shaw. El juego "es un recurso psíquico al que acude el niño cuando algo le molesta o lo angustia, y en el adulto ocurre algo parecido", dice la psicóloga Mónica Cruppi, de la Asociación Psicoanalítica Argentina. Además de ser una actividad social y placentera, funciona como un calmante, una táctica para enfrentar el estrés cotidiano, adaptarse a los cambios y desarrollar la creatividad.
Además, "el juego libre, aquel que no está pendiente de reglas ni de un resultado, eleva el ánimo y las defensas del organismo porque genera la liberación de endorfinas, llamadas también hormonas de la felicidad", aporta Graciela Astorga, especialista en Programación Neurolingüística y directora de Taquion, una consultora de juegos para el desarrollo personal.
Sin embargo, y pese a todos sus beneficios, a medida que crecemos las personas dejamos de jugar. Y olvidamos todo aquello que el juego nos enseñó durante los primeros años, el tiempo de la vida en que más cosas aprendimos. Factores culturales, el miedo al ridículo y la falta de tiempo atentan contra el espíritu lúdico.
¿Se está perdiendo la capacidad de jugar? Muchos padres se preocupan porque sus hijos no juegan, se aburren y están todo el tiempo pendientes de la TV, la computadora y la consola de videojuegos. Por otra parte, los adultos ya no sabemos cómo entretener a los niños, porque nos hemos olvidado de jugar.
Juegos de mesa, juegos de rol
Sábado por la tarde, en el Club Oeste, del barrio de Caballito. En las mesas de la cafetería hay varios grupos jugando al TEG, el clásico juego de estrategia que hizo furor en la década del 70. Desde chicos hasta jubilados, todos están pendientes de los dados y las fichas de colores posadas sobre un tablero que simula un mapa antiguo. "Es la mejor forma de pasar el sábado", dice Mariano, bioquímico, y confiesa que "más de una vez dejé plantada a una chica para venir a jugar". "Es muy entretenido, y al tener muy poco componente de azar, te obliga a pensar estratégicamente y negociar con otros", apunta Nicolás, instrumentador quirúrgico. Ana, una de las pocas damas que juegan en el salón, aporta que "lo bueno es que no necesitás juntar un grupo de amigos para venir a jugar, sino que podés venir y te los hacés acá". En la era de los videogames, los juegos de mesa conservan su encanto, y sus seguidores. Aunque hoy existen juegos de realidad virtual como Second Life, que cuenta con tiendas, universidades y hasta una moneda propia (los linden, que cotizan en Bolsa), los tradicionales "juegos del rol en vivo y en directo" no han perdido vigencia. "Son juegos cooperativos, no competitivos, lo que significa que nadie gana o pierde, sino que todos se divierten", señala Graciela Rapán, analista de sistemas y psicóloga social, fanática "rolera". "A mí me divierte mucho, hice muchos amigos jugando, y estimula mi creatividad", asegura, y explica que existen distintos tipos de juegos de rol. Los hay inspirados en obras literarias famosas, como las de Tolkien o Lovecraft; en películas y series de televisión, con ambientación histórica real o fantástica; "medievales" ( El Señor de los Anillos , Dungeons & Dragons ), de ciencia ficción ( Star Wars , Cyberpunk ), ambientados en el Lejano Oeste ( Deadlands ), en el mundo de los espías ( James Bond , Spycraft ), los piratas o los samuráis. Graciela desmiente enfáticamente que los juegos de rol inciten a la violencia o la discriminación y cita en su blog ( www.queeselrol.com ) varios estudios internacionales que concluyen que este tipo de juegos fomentan la cooperación y la tolerancia, además de ser un buen vehículo para el aprendizaje.
¿Y los juegos de computadora? Muchos videojuegos están inspirados en los juegos de rol ( Second Life , SimCity ) y se caracterizan por recrear situaciones de experimentación. Su finalidad es resolver conflictos y prepararse para situaciones futuras en un entorno ameno y seguro.
En el trabajo, ¿por qué no?
Al entrar en la sede de Globant, una compañía argentina exportadora de software, se puede ver gente jugando al ping-pong, al metegol, a los videojuegos. Al mejor estilo Google, sus oficinas tienen una sala de música y hasta una pared de escalamiento. "Para generar buenas ideas hay que estar feliz", dice Guibert Englebienne, socio de esta compañía que fundaron cuatro amigos en 2003 y hoy tiene más de 1500 empleados. "Los ámbitos para jugar y distenderse son parte de esto. No creemos que trabajar sea vestirse prolijo e ir a la oficina de 9 a 18. Nosotros pensamos que para trabajar bien hay que divertirse. Por eso tenemos juegos. Y nadie se abusa. Cada uno cumple con lo que tiene que hacer, y por eso nadie se lamenta si hay gente jugando en el horario de trabajo", asegura el directivo.
"El juego es un disparador de emociones, y por eso sirve para fijar conocimientos. Las empresas están empezando a reconocer esto, y es por ello que cada vez más utilizan juegos para capacitar y entrenar a sus empleados", dice Julián Baamonde, de la consultora Meritent. Dentro de las actividades de capacitación que proponen a las compañías están los juegos de simulación por equipos, en los que "los grupos compiten y cooperan entre sí para alcanzar determinados objetivos de negocio. Durante el juego, los participantes asumen roles diferentes de sus funciones habituales, y esto ayuda a ponerse en el lugar del otro y pensar más abiertamente para resolver situaciones", dice Baamonde.
Otra de las funciones del juego es "desen¬mascarar a las personas", afirma Inés Moreno, quien dirige desde hace más de 30 años un estudio donde se dictan talleres de juego y creatividad para adultos. "En el juego se ve quién escucha y quién no, quién es empático, solidario, y quién hipercompetitivo", dice la experta. Entre los asistentes a su taller, muchos vienen para aliviar el estrés o aprender herramientas creativas para su trabajo. Otros lo hacen para recuperar el gusto por el juego, y conectarse de forma más directa con sus hijos.
Una vía de comunicación
Muchos padres no juegan con sus chicos "por falta de tiempo". Sin embargo, tampoco lo hacen durante los ratos de ocio y las vacaciones. El juego es la primera forma de diálogo que se establece entre padres e hijos, y su ausencia puede llevar a falencias en la comunicación más adelante, cuando los niños se vuelven adolescentes y se han perdido los códigos comunes que surgen del jugar.
"La interacción lúdica entre padres e hijos suele perderse con los años. No sólo porque al crecer el juego cede su espacio a las actividades programadas y encaminadas a la formación académica, sino porque la sociedad moderna le resta importancia a esos ratos de convivencia familiar necesarios para establecer confianza, compartir tensiones y emociones, enfrentar retos o simplemente disfrutar de estar juntos", dice la psicóloga Mónica Cruppi. No hace falta comprar juguetes costosos (ver recuadro: A qué jugamos, según la edad) ni destinar interminables horas a jugar con los niños. Ante todo, el juego debe ser una actividad espontánea y no impuesta.
Por otro lado, cada vez más personas adultas empiezan a replantearse en qué punto de su vida se encuentran y hacia dónde desean seguir. "Una alternativa para estos planteos son los juegos de desarrollo personal, porque nos permiten adquirir herramientas para modificar conductas que nos apartan de la meta deseada", dice Marta Hinc, psicóloga que implementa talleres de juegos para adultos en el interior del país. "Cuando un adulto se permite jugar, enriquece sus posibilidades de enfrentar la realidad, y encuentra más recursos para solucionar sus problemas", destaca.
Está visto que el juego es una actividad necesaria para los seres humanos de cualquier edad, no sólo para los niños. Sólo que "en las etapas más productivas de la vida nos parece que el tiempo es oro y que no podemos distraernos en cosas pueriles como jugar. Y así es como terminamos estresados, contracturados o hasta enfermos", dice Graciela Astorga.
Los griegos, que le daban mucha importancia al juego y entre su inmenso legado cultural nos dejaron los Juegos Olímpicos, distinguían entre kronos y kairos. Kronos es el tiempo de la urgencia. Kairos, en cambio, es el tiempo de lo oportuno y, también el de la risa oportuna. Y jugar es una forma de recuperar el kairós para nuestra vida.
Por María Gabriela Ensinck
revista@lanacion.com.ar
No sólo es cosa de chicos
Así como los niños juegan con celulares, MP4, cámaras digitales y computadoras portátiles, cada vez más adultos compran juguetes para darse un gustito: armar la pista Xcalectric que siempre quisieron tener, completar la colección de Rasti, vestir a las Barbies como verdaderas top models. Los especialistas en marketing los llaman kidults, y son como el sueño del pibe para cualquier empresa, ya que combinan la impulsividad de los chicos con la billetera de los mayores.
El mercado de juguetes para adultos crece cada vez más, y algunas jugueterías le dedican góndolas especiales. Gran parte de los usuarios de juegos de modelismo y para armar son mayores, y en el segmento de videojuegos, la edad promedio de los jugadores está en los 35 años (y no en los 15, como acusan muchos padres de adolescentes).
Los pioneros del fenómeno kidult son los exponentes de la llamada "Generación X" (o cuarenteens). Los nacidos entre el 65 y el 75 "fueron los primeros en sufrir los divorcios, las familias monoparentales o ensambladas, con padres que trabajaban muchas más horas de las que podían acompañarlos en casa. Crecieron con la violencia de la televisión y de la calle, el sida, el desempleo, la decadencia de los valores tradicionales y el terrorismo", señala un trabajo de la consultora especializada en consumo CCR. La generación que le sigue, los jóvenes "Y" (hoy entre los 25 y 35 años), son esencialmente lúdicos y promueven la diversión en sus lugares de trabajo. No se trata, en ninguno de los dos casos, de gente "que no tuvo infancia", sino de adultos que buscan la diversión y disfrutar el presente, como cuando eran chicos. Por eso, aunque son perfectamente racionales cuando se trata de adquirir artículos de primera necesidad, no reparan en gastos y hasta pueden incurrir en un préstamo personal para comprarse el último chiche tecnológico o una consola wii.
7 razones para hacerlo
1 Es una manifestación de la libertad. Jugar es una actividad libre, no impuesta; por eso, generalmente se juega en tiempo de ocio.
2 Alivia el estrés: nos permite abstraernos de las exigencias de la vida corriente, reducir tensiones y generar endorfinas, u hormonas de la felicidad.
3 Es una forma de diálogo directa y amena con nuestros hijos. Nos permite compartir con ellos códigos y emociones, y transmitirles enseñanzas para el futuro.
4 Favorece el aprendizaje, dado que permite simular situaciones e interactuar. Aquello que se aprende "haciendo" no se olvida jamás.
5 Es un vehículo de socialización: jugando se conocen y se hacen amigos, en cualquier etapa de la vida.
6 Implica un esfuerzo físico y/o intelectual que contribuye a mantener el cuerpo y la mente en forma.
7 Enseña actitudes de convivencia, como competir, perder y ganar.
Juegos según la edad
Desde el nacimiento hasta los 6 meses
Se le pueden alcanzar, esconder y mostrar juguetes relacionados con lo sensorial: de colores llamativos, tamaño adecuado, no tóxicos y fabricados con materiales resistentes, ya que tienden a llevárselos a la boca y arrojarlos al piso.
Se recomiendan sonajeros, peluches con sonido, móviles de cuna, mordedores, muñecos de goma.
De los 6 a los 12 meses
El niño comienza a sentarse, a gatear e incluso a caminar. Para acompañarlo en estas "aventuras", se puede jugar con pelotas blandas, sonoras o luminosas, andadores, juguetes a cuerda que se desplazan, de plástico para la hora del baño, muñecos de trapo y encajables grandes: cubos o vasos de plástico de distintos tamaños que se pueden apilar.
De los 12 meses a los 2 años
Les encanta que les lean libros, y los juguetes con sonido y movimiento. Se puede jugar con pelotas, platos y cucharas de plástico, autitos y libros de imágenes y texturas en cartón duro o tejidos plastificados.
De los 2 a los 4 años
Empiezan a construir; pueden armar rompecabezas de piezas grandes, dibujar y hacer formas con plastilina de colores. Les gusta adoptar roles de la vida cotidiana: jugar al cocinero, al doctor, a la mamá o a la maestra. Los juguetes más adecuados para esta edad son autitos, muñecos, utensilios de distintos oficios, disfraces, libros sencillos para colorear, juguetes para hacer burbujas y dominó de colores y formas.
Para los 4 y los 5 años
Les encanta representar roles como el del papá o la mamá. Los juegos indicados suelen ser los de dramatización. Los juguetes más adecuados para esta edad son los disfraces, pinturas de maquillaje, pizarra, libros para colorear y de pegatinas, títeres, juegos de cocina y de té, juegos de organizar (pueblos, garajes, ciudades, granjas), juegos de memoria visual.
Para los 5 y los 6 años
Empiezan a desarrollar más sus habilidades psicomotoras. Se inclinarán por triciclos, bicicletas y accesorios deportivos (pelotas, raquetas, soga para saltar), cochecitos a control remoto, trenes, libros de actividades infantiles, muñecos articulados, cajas organizadoras con compartimientos para guardar sus juguetes, libros de historias cortas e ilustradas, dominó de imágenes, números y asociaciones.
Para los 7 y 8 años
Les encanta construir, inventar aparatos, coleccionar cosas. Se puede jugar a los naipes, al dominó, hacer actividades al aire libre (fútbol, patín), organizar juegos de preguntas y respuestas, de memoria, de experimentos; leer con ellos libros y revistas adecuados a su edad.
Para los 9 y 10 años
Les interesa el juego organizado y de competencias. Disfrutan de los juegos de mesa y de experimento, de los deportes y los libros de aventuras. También, construir y remontar barriletes, la iniciación en el modelismo (aviones, barcos, casitas de muñecas), coleccionar figuritas o monedas y tocar instrumentos musicales, que pueden ser el inicio de una actividad que dure toda la vida.
Para los 11 y 12 años
Les gustan los juegos de ingenio y de estrategia para jugar con sus compañeros o con adultos (TEG, Scrabble, El Juego de la Vida, El Estanciero); también, los juegos tecnológicos y los rompecabezas y encastres de muchas piezas y posibilidades constructivas.
Más de 12 años
Disfrutan los juegos en equipo, los deportes y los juegos de experimentación.
Todo aquello que fomente sus aficiones (libros, música, videojuegos).
Asesoramiento: Lic. Mónica Cruppi, APA
Guía para entretenerse
Juegos de rol
www.queeselrol.com
Talleres de juego y creatividad del Estudio Inés Moreno
www.inesmoreno.com.ar
Taquion, juegos para el desarrollo personal
www.taquion.com.ar
Cofradía del TEG
http://cofradiadeteg2010.wordpress.com/
Club del Rasti
http://www.rastitv.blogspot.com
Fuente: http://ucce.ucdavis.edu
Ludopatías, cuando el juego se convierte en adicción
Jugar es una actividad saludable, que cuando se convierte en obsesión puede llevar a la ludopatía, una adicción con características similares al abuso de sustancias. "El ludópata tiene al juego como actividad principal en su vida, y aun siendo consciente de que le es perjudicial, no puede evitar continuar con esa conducta", define el doctor Javier Didia Attas, especialista en adicciones de la Asociación Psicoanalítica Argentina y del Hospital Italiano. La industria de los juegos de azar se nutre muchas veces del jugador compulsivo, que "entra en un círculo vicioso donde la conducta que le causa problemas es la única vía para conseguir el dinero con el que atajar tales dificultades y/o evadirse de los problemas", señala Attas.
El profesional recomienda estar atento a las siguientes señales de alarma:
1. Tiene preocupación permanente por el juego.
2. Progresivamente, juega cada vez más dinero.
3. Trata de recuperar lo que perdió volviendo a jugar.
4. Va a jugar cuando se siente deprimido o ansioso.
5. Cuando deja de jugar se siente irritable.
6. Ha intentado varias veces dejar de jugar para siempre y no lo logró.
7. Miente y oculta su compulsión a jugar.
8. Supone que los demás van a ayudar en caso de falta de dinero por causa del juego.
9. Se deterioran las relaciones laborales y sociales debido a su adicción.
10. Comete delitos leves para obtener dinero destinado al juego.

