Claves para evitar accidentes en el agua

Noticias de Ciencia/Salud: Domingo 13 de diciembre de 2009 Publicado en edición impresa
Para disfrutar sin riesgo de las piletas y los deportes acuáticos
Pediatras elaboraron un documento para prevenir el ahogamiento, que es la segunda causa de muerte en menores de 15 años
Fabiola Czubaj
LA NACION