sábado, 24 de abril de 2010

La tragedia educativa

Un completo informe revela las luces y las sombras de la educación en la Argentina de hoy, con un futuro sin solución aparente
Noticias de Opinión
Domingo 18 de abril de 2010 | Publicado en edición impresa

La educación en la Argentina ha venido experimentando en los últimos años todo tipo de procesos, algunos muy buenos y otros no tanto. Estas luces y sombras de lo que debería ser el pilar para el crecimiento y la instalación definitiva de nuestro país en el mundo han sido relevadas de manera muy completa por el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec). Este organismo independiente celebró en estos días sus primeros diez años de existencia con la publicación de un informe titulado Radiografía de la educación argentina , cuya intención es que sea leído por docentes, directivos, funcionarios y actores políticos de la educación.
Resulta interesante conocer las conclusiones de su monitoreo relativo al cumplimiento de la ley 26.075 de financiamiento educativo (LFE). La citada norma estableció que el gasto consolidado en educación, ciencia y tecnología por parte del gobierno nacional debía alcanzar un crecimiento progresivo que, para 2008, tendría que representar el 5,3 por ciento del PBI. De acuerdo con el informe esa meta de inversión se sobrepasó y significó el 5,8, lo que marca un cumplimiento satisfactorio en el curso del trienio que siguió a 2005, año de sanción de la ley.
En términos nominales, fue una inversión de casi 60.000 millones de pesos en 2008, en tanto que la financiación en 2003 sólo llegaba a 14.840 millones. Sin embargo, este dato cuantitativo, por sí solo, no implica a la vez el acierto de la inversión ni la calidad de los resultados logrados. Algo resulta muy preocupante cuando se observa que a pesar del aumento global de la inversión, las desigualdades se han agravado. Así se advierte en lo que concierne al gasto educativo como porcentaje del gasto total de los presupuestos provinciales.
Un capítulo de suma importancia es el que corresponde al salario docente, que absorbe casi el 95 por ciento de los presupuestos educativos provinciales. Es de subrayar que, desde 1996 hasta septiembre de 2009, el sueldo docente en promedio creció un 48,5 por ciento en términos reales, pero también en este cuadro se registran injustas desigualdades. Si se toman los sueldos extremos para comparar se advierte que, mientras que en Santa Cruz, en 2009, el salario del docente primario de jornada simple, con 10 años de antigüedad, alcanzaba los 4400 pesos, el de Formosa se reducía a 1789. El promedio simple de los sueldos brutos de los maestros en el país se hallaba en los 2400 pesos.
En la comparación internacional la Argentina se muestra todavía como un país capaz de competir en los indicadores de inclusión educativa e igualdad de oportunidades para acceder a la escuela. En el ranking del índice de desarrollo Unesco de Educación para Todos, está en una posición privilegiada, porque es N° 27, entre Cuba (N° 23) y Chile (N° 37), dentro de los 129 países que incluye el estudio. Pero en las evaluaciones de calidad, como el Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes o Informe PISA, que se contrasta con el PBI per cápita, del año 2006, la Argentina está lejos de los países desarrollados, dentro de la categoría "Baja calidad y bajo PBI". Ninguno de los países relevados cayó tanto entre 2000 y 2006 como el nuestro, en lo referido a la calidad de la educación de los jóvenes de 15 años. El informe PISA demostró que en comprensión lectora, esos jóvenes ocupaban en 2000 el puesto 35° entre 41 países, y en 2006 el 53° entre 57 países. Una situación similar se observó en el rendimiento en matemática.
Esto último está muy relacionado con otros datos: solo el 31 por ciento de los alumnos que ingresa en primer grado termina la secundaria; las condiciones educativas en las zonas rurales del país muestran que hay baja oferta en la educación secundaria (en 2007, en el total del país el porcentaje de alumnos en escuelas rurales ascendía al 13% en el nivel primario y apenas al 7% en la secundaria), y, entre 2000 y 2008, hubo en el país un promedio de 9 paros docentes por año en cada provincia.
En consecuencia, el informe del Cippec revela un dramático cuadro de contradicciones. Los logros están dados por el cumplimiento de la ley de financiamiento, pero, lamentablemente, retroceden ante las injustas desigualdades. La responsabilidad del Gobierno se hace una vez más evidente, por cuanto mantiene un esquema arbitrario de coparticipación del federalismo fiscal, que incide negativamente en la distribución de los recursos con los cuales las provincias deben afrontar sus obligaciones educativas.
Causa inmenso dolor comprobar que la educación argentina, que conoció sus momentos de gloria y vanguardia, se ahogue hoy en una mediocridad creciente, que confirma el título de un libro del lúcido educador argentino Guillermo Jaim Etcheverry, llamado La tragedia educativa .

El uso de drogas y la consulta de emergencia

El “Cuarto Estudio Nacional sobre la relación entre el uso indebido de drogas y la consulta de emergencia” busca determinar la cantidad de consultas de emergencia relacionadas al consumo de sustancias psicoactivas en salas de emergencia de hospitales públicos de todo el país.

Así, se pueden conocer las causas que motivan las consultas y el perfil sociodemográfico de los pacientes. También, permite describir cuáles son las sustancias más consumidas por esta población y en especial, aquellas más frecuentemente asociadas con lesiones personales.
La investigación se realiza cada dos años - en 2009 se llevó a cabo durante el mes de junio- en el hospital público más importante de cada capital provincial y de la Ciudad de Buenos Aires.

El estudio

Las consultas asociadas al consumo de alguna sustancia son realizadas en mayor medida por varones, por jóvenes de entre 16 y 25 años, por pacientes con bajo nivel educativo formal y por personas solteras y económicamente activas.
De un total de 12.004 consultas de emergencia registradas, el 9.4% estuvo relacionado con el consumo de alguna sustancia según la impresión clínica del médico.
Principales conclusiones
Durante los fines de semana ocurren la mayor cantidad de consultas asociadas al consumo. El 14.8% del total de las registradas ocurre en el fin de semana, frente al 6.3% de las registradas durante la semana.
Entre quienes ingresaron a la guardia por situaciones de violencia, sobredosis o síndrome de abstinencia en consultas asociadas al consumo de sustancias psicoactivas (SPA), la gran mayoría son varones: 88.2%, 71.4% y 89.5% respectivamente.
Por su parte, la mayor proporción de personas que ingresaron a la sala de emergencia por intentos de suicidio asociados al consumo de SPA, son mujeres en el 64.3% de los casos.
Al interior de las consultas relacionadas al consumo, la presencia de pacientes que llegaron inconscientes o con conmoción cerebral es del 21.5%, frente al 2.8% que corresponden a las consultas que no tienen relación con el consumo y al 4.1% correspondientes a las consultas en donde no hubo consumo alguno. Este dato advierte acerca del impacto que tiene el consumo de sustancias sobre el sistema de salud (demanda de atención y tratamiento).
El consumo de hipnóticos y ansiolíticos, sedantes y tranquilizantes produjo el mayor porcentaje de ingresos a la sala de emergencia en estado de inconsciencia (27.8% y 10.6% respectivamente), seguido del consumo de cocaína en un 9.9%.
Los mayores porcentajes de ingresos en estado de conmoción cerebral fueron causados por hipnóticos (11.1%) y por los solventes o inhalables (11.1%), antidepresivos (10.5%) y ansiolíticos, sedantes y tranquilizantes (9.8%).
La sustancia que tiene mayor prevalencia en las últimas 6 horas anteriores al ingreso a la guardia es el alcohol, con un 76.2%. Esta cifra indica una vez más, la importancia de esta sustancia en los patrones de consumo de la población. Por segunda vez, este estudio mide el consumo de tabaco en las consultas en las salas de emergencia, y esta sustancia se presenta como la segunda más consumida (51.4%) como en el estudio anterior del 2007.
Los ansiolíticos, sedantes y tranquilizantes tienen una presencia del 11.5%, la marihuana del 10.1%, la cocaína del 5.6% y los solventes e inhalables del 2.1%. Para el resto de las sustancias los porcentajes de asociación entre la consulta y el consumo de sustancias es inferior al 2%.

La 'comida basura' puede ser adictiva

12/04/2010

Un trabajo en animales de laboratorio (ratas) ha mostrado por primera vez que en la compulsión de comer en exceso, que conduce a la obesidad, se ve afectado el mismo mecanismo biológico que en la adicción a las drogas, como son la cocaína y heroína. Este hallazgo ha sido publicado en la revista Nature Neuroscience.
Los autores muestran que cuando los centros de placer del cerebro se vuelven menos sensibles, las ratas desarrollan rápidamente el hábito compulsivo de comer en exceso cantidades crecientes de alto contenido calórico y de alto contenido en grasa, hasta llegar a ser obesas.
El consumo excesivo de este tipo de alimentos desencadena la adicción como una respuesta neuroadaptativa de los circuitos de recompensa del cerebro, conduciendo al desarrollo de la alimentación compulsiva.
También se ha encontrado que los niveles de los receptores de dopamina D2 son significativamente menores en los cerebros de los animales obesos, algo similar a lo que se ha observado en drogadictos humanos.

[Nat Neurosci 2010]
Johnson PM y Kenny PJ

Violencia y deterioro de la escuela

La crisis de autoridad de los docentes y la pasiva actitud de muchos padres hablan a las claras de un fenómeno que avanza
Noticias de Opinión
Jueves 22 de abril de 2010 | Publicado en edición impresa


Ya está empezando a dar miedo mandar a los hijos al colegio." Sonó como una declaración inverosímil, pero ocurrió en 2004, cuando una mujer respondió con desesperación ante el primer asesinato cometido por chicos en una escuela pública chilena.
En estos seis años, las autoridades educativas, tanto de los países centrales como de los países periféricos, han acrecentado su preocupación por la escala de violencia en las escuelas. No puede decirse, en general, que hayan avanzado mucho, y menos en nuestro país.
En la última década ha habido varios episodios trágicos en los establecimientos educacionales argentinos, comenzando por el crimen de tres alumnos en 2004, en Carmen de Patagones. Otros casos han sido el del joven de 19 años que mató a un compañero e hirió a otro, en una escuela polimodal de Rafael Calzada, y el del chico que apuñaló a su profesora de física, en Olavarría.
Basta observar la posición que los estudiantes argentinos ocupan en esfuerzos comparativos en matemáticas y lenguas en competencias internacionales de incuestionable validez, como la que realiza la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), para mensurar el deterioro de la educación argentina. El nivel de comprensión de operaciones aritméticas simples y en lenguaje de nuestros chicos figura en los últimos renglones, entre los 57 países participantes en ese concurso.
Eso encuentra explicación en el deterioro visible de la educación popular propagada por Sarmiento. La enseñanza está, en muchos casos, en manos de personas conducidas por quienes todos los años se preparan más para la acción gremial y callejera, con abandono de aulas y pérdidas de horas de clase, que para educar a la juventud con el ejemplo de sus actos. Las autoridades educacionales suelen recibir instrucciones de no sobrepasar cuotas "aceptables" de repetición de años de enseñanza y los docentes actúan con el temor de que el castigo debido a un alumno díscolo pueda, como mínimo, manchar el legajo personal.
Se acaba de anunciar que en Gran Bretaña se ha autorizado el "uso de fuerza física moderada", y sin castigos físicos, a fin de neutralizar la ola de actos de violencia que se prolonga desde hace años. El Sindicato de Maestros Británicos, menos propenso como los que actúan por estos lados a poner paños fríos en el descalabro escolar, ha denunciado la creciente presencia de armas blancas y de fuego en las aulas. Por ese sindicato hemos conocido algo tan inaudito como que también se ha elevado el número de chicos que van en Gran Bretaña a la escuela con chalecos antibalas.
Las revueltas estudiantiles de fines de los años sesenta en Europa y los Estados Unidos constituyeron un giro histórico al impulsar cambios considerables en los comportamientos. Además, la violencia se ha asentado en los medios visuales de comunicación masiva como una práctica natural de las relaciones sociales, el lenguaje ha adquirido tonos cada vez más brutales y el narcotráfico, que potencia los aspectos más negativos de individuos y núcleos sociales, deja su marca de terror en los núcleos desprevenidos de la infancia y temprana adolescencia. El contexto general en el que se sitúa la escuela, como base formativa paralela al hogar, ha ahondado de ese modo los problemas propios de arrastre de la educación argentina en las últimas décadas.
La foto publicada días atrás en la portada de LA NACION en la que una estudiante universitaria se había subido a la mesa a la que estaba sentado el rector de la Universidad de Buenos Aires es el testimonio patético que resume la situación deplorable que se vive. En otro momento nadie, en uso pleno de las facultades mentales, habría preguntado si todavía esa mujer sigue siendo estudiante de la UBA; hoy, lo que se indaga es si ha cabido para ella algún apercibimiento, al menos.
En un país en que los menores de edad saben a los 15 años, como en cualquier otra parte, lo que significa matar, violar o robar, el asesino de una profesora fue devuelto poco después del tremendo hecho al núcleo familiar. Hay problemas inherentes al funcionamiento educativo, pero resulta innegable que el mundo, en acelerada transformación de hábitos, ha barrido, sin saber bien con qué reemplazarlas, normas de convivencia básica para la organización social. Sin ellas, el desorden anárquico lo abate todo, y la autoridad razonable y legal es cuestionada por "imberbes" más propensos a la arrogancia de imponer criterios chapuceros que a mostrar humilde inclinación por el estudio y respeto por quienes han dedicado la vida a la enseñanza.
Muchos padres son responsables de ese caos y de la pérdida del principio de autoridad. En vez de respaldar a los docentes en las exigencias básicas de la educación, respaldan a sus hijos, a veces con insolencia y amenazas, como si fuera necesario que la degradación de la cultura del trabajo debiera tener en el país su correlato en una disminuida cultura del aprendizaje.
En su faz más trágica, la violencia escolar (en escuelas primarias, en colegios secundarios) es manifestación del deterioro de antiguos valores culturales. La lucha por recuperar la prestancia de esos valores es indispensable, pero insuficiente. La deserción escolar, la vagancia de adolescentes por las calles, las privaciones que sufre una franja de la juventud perteneciente al treinta por ciento de la población en estado de indigencia o pobreza impelen también a la acción social en otros terrenos.
La exclusión es un flagelo que debe combatirse sin pausas, pero con energía. Cualquier conducta que procure el aprovechamiento político de esa miseria, que constituye una deuda moral del país con sus hijos, es acreedora de una condena difícil de borrar.

Ejercicios de computadora, en tela de juicio

Mejorarían sólo funciones específicas
Noticias de Ciencia/Salud
Jueves 22 de abril de 2010 | Publicado en edición impresa

Un estudio británico que hoy publica Nature pone en tela de juicio los efectos positivos que el llamado "entrenamiento mental computadorizado" (brain training, en inglés) tendría sobre las funciones cognitivas. El trabajo también puede agregar una pizca de confusión a los mensajes que nos instan a mantener la mente activa para preservarla en buen estado hasta bien entrados los años.
Adrian Owen, de la Unidad de Ciencias Cognitivas y del Cerebro de la Universidad de Cambridge, decidió poner a prueba el uso regular de las pruebas de entrenamiento de computadora que, afirma, constituyen una industria de "millones de libras", pero carecen de evidencia científica que los respalde. Y lo hizo con un elegante experimento: reclutó a 11.430 voluntarios de entre 18 y 60 años a través de un programa de divulgación científica de la BBC (Bang goes the theory), les hizo una prueba de inteligencia general (capacidad verbal, espacial, memoria y razonamiento) y los dividió en tres grupos. Al primero les hizo preguntas de cultura general y a los otros dos les pidió que jugaran con este tipo de ejercicios por lo menos 10 minutos, tres veces por semana durante seis semanas. Al final, les repitieron las pruebas y compararon los resultados.
El estudio ?escriben Owen y colegas? "no ofrece evidencia de que el uso regular de entrenamiento computadorizado mejore el funcionamiento cognitivo general en personas sanas más allá de las tareas concretas en las que se practica".
Según expertos locales, sin embargo, el equipo británico no analiza si los beneficios registrados se vuelcan, o no, en actividades de la vida cotidiana.
"Prueba si estos entrenamientos en un área específica, como la memoria, enriquecen otras funciones y arroja un resultado negativo ?cuenta Teresa Torralva, jefa de Neuropsicología del Instituto de Neurología Cognitiva y del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro?. Nosotros tenemos una colaboración con Adrian Owen y alentamos estos ejercicios, pero sostenemos que la ejercitación a través de la computadora es sólo una herramienta más dentro del entrenamiento cognitivo general. Es un instrumento que tiene que darse dentro de un contexto."
Según Torralva, ya se había mostrado que, por ejemplo, cuando uno se entrena en ejercicios de lógica, mejora... en la resolución de problemas de lógica.
¿Pero esas mejoras se transmiten a otras áreas? ¿Si uno se ejercita en la memorización de listas de palabras, luego recuerda mejor las fechas de cumpleaños de sus personas cercanas, las películas que acaba de ver?
"En definitiva, eso es lo que le interesa a uno, pero el trabajo no lo prueba ?dice Torralva?, porque no se evaluaron actividades cotidianas, sino rendimiento en pruebas de computadora. Por otro lado, los programas de entrenamiento tienen que estar diseñados particular y específicamente para cada persona."
Y enseguida aclara: "Para el cerebro de un ajedrecista, probablemente jugar al ajedrez no resulte un gran desafío. Cuando hablamos de entrenamiento de las funciones cognitivas, siempre tenemos en cuenta tres conceptos claves: desafío, cambio y aprendizaje. La computadora es muy válida, pero siempre dentro de un programa más completo. Pensémoslo de este modo: ¿ir al gimnasio, nos hace tener un mejor estado físico general? Sabemos que el entrenamiento con computadoras probablemente sirva para algunas funciones específicas, pero que no lo hace a uno más inteligente. Cuánto impacta en la vida de las personas no se sabe, porque no se estudió."
"Ya es sabido que ser experto o rendir bien en un tipo de memoria, en un laboratorio, no se extiende a otras funciones cognitivas o en la vida diaria ?coincide el doctor Facundo Manes, director del Instituto de Neurología Cognitiva y del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro?. Pero esto no contradice los datos que existen a favor de la reserva cognitiva: una mayor educación y desafío intelectual disminuye el riesgo de deterioro."
Por su parte, el joven investigador argentino Tristán Bekinschtein, que trabaja en la misma unidad que Owen, en la Universidad de Cambridge, y participó en las discusiones sobre el diseño del trabajo, subraya que es importante hacer investigaciones serias como ésta, con muchísima gente, que permiten trabajar con estadística muy sólida. "Cuando la muestra es muy grande, la población está mejor respresentada ?explica?. Ese es el caso cuando se estudian más de 11000 personas, en lugar de tres grupos de 20, como ocurriría en un estudio habitual de ciencias cognitivas."
"Es importante destacar ?agrega?que la gente mejora en las tareas específicas, pero que eso no se transfiere a otras funciones. Es decir que sí hay efecto de práctica, pero esas redes neurales no parecen estar más flexibles para otras tareas... Lo que hace falta ahora es seguir probando tipos de entrenamiento hasta encontrar una estrategia que sí se transfiera. Parece que lo que funciona es la ejercitación persona-persona, porque se puede aprovechar el aspecto motivacional y se siente la presion de cumplir. Hace falta mucho trabajo en esto para empezar a generar conclusiones más generales de cómo entrenamos las redes neurales para que quede una traza de velocidad o efectividad de procesamiento general para la resolución de problemas."
Nora Bär

El apoyo escolar ya se volvió una rutina

Docentes salvavidas / Casi un reemplazo para los padres
Las maestras particulares ahora supervisan que los chicos hagan la tarea y actúan antes de que haya dificultades
Noticias de Cultura
Jueves 22 de abril de 2010 | Publicado en edición impresa

Carla Melicci
Para LA NACION
Padres que trabajan todo el día y no quieren lidiar con sus hijos a la hora de hacer la tarea, escuelas primarias que aún no encuentran la forma de que los alumnos logren prestar atención en clase y chicos que necesitan contar con la mirada de un adulto para hacer sus deberes parece ser la combinación perfecta para que cada vez más familias recurran a maestras particulares, no tanto en busca de ayuda puntual para una dificultad de aprendizaje o de comprensión, sino como forma de contención y supervisión escolar de los chicos.
Así, a las actividades extras que tienen los niños se les agrega ir una, dos y hasta tres veces por semana a apoyo escolar, donde la hora de clase, que por lo general es grupal, ronda entre $ 20 y $ 40, según el barrio.
Para Alejandro De Oto Gilotaux, director de primaria y rector del Instituto de Capacitación Docente del Colegio Los Robles, existe un conjunto de factores por los que las familias recurren con mayor frecuencia a este tipo de apoyo.
"Por un lado, la realidad actual laboral de los padres claramente dificulta el acompañamiento y el control sobre el niño. Por el otro, está la abrumadora cantidad de contenidos que se dictan en algunas escuelas, pensados para niños con un mayor nivel de desarrollo evolutivo y que sólo pueden ser aprendidos por chicos con memoria. Finalmente, los enfoques pedagógicos actuales que utilizan algunas escuelas no son los mismos con los que aprendieron los padres. Por todo eso a veces los chicos llevan tareas a sus casas que los adultos no saben cómo resolver", aseguró a La Nacion De Oto Gilotaux.
Tal fue el caso de Ximena Pretela, mamá de Julieta y Sofía, de 8 y 13 años. "Les enseñaron a dividir de una manera que yo nunca había visto, entonces necesitaba que alguien les explicara y que las contuviera, porque yo no lo podía hacer. Ahora, las mando una vez por semana, en paralelo con el colegio. Ya no espero más a que llegue el día de las pruebas y les vaya mal", comentó Ximena, y señaló que esta contención tiene que ser un esfuerzo compartido por ambas partes: "Los libros no se pasean. Ellas tienen que estudiar, no se pueden sacar un 3 si las mando a apoyo".
Desde la psicología, la directora del Centro Dos, Miriam Mazover, recalcó que esta tendencia se da al estar la educación marcada como sinónimo de "la única prosperidad que le podemos asegurar a un hijo en un país tan incierto como el nuestro".
Ante el primer indicio de que algo no funciona, se manda a los chicos a apoyo escolar. "Hay mucha expectativa de los padres puesta en la escolaridad de sus hijos, porque ven que si el niño recibe una buena educación y tiene una buena performance en el colegio, tiene asegurado su porvenir", explicó Mazover.
Sin embargo, Marita Bourboun, maestra "de toda la vida" ?hace 45 años que es docente y 10 que dedica sus tardes a dar apoyo escolar en el barrio porteño del Abasto?, no coincide con Mazover.
"Esa mirada refleja el pensamiento de un grupo con posibilidades económicas diferentes de las que yo observo. Acá los papás me piden contención, que ayude a sus hijos en lo que ellos no saben, porque lo desconocen, porque no lo vieron nunca, porque se lo olvidaron o simplemente porque las materias van cambiando. Hoy el chico necesita que se le explique más, y los tiempos para desarrollar un programa en clase son escasos, lo que no le permite al docente detenerse; tiene que avanzar", aseveró Bourboun.
Maestras delivery
"Mientras que lo esperable sería que alrededor de un 10% de los alumnos necesite alguna ayuda extra, hemos encontrado cursos de primaria, en colegios de doble turno bilingües, en los que alrededor del 80% del alumnado recurrió en algún momento del año a la ayuda de una maestra particular", sostuvo un director de escuela primaria privada. En muchas ocasiones los propios colegios tienen un listado de maestros particulares que recomiendan a los padres de chicos con dificultades.
De Oto Gilotaux afirmó que sólo debería tener maestra particular el niño que presente alguna dificultad de aprendizaje. "El problema radica en que la escuela primaria en algún momento le pide al niño que estudie, en general en cuarto grado, como si mágicamente pudiera llegar a su casa y saber de qué se trata estudiar. Simplemente la escuela no enseña a estudiar. Cuando llega el aviso de la primera evaluación, la familia colapsa y recurre a la maestra delivery, que intenta que el niño aprenda para aprobar la prueba", aseguró el director.
Con paciencia
Lorena Chaile tuvo que rescindir sus vacaciones de verano porque Lucas se llevó Matemática y Lengua a marzo. "Llegó a ir a apoyo hasta tres veces por semana en febrero, porque si no, no pasaba de grado. No puedo hacerme problema porque no hace la tarea o no entiende, ya que a veces no le puedo explicar, porque trabajo todo el día. El es muy distraído, se dispersa en clase y necesita de una maestra particular que le explique, con la paciencia que yo no tengo", comentó la mamá de Lucas.
Por su parte, Ana Iraeta, maestra de escuela primaria pública y particular por la tarde, afirmó que los padres que mandan a apoyo escolar a sus hijos realmente están preocupados por ellos. "Si no, no los mandarían. Tengo diferentes casos, eso sí. Hay papás que se acercan en abril y me dicen: «Ana, yo no puedo; arreglate vos con mi hijo», y les doy apoyo escolar todo el año. Otros vienen directamente a partir de julio, y la consigna es «que pase de grado como pueda». Ahí es cuando te tenés que transformar en maestra salvavidas y sacar al chico adelante."
Mazover y Bourboun concuerdan en que la contención primaria del niño es la familia. "Por eso los padres tienen que estar alertas, ver si realmente sus hijos necesitan de una contención extra, si no están pasando por un estadio típico de la conformación del psiquismo humano, que está en plena construcción hasta la adolescencia", advirtió la directora del Centro Dos.
Y aclaró: "Tienen que entender que esto no es gratuito. No sólo se paga la maestra particular, sino que también el niño paga el precio de saber que necesita de otro para resolver su aprendizaje".
PROPUESTAS PARA MEJORAR LA PRIMARIA
Con una tasa de egreso del 90% y cobertura casi universal, la escuela primaria parece a salvo de los problemas del nivel medio. Pero enfrenta dificultades de sobreedad y repitencia. El Ministerio de Educación presentará hoy sus políticas de mejora para la primaria, que alcanzarán a 1.800.000 alumnos de unas 4000 escuelas con población vulnerable del país. Entre las iniciativas, se enviarán libros de texto y materiales didácticos, habrá recursos de apoyo para alumnos con dificultades y se planea abrir 450 Centros de Actividades Infantiles con propuestas recreativas, culturales y científicas a cargo de "maestras comunitarias".

Tuberculosis, un mal reemergente

El aumento de la pobreza y el menor acceso a los servicios de salud alimentan la reaparición de esta silenciosa enfermedad
Noticias de Opinión
Sábado 24 de abril de 2010 | Publicado en edición impresa

No es la primera vez que, desde estas columnas, nos referimos a las enfermedades llamadas "reemergentes". Por su reaparición reciente, han vuelto a ocupar los primeros planos en los medios la fiebre amarilla, la malaria, el dengue o la tos convulsa, y también las maneras actuales de combatirlas o prevenirlas.
El crecimiento de la tuberculosis, una de las enfermedades más temidas en el pasado y que mereció una denodada lucha para hacerla desaparecer, ha pasado más inadvertido, quizá por la condición misma de la enfermedad de afectar de manera silenciosa, pero persistente, a los sectores más desfavorecidos de la sociedad y, por ello, con menos posibilidad de hacerse oír.
La aparición del sida, en 1981, y su posterior expansión hasta alcanzar la categoría de pandemia resultaron un terreno fértil para el rebrote de enfermedades que se creían en retroceso, entre ellas la tuberculosis. También los fenómenos de las migraciones masivas Sur-Norte y el agravamiento de la pobreza en muchos países subdesarrollados, principalmente en Asia y Africa, abonaron el terreno para que, en 1993, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara la tuberculosis una urgencia mundial.
Justamente, la OMS, en ocasión del día dedicado a recordarla mundialmente, el 24 de marzo último, anunció que en algunas zonas del mundo el 25 por ciento de las personas padece una forma de esta enfermedad que no se presta a tratamiento con los regímenes terapéuticos convencionales, denominada multirresistente.
En la Argentina, el Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires informó recientemente que en su territorio "se notifican alrededor de 5500 casos anuales". Para algunos especialistas, el panorama puede ser aún más grave de lo que se piensa. "En la Argentina, hay un subregistro muy importante de la enfermedad", alertó el doctor Alberto Echazarreta, de la Sociedad de Tisioneumonología de la provincia.
El tratamiento actual para la tuberculosis consiste en una combinación de varios antibióticos específicos durante un período que no suele ser inferior a seis meses. Esto ha determinado (por motivos culturales, sociales y económicos) que el cumplimiento del tratamiento haya sido incompleto o parcial en muchos casos, lo cual propicia la aparición de numerosas cepas resistentes a los antibióticos. Una vez ocurrido esto, para curarla se necesitan drogas más fuertes, y hay que comenzar otra vez el círculo de curaciones.
La enfermedad ha vuelto a expandirse debido a la pobreza, la falta de acceso a servicios de salud y los consecuentes bajos índices de vacunación, la falta de políticas públicas de prevención y la irrupción del sida. Curiosamente, volvió a ser noticia en la ciudad de Buenos Aires, en febrero último, por el abrazo simbólico que trabajadores y vecinos de Palermo hicieron como rechazo al cierre de la Liga Argentina contra la Tuberculosis, la institución que presta ese servicio desde hace 109 años en forma gratuita a todos los enfermos.
Fue entonces cuando los medios recordaron que unos 2000 pacientes mueren en el país a causa de la tuberculosis y que, como lo señalaron también los voluntarios de la Red Solidaria, una persona se enferma en la Argentina cada 45 minutos. Dos meses más tarde, la mencionada entidad continúa con sus dificultades económicas, pero el tema ya abandonó la atención de la opinión pública.
Como se publicó hace poco más de un año, en la versión online de este diario, en el artículo titulado "Tuberculosis: la bacteria galopa en las villas", muchos de los actuales enfermos creían de buena fe que ésta era una enfermedad del pasado y, por consiguiente, un mal superado.
Pues bien, no lo es y, por el contrario, afecta a las capas más pobres de la población -la tasa para el país es de alrededor de un 29 por ciento-, tiene una peligrosa capacidad de expansión, pero si se respeta el tratamiento, se cura totalmente y no deja secuelas.
Es de esperar que ahora, que ya ha comenzado la vacunación contra la gripe A, se aproveche el esfuerzo de las campañas de prevención para volver a alertar también sobre esta silenciosa enfermedad que ha vuelto a manifestarse otra vez en el siglo XXI.

El hambre aún mata a los niños

Mientras el Gobierno adultera las cifras de pobreza e indigencia, todos los días fallecen niños por desnutrición
Noticias de Opinión
Sábado 24 de abril de 2010 | Publicado en edición impresa

El 53 por ciento de los niños argentinos de hasta 12 años pertenece a un hogar con problemas para cubrir sus consumos mínimos de alimentación, vestimenta, salud y servicios básicos. Este dato del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina significa que en nuestro país hay 9 millones de niños con déficit alimentario o malnutrición. Buena parte de ellos sufren hambre y, según informó Juan Carr, de la Red Solidaria, por año suman casi 3000 los niños que mueren de hambre.
Al mismo tiempo que estremecen y debieran escandalizarnos, estas cifras dicen mucho sobre nuestra sociedad y sobre el fracaso de la dirigencia en un campo tan sensible como este.
Son cifras que, obviamente, obligan a actuar ahora para resolver este drama que tiene dos facetas. Por un lado, como dijimos, la inadmisible cantidad de chicos que fallecen por falta de alimento. Por el otro, las serias y múltiples consecuencias que acarrea una alimentación insuficiente, como el aumento de la morbilidad y la disminución del rendimiento escolar. Cuando el hambre no mata, condiciona seriamente el futuro de esos niños condenándolos a intentar sobrevivir en la sociedad o en sus márgenes en inferioridad de condiciones pues su desarrollo neuronal se ve interrumpido si a edad temprana no reciben los alimentos necesarios. Es decir, condenándolos a la postergación.
Si la muerte diaria de niños por hambre es intolerable en cualquier país, lo es aún más, si cabe, en la Argentina, que con sólo el 0,65 por ciento de la población mundial produce materia prima suficiente para abastecer a varias Argentinas.
Podrá discutirse cómo se llegó a este extremo que, además de avergonzarnos, nos duele. Podrán discutirse las razones de la persistencia de este drama a partir de la crisis de 2001-2002, pese a que desde entonces han mejorado otros parámetros de nuestra economía.
Lo que no puede discutirse es la necesidad de actuar ahora. Y en este sentido, toda la dirigencia está en deuda. En 2007, durante la presidencia de Néstor Kirchner, su gobierno asumió el compromiso ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) de cumplir los denominados "Objetivos de Desarrollo del Milenio" establecidos por la ONU, por los cuales nuestro país debería "erradicar la indigencia y el hambre" y "reducir la pobreza de la población a menos del 20 por ciento y la indigencia al 0 por ciento" antes de 2015.
La negativa de sectores empresariales y sindicales a firmar junto con la Iglesia un documento sobre la pobreza y el miedo a hablar en público de este drama que vive el país es una muestra de que pocos van a invertir en un país en el cual un gobierno usa los resortes del poder para infundir miedo y falsear la realidad. Lo que ha hecho hasta ahora el Gobierno ha sido alterar perversa y maliciosamente los índices de inflación y los de pobreza e indigencia para ocultar esos tristes fenómenos.
Pero el hambre no se detiene ante los índices adulterados del Indec mediante una estafa que se vuelve cómplice y criminal al mismo tiempo, pues procura esconder una realidad intolerable y, al hacerlo, se exime el propio Gobierno de la obligación de mejorar esa realidad inocultable del hambre y la pobreza.
Para Juan Carr, los comedores que pertenecen a entidades no oficiales -sólo la mitad de ellos reciben subsidios estatales- no son la herramienta decisiva en la lucha contra el hambre. En la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UBA, Carr coordina el Centro de Lucha contra el Hambre, cuya labor principal consiste en crear huertas y granjas en las zonas con alto nivel de desnutrición infantil. Ya existen 550 mil huertas en la Argentina dentro del programa Pro Huerta del INTA y en muchas interactúan Cáritas y Tzedaká.
Carr considera que podrían hacerse 900 mil huertas más y llegar a su objetivo principal: reducir a la mitad el número de hambrientos en 2016 y llegar al hambre cero en 2020.
Son dos formas de encarar esta triste realidad. La que la combate con la verdad, y la que la oculta sabiendo, en definitiva, que su existencia es una afrenta para todos los argentinos sin excepción.

sábado, 17 de abril de 2010

Aspectos neurolingüísticos en los trastornos del espectro autista. Relaciones neuroanatómicas y funcionales

[REV NEUROL 2010;50 (Supl. 3):S69-S76] PMID: 20200850 - Ponencia - Fecha de publicación: 03/03/2010
M. Palau-Baduell, A. Valls-Santasusana, B. Salvadó-Salvadó
Introducción y desarrollo. Las alteraciones en el lenguaje y la comunicación son una característica definitoria de los trastornos del espectro autista. Existe una variabilidad significativa en las habilidades lingüísticas en los trastornos del espectro autista. Éstos presentan dificultades en ciertos aspectos del lenguaje, como las funciones semánticas, la sintaxis, la prosodia y la fonología, aunque el déficit más evidente tiene que ver con la función pragmática. Estas dificultades del lenguaje pueden causar serios problemas en la interacción social. Conclusiones. Las bases neurales subyacentes al fracaso en el desarrollo del lenguaje no se conocen. Diversos estudios de neuroimagen estructural y funcional han identificado alteraciones en las regiones relacionadas con el lenguaje, como diferencias morfométricas en el área de Broca y en el área de Wernicke, así como patrones de lateralización reducida o invertida en la corteza frontal y temporal. También existe una conectividad funcional disminuida entre las regiones anteriores y posteriores del lenguaje.


Modelos de intervención en niños con autismo

[REV NEUROL 2010;50 (Supl. 3):S77-S84] PMID: 0 - Ponencia - Fecha de publicación: 03/03/2010
F. Mulas, G. Ros-Cervera, M.G. Millá, M.C. Etchepareborda, L. Abad, M. Téllez de Meneses
Introducción. Los trastornos del espectro autista constituyen un grupo de alteraciones del neurodesarrollo que afectan de manera global distintas funciones cerebrales superiores del individuo, como la inteligencia, la capacidad del lenguaje y la interacción social. Aunque no existe hoy día ningún tratamiento curativo del autismo, sí hay diversas intervenciones no farmacológicas que pueden modificar el mal pronóstico generalmente asociado a este tipo de trastornos. Objetivo. Revisar de manera sucinta las diferentes aproximaciones para la neurorrehabilitación de los pacientes afectados de trastornos del espectro autista, lo que se conoce habitualmente como métodos de intervención. Desarrollo. Desde un punto de vista categórico, se pueden distinguir tres tipos de métodos de intervención, según que la orientación sea psicodinámica, biomédica o psicoeducativa. Existen dificultades para comparar los resultados de los distintos métodos de intervención, pero se han identificado unos elementos comunes que deberían tener para resultar eficaces. Actualmente se prefieren los métodos psicoeducativos, pues son los únicos que han demostrado eficacia en los estudios de investigación. Conclusiones. La intervención precoz, en el contexto de los centros de diagnóstico y atención temprana, dentro de modelos de intervención psicoeducativa mixtos, aunque con gran presencia de elementos conductuales, ha demostrado poder modificar la evolución de los pacientes con trastornos del espectro autista y constituye hoy día el abordaje más indicado.

Adolescentes y consumo

La investigación “El consumo de drogas como consumo cultural. La problemática del consumo de sustancias psicoactivas en adolescentes desde la cultura del consumo”, de carácter cualitativo, se propone indagar el universo simbólico del consumo de drogas dentro del entramado de la cultura del consumo, los consumos culturales y el uso del espacio por parte de los adolescentes.

El proyecto se desarrolló durante el 2009 y se trabajó con adolescentes de 12 a 17 años, varones y mujeres, de escuelas públicas y privadas de la Ciudad de Buenos Aires, Gran Buenos Aires y dos ciudades bonaerenses: Lincoln y Tandil.

Discursos frente a la droga

A grandes rasgos, entre los adolescentes entrevistados se pueden identificar dos grupos de discurso frente a la droga.

El discurso genérico: refiere a “la droga” en forma genérica, sin especificar sustancia. En este caso, los adolescentes muestran poco conocimiento, o una información deficitaria acerca de las drogas; suelen confundir una con otra (porro con paco, por ejemplo) y “la droga” es algo ajeno, propio de los Otros y siempre peligrosa, asociada a una idea más cercana a la adicción.

Por otro lado, aparece el discurso distintivo. Este diferencia por sustancia, es decir, que no refiere a “la droga” como un genérico que engloba a todas las sustancias por igual. En este caso, los adolescentes se muestran más informados y con mayor conocimiento respecto a cada sustancia (o al menos no las confunden); diferencian entre drogas de Otros y de Nosotros, aquellas que son de algún modo naturalizadas y se perciben desde la idea de uso, alejadas de la idea de adicción.

La sustancia y sobre todo el cómo se consume, asociado a perfiles sociales, separa a las drogas del Nosotros y de los Otros.

En ambos grupos puede considerarse al alcohol como droga cuando está asociado a un determinado perfil social y a situaciones de violencia. Cuando refiere al Nosotros y a espacios de recreación, esta percepción se disuelve significativamente.

Definir la droga

El hecho de que una sustancia esté o no legitimada socialmente en su consumo, es relevante para definirla o no como droga.

Así, las sustancias que se perciben legitimadas por la sociedad, ya sea por su visibilidad frecuente, por su cotidianeidad, tanto en espacios de ocio juvenil como entre los consumos adultos, como por su estatus legal, no son consideradas droga. Aún cuando se reconoce que pueden ser dañinas para la salud, se cree que tienen un efecto menor.

De esta forma, la tolerancia social informa sobre la percepción de riesgo: una droga considerada cotidiana, con alta tolerancia social, aún cuando pueda tener efectos sobre la salud, se considera que lo tendrá en menor medida, que se la puede controlar.

Información sobre drogas

A la hora de mencionar qué drogas conocen los adolescentes, son pocos los que se sienten seguros sobre la información que brindan. Se perciben muchas dudas, confusiones, repeticiones de sustancia en función de no reconocer apodos u otras formas en que son llamadas ciertas sustancias.

En todo caso, no se trata de un problema de poca información (los adolescentes pueden mencionar una lista importante de sustancias), sino más bien de la calidad de la misma. Por otro lado, esta indistinción también se apoya en la idea de que “todo te hace mal, todo es droga, todo es lo mismo”.

Sustancias más nombradas

Surgen algunas sustancias que se destacan por ser las más mencionadas de manera espontánea. La sustancia cuya mención es mayoritaria y casi de manera principal, es la marihuana: en casi todos los entrevistados es la primera que se menciona en su lista de drogas conocidas.

El alcohol, que también se conoce, no suele ser mencionada espontáneamente como droga.

Otras drogas que surgen recurrentemente en las menciones de sustancias conocidas son la cocaína, el paco, el éxtasis, las pastillas y el cemento de contacto o Poxirán. Es interesante destacar que algunas sustancias fueron mencionadas sólo entre algunos entrevistados de nivel medio alto. Sustancias de “diseño” como la ketamina, heroína, morfina, Popper, crack, anfetaminas, LSD, sólo aparecen en discursos de jóvenes de este nivel. Y, casi no se mencionan en las entrevistas de ciudades de la provincia de Buenos Aires.

También resultó importante la mención que se hizo a los psicofármacos. Esto se puede explicar por una mayor cercanía o naturalización con este tipo de medicamentos o por el efecto generado por lo que se llama el “botiquín familiar” (ver el estudio: “La medicalización de la vida cotidiana. El consumo indebido de medicamentos psicotrópicos en adultos”. Argentina, 2007).

Esto supone una familiaridad con el consumo de psicotrópicos a partir de formar parte del “botiquín” del hogar, lo que le confiere a los miembros de esa familia una accesibilidad ampliada. Pero también en tanto existe una “accesibilidad psicológica”, que construye esta naturalidad, a partir de una historia familiar que se fue moldeando en el tiempo. Más allá de esta situación, en no todos los casos hay un conocimiento tan exhaustivo de las distintas pastillas. Por lo general, los entrevistados mencionaron “pastillas” como un genérico de un tipo de droga, sin poder identificar diferencias, por ejemplo, entre una pastilla medicinal y el éxtasis.

La mención de las pastillas es generalmente acompañada por su modalidad de consumo junto con alcohol. Esta asociación se percibe muy riesgosa para la salud (se alude a los casos de chicas y chicos que murieron por mezclar alcohol y pastillas y que fueron sucesos ampliamente cubiertos por los medios). También, la mezcla alcohol y pastillas se asocia a la violencia, al descontrol peligroso.

Espacios

Algunos adolescentes dicen reconocer en “la calle” un espacio donde se entra en contacto y se pueden conocer distintas drogas. Es necesario hacer un análisis sobre qué significa “la calle” en cada caso, ya que muchas veces puede estar sugiriendo espacios distintos.

En algunas entrevistas a adolescentes de nivel económico bajo o muy bajo, cuya vivienda se encontraba en zonas de emergencia o precarizadas, esta “calle”, lugar de encuentro con la droga, se caracteriza como un espacio de cercanía y cotidianeidad: es “enfrente de casa”, en “toda la villa”, “acá nomás”.

En cambio, en sectores medios altos “la calle” se configura como un espacio construido por oposición a un lugar cerrado, resguardado, de encuentro, como puede ser el boliche, una casa o la escuela. En estos sectores “la calle” tiene una entidad menos definida, abstracta, se perfila como una categoría más útil para pensar y pensarse en la diferenciación social que para dar cuenta de realidades concretas.

“La calle” es lo contrario al espacio privado, y se menciona sin muchas especificaciones, salvo en segmentos medios bajos donde se empieza a recortar de esta gran categoría espacios más concretos como “la plaza”, “la esquina” o “la salida de la escuela”.

La televisión también se menciona como un espacio donde se produce y circula información sobre drogas. Se mencionan los noticieros y programas periodísticos como los contextos donde surge información sobre modalidades de consumo de las drogas, donde se conocen nuevas drogas y sus efectos, entre otras cosas.

El estudio completo se puede consultar aquí.

Deuda social con los jóvenes

Nuestra sociedad está en mora con los niños y adolescentes que abandonan sus estudios o no pueden iniciarlos
Noticias de Opinión
Sábado 10 de abril de 2010 | Publicado en edición impresa La Nación

Es una ingrata verdad, de la cual ya nos hemos hecho eco en estas columnas, que en nuestro país existe un elevado número de adolescentes y jóvenes que no estudian ni trabajan -entre 550.000 y 900.000, según se tomen las cifras oficiales o las de informes privados-, y que parecen entregados a una inercia que sólo promete un destino de marginación social.

Esta dura realidad constituye uno de los problemas más graves que aqueja a nuestra sociedad, compromete gravemente su futuro y reclama medidas de fondo para desembocar en una salida constructiva.

Otras estadísticas, a cargo del Observatorio de la Deuda Social Argentina, de la UCA, muestran también que el 35 por ciento de los jóvenes entre 19 y 24 años no había concluido la escuela media y el 41 por ciento de los adolescentes no asiste a la escuela secundaria o está retrasado por repitencia.

Los datos citados adquieren mayor relieve al considerar que la ley de educación que rige desde 2006 estableció la obligatoriedad de la escuela media. A partir de esa norma, padres e hijos han de cumplir con ella y, a su vez, el Estado tiene el deber de ofertar el número de vacantes necesarias para permitir una educación de calidad a todos los menores en edad de asistir a ese nivel de enseñanza.

Sin embargo, la experiencia del actual ciclo lectivo es otra, ya que las vacantes han sido ampliamente sobrepasadas por el número de quienes buscaban ingresar, estimulados por la reciente ley de asignación universal por hijo, siempre que se acredite el cumplimiento de la obligación escolar. Ahora bien, la exitosa respuesta alcanzada por una mayor inscripción quedó empalidecida por la incapacidad de la escuela oficial de dar cabida satisfactoria a todos los adolescentes.

Nuevos elementos pueden agregarse a las informaciones mencionadas, que revelan hasta qué punto nuestra sociedad está en deuda con estos niños y adolescentes. El Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa) ha presentado recientemente un informe cuya principal conclusión es que "uno de cada tres niños pobres no vive con sus dos progenitores". Como inmediatamente se comprende, entre otras consecuencias, esto frecuentemente trae aparejadas mayores dificultades en los procesos de educación.

Según el informe, para compensar los desafíos que se derivan de las nuevas formas de constitución familiar, muchos países contemplan mecanismos para resolverlos. Pero en el caso de la Argentina, la estrategia más reciente, la ya mencionada asignación universal por hijo -planteada como una de las iniciativas más importantes de los últimos años en materia de política social-, ha visto rápidamente erosionado su poder de transformación por el vertiginoso crecimiento de los precios; es decir que, con una inflación que superaría el 30 por ciento anual, los 180 pesos mensuales por hijo significan un impacto redistributivo insignificante.

La misma fuente señala que, según datos de la Encuesta Permanente de Hogares del Indec de 2009, en los hogares pobres el porcentaje de niños que no viven con sus dos padres llega al 34 por ciento y que, cuando alcanzan la edad de entre 11 y 14 años, el 20 por ciento está retrasado o directamente ya abandonó la escuela.

Según se advierte, recuperar a los niños y adolescentes que desertan del sistema no es tarea que se pueda cumplir en el corto plazo, aunque haya que actuar sin demora. Es una labor ardua, que debe ser bien concertada con las políticas económicas y sociales, con necesaria continuidad en el tiempo. Asimismo, tiene que apoyarse en una formación docente adecuada a las problemáticas que hoy afectan a los adolescentes, a sus familias y a una comunidad perturbada, además, por la violencia.

Dos terapias permiten corregir una imagen corporal distorsionada

Un desorden que afecta a varones y mujeres
Afirman que tanto las cognitivas como las farmacológicas son útiles para el trastorno dismorfofóbico
Sábado 10 de abril de 2010 | Publicado en edición impresa
Noticias de Ciencia/Salud:
Jane E. Brody
The New York Times


NUEVA YORK.- ¿Existe una parte de usted que odia mirar o trata de esconder ante los demás? Muchos estamos avergonzados o insatisfechos con alguna parte de nuestro cuerpo. Recuerdo que desde los 11 hasta los primeros años de mi adolescencia me sentaba en el colegio con una mano sobre lo que yo creía un bulto feo en mi nariz. Y conozco a una joven de peso normal que se niega a sentarse en el subte porque cree que eso hace que sus muslos parezcan enormes.

Pero ¿qué pasa cuando esta vergüenza por un defecto facial o corporal aparente se convierte en una obsesión o paranoia que inhibe a una persona de concentrarse en el estudio o el trabajo, de tener una vida social normal, o incluso de dejar la casa para ir de compras o al médico? ¿Y si desemboca en un intento de suicidio?

Estos son los desafíos de quienes sufren de trastorno dismorfofóbico corporal (BDD, por sus siglas en inglés), un síndrome conocido desde hace más de un siglo, pero sólo reconocido hace poco por el manual oficial de diagnóstico psiquiátrico. Más recientemente se han desarrollado tratamientos efectivos para combatirlo, y distintas investigaciones han comenzado a revelar sus raíces emocionales y neurológicas.

Un investigador pionero, el doctor Jamie D. Feusner, de la Universidad de California en Los Angeles, halló un patrón en la actividad cerebral de pacientes con BDD que parece ser diferente del de otras personas. Las diferencias se observaron en las áreas involucradas en el procesamiento visual. En la revista The Archives of General Psychiatry, Feusner publicó un trabajo que explica que cuanto más severos son los síntomas, más difiere la actividad cerebral de los niveles promedio normales.

Estos cambios cerebrales podrían ayudar a explicar cómo una persona puede volverse demasiado obsesionada por un aparente defecto en su cara, pelo, piel o forma facial o corporal que los demás tal vez ni siquiera noten, e incluso puede no existir.

Algunos se vuelcan al alcohol o las drogas para tratar de hacer frente a esta angustia extrema. Otros buscan una solución en las cirugías cosméticas, que no logran aliviar la ansiedad y que incluso pueden empeorar el problema, dejando cicatrices donde antes no había nada.

Incluso algunos hombres sufren una forma de BDD llamado trastorno dismorfofóbico muscular: piensan que se ven débiles cuando, en realidad, sus músculos están muy desarrollados gracias a un entrenamiento compulsivo de musculación.

La doctora Katharine Phillips, profesora de psiquiatría en la Escuela Médica de Brown, es quizá la mayor autoridad en BDD. En una entrevista, describió qué tan incapacitante puede volverse este desorden para aquellos que pasan horas frente al espejo tratando de "arreglar" su "pelo horroroso" o de disfrazar una mancha en su rostro que sólo ellos pueden ver. Hay quienes no saldrán de su casa a menos que puedan tapar completamente su cara y cabello. Y los que se aventuran a salir sin enmascarar el área afectada a veces huyen y se esconden cuando creen que alguien los está mirando fijo.

Sin trauma
Muchos relacionan su problema con algún trauma emocional de la infancia, como haber sido objeto de burla a causa de su apariencia, o a negligencia por parte de sus padres, angustia por su divorcio, o abuso físico, emocional o sexual. Pero Phillips dice que la mayoría sobrevive a estos traumas sin desarrollar BDD, especialmente si poseen otros factores en sus vidas que elevan su autoestima.

Más bien, explica Phillips, el trastorno parece ser una combinación de razones genéticas, emocionales y neurobiológicas. "Probablemente, los genes con que uno nace provean una base fundamental para el desarrollo más tarde del BDD", escribió Phillips. Además, llamó la atención acerca de que en el 20% de los casos un padre, hermano o hijo también sufre del desorden.

Extrañamente, el énfasis social en la apariencia es un factor mucho menos importante de lo que uno puede llegar a creer. Phillips sostuvo que la incidencia de BDD era casi la misma en todo el mundo, más allá de las influencias culturales. Además, a diferencia de los desórdenes alimentarios, que afectan mayoritariamente a mujeres, casi tantos hombres como mujeres sufren de BDD.

La buena noticia es que se han encontrado tratamientos que ayudan a la gran mayoría de los afectados, siempre y cuando reconozcan su problema y logren sobreponerse a la vergüenza el tiempo suficiente para encontrar un terapeuta calificado.

Los dos acercamientos más efectivos son, juntos o por separado, las terapias cognitivas-comportamentales y el tratamiento con drogas que aumentan la serotonina. En la terapia cognitiva, los pacientes aprenden gradualmente a reordenar sus pensamientos, exponer su "defecto" frente a otros y verse a sí mismos de manera más realista, como individuos enteros, más que ver sólo el supuesto defecto.

En estudios en los que se utilizaron drogas que aumentan la serotonina, entre la mitad y el 75% de los pacientes con BDD mejoraron, aunque Phillips advirtió que puede llevar hasta tres meses ver los resultados.

Lo que no funciona es la cirugía plástica y otros tratamientos cosméticos. Incluso si el tratamiento modifica el supuesto defecto, la persona seguramente va a encontrar otro y después otro y otro, y entrará en un círculo vicioso muy caro e inefectivo, que en general la dejará deforme.

Pequeños peligros al alcance de los chicos

Prevención / Estos accidentes son frecuentes en los menores de 5 años
La ingestión de cuerpos extraños, como monedas o pilas de reloj, puede causar asfixia o incluso lesiones del tracto digestivo
Noticias de Ciencia/Salud
Domingo 11 de abril de 2010 | Publicado en edición impresa
Sebastián A. Rios
Para LA NACION


"Cuando bajamos del auto, a Simona le faltaba una hebilla del pelo. Mi mujer insistía en que ella le había puesto tres hebillas y que faltaba una; revisamos todo el auto y seguía sin aparecer", recuerda Nicolás Luján, papá de Simona, que por aquel entonces no llegaba al año.

La radiografía no dejó lugar a dudas: Simona se había tragado la hebilla, que, por ser de metal, se observaba con claridad en la placa. Afortunadamente, no hizo falta ninguna intervención para sacar el cuerpo extraño, ya que siguió su camino hasta el pañal. De ahí en más, Simona sólo usó hebillas de plástico.

Monedas, pequeños juguetes y sus partes y pedazos, pilas, semillas y hebillas, bolitas, alfileres y clavos... Sólo a la guardia del Hospital de Niños Dr. Ricardo Gutiérrez llega todos los meses una veintena de chicos que se han tragado algo que no debían, que es todo aquello capaz de suscitar la atención de los menores de 5 años, que son los más propensos a llevarse todo a la boca.

Si bien la asfixia es el peligro mayor, ya que los objetos pueden obstruir la vía aérea hasta imposibilitar la respiración, no es el único riesgo que presenta la ingestión de cuerpos extraños. "Con las pilas botón hay que tener especial cuidado, y llegada la sospecha de que el chico se ha tragado una, hay que consultar inmediatamente, ya que puede perforar el esófago", advierte el doctor Jorge Fiorentino, jefe del Departamento de Urgencias del citado hospital.

Esas pilas son el principal temor de los médicos que atienden a niños por aspiración de objetos extraños. Más allá de que las sustancias que contienen, que son tóxicas, presentan el riesgo de provocar quemaduras internas, ya que los dos polos se encuentran en la misma cara de la pila, que al entrar en contacto con la mucosa del esófago descarga electricidad.

Además, agrega Fiorentino: "Por presión directa contra la pared del esófago, la pila puede perforarlo y crear una situación gravísima, que incluso puede complicarse con una mediastinitis".

Conclusión: las pilas botón, presentes hoy en calculadoras, relojes, juegos electrónicos e infinidad de otros productos, deben estar fuera del alcance de los chicos.

Cuerpos extraños
Pero lo mismo vale para una gran lista de elementos que el equipo de endoscopia del Hospital de Niños suele extraer del esófago, nariz y oído de los pequeños, en especial de los menores de 5 años (que representan el 80% de los pacientes que acuden a ese hospital por este motivo), y más especialmente aún en los menores de 3.

Como advierte el Manual de Prevención de Accidentes, elaborado por la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), "cualquier objeto pequeño, que se pueda introducir por completo en la boca representa un riesgo potencial".

En el caso de Martina Bosch, el cuerpo extraño fue una bolita de telgopor. "Martina estaba jugando en un puf relleno de telgopor, y al rato se acerca llorando y diciendo que se le había metido una bolita de telgopor en la nariz", cuenta Jorge, el papá de Martina, que por aquel entonces tenía 4 años.

"No se le veía nada en la nariz, pero ella decía que le dolía, así que fuimos al hospital, donde la revisaron, y tampoco encontraron nada. Nos dijeron que esperáramos: si aparecía la fiebre, ésta sería un signo de infección causada por el telgopor; las otras posibilidades eran que saliera sola o que se la tragara."

Martina no tuvo fiebre, y en la siguiente consulta los médicos dieron por cerrado el caso. "Sólo fue un susto", recuerda Jorge.

Pero aunque casi todo objeto pequeño puede ser tragado, aspirado o metido en la oreja del infante, asegura Fiorentino, lo que más frecuentemente se tragan los chicos son las monedas. Otro rubro importante, como era de esperar, son los juguetes.

"Habida cuenta de que los juguetes infantiles, o fracciones de ellos, son responsables de una importante cantidad de aspiraciones y atragantamientos, deben comprarse teniendo en cuenta las destrezas del niño y no sólo según su edad. Las recomendaciones del fabricante pueden servir de guía, ya que un juguete demasiado avanzado o demasiado sencillo para el niño puede ser usado de manera equivocada y causar una lesión."

Y como no hay juguete más atractivo que el del hermano mayor, Fiorentino aconseja enseñar a los hermanos mayores a guardar sus juguetes fuera del alcance de sus hermanos menores.

Pero ¿cuáles son los síntomas que pueden sugerir que el chico se ha tragado algo que no debía? En caso de ingestión, un babeo intenso, dolor y la imposibilidad de tragar alimentos son los síntomas básicos. Pero si el chico se ha metido un objeto en el orificio de la nariz, lo delatarán la presencia de gran cantidad de moco (a veces con sangre) y el dolor; si es la oreja el sitio afectado, dolor y alguna dificultad auditiva serán los síntomas.

"Ante la sospecha de que un niño haya ingerido un cuerpo extraño, consulte con la guardia del hospital, a veces una simple revisación y una placa radiográfica evita males mayores", asegura Fiorentino.

"Normalmente, se controla a través de las placas radiográficas que el cuerpo extraño no quede trabado en el tracto digestivo", dice Nicolás Luján, que, además de ser el padre de Simona, es pediatra del Hospital Británico, donde ha atendido muchos casos como el de su hija. "Los casos en que se debe extraer el cuerpo extraño son los menos", agrega

CLAVES

No perder al niño de vista. Los chicos son curiosos y exploradores. No alcanza con ocultar los objetos peligrosos.
No ofrecer al niño bolitas, monedas, dados, botones y objetos pequeños para jugar. Tampoco, muñecos con ojos que puedan desprenderse.
La alimentación de los pequeños, aunque coman solos, debe estar supervisada por un adulto.
Tener especial cuidado con las pilas botón, y guardarlas fuera del alcance de los niños.

Revisión a los seis meses de los bebés nacidos de nalgas para cribado de la displasia congénita de cadera

Autora: Fran Lowry
Publicado em 03/16/2010
Un estudio presentado en el congreso anual 2010 de la American Association of Orthopaedic Surgeons indica que el parto de nalgas es el principal factor de riesgo de displasia de cadera. En estos bebés la ecografía de cribado a las 6 semanas puede ser normal pero es conveniente una reevaluación a los 6 meses para descartar una displasia congénita de cadera.

La Dra. Meghan Imrie, ahora en el Lucille Packard Children’s Hospital de Palo Alto (Estados Unidos) pero antes en el Rady Children’s Hospital de San Diego donde realizó el estudio, explica que “creíamos que si la ecografía a las 6 semanas era normal el bebé no tendría problemas y podríamos darle el alta sin necesidad de seguimiento”. “Sabemos que algunos de estos bebés pueden tener displasia persistente y recomendamos una nueva evaluación para repetir el cribado”.

Los investigadores revisaron de modo retrospectivo la información clínica y las pruebas de diagnóstico por imagen de todos los bebés con parto de nalgas remitidos para evaluación ortopédica durante un periodo de 5 años.

Encontraron que el 27% de los 300 bebés con parto de nalgas en su revisión tenían anomalías en la ecografía a las 6 semanas. Estos bebés recibieron tratamiento con arnés de Pavlik.

El 73% restante con ecografía normal a las 6 semanas volvieron para una nueva evaluación clínica y radiográfica a los 4 a 6 meses según el protocolo Rady. El 29% de este grupo tenía signos de displasia y fueron tratados con arnés de Pavlik.

El diagnóstico de displasia tras una ecografía normal estaba basado tanto en parámetros clínicos como radiográficos. El 62% de las caderas tratadas con arnés de Pavlik tenían un índice acetabular al menos 2 desviaciones estándar por fuera de la media corregida por edad en comparación con el 26% de las caderas no tratadas.

Estos hallazgos indican que el parto de nalgas es el principal factor de riesgo de displasia de cadera. “Por esta razón recomendamos una evaluación meticulosa y repetida de estos pacientes mediante exploración física exhaustiva al nacer, ecografía a las 6 semanas de edad y radiografía anteroposterior de pelvis y lateral en posición de rana a los 6 meses porque el riesgo de displasia es demasiado alto para dar el alta a estos pacientes tras una ecografía normal”.

La Dra. Imri explicó a Medscape Orthopaedics que el desarrollo de la cadera de un bebé es un proceso muy dinámico y cambia con el tiempo. “Algunas de las caderas con una displasia mínima que vemos en las radiografías pueden normalizarse por sí mismas, pero otras no. Todavía no somos capaces de distinguir las que se normalizarán y las que no”.

Si la displasia de cadera no ser normaliza puede sufrir artrosis y precisar tratamiento quirúrgico en la adolescencia o en la etapa de adulto joven.

Afirma que “nuestra filosofía es que resulta mucho más fácil tratar a un bebé con un arnés durante unos meses que asumir el riesgo de una cirugía mayor en la juventud”.

El Dr. Perry L. Schoenecker, profesor de cirugía ortopédica de la Washington University de San Louis (Estados Unidos) y moderador de la sesión, señala a Medscape Orthopaedics que cree que este estudio es muy oportuno “porque nos recuerda que debemos estar muy atentos ante un niño con una cadera potencialmente inestable”.

Añade que el Rady Children’s Hospital tiene un umbral bajo para tratar a estos niños. “Probablemente es una buena norma. Más de la mitad de los pacientes recibieron tratamiento y aunque es probable que algunos no lo precisaran, el tratamiento es totalmente inocuo. Los investigadores tienen razón cuando explican que es mejor un exceso de celo con tratamiento innecesario de algunos bebés que un error por defecto que genera un problema difícil más adelante”.



La Dra. Imrie y el Dr. Schoenecker declaran que no tienen conflicto de intereses.


American Association of Orthopaedic Surgeons (AAOS) 2010 Annual Meeting: Abstract 396. Presented March 11, 2010.

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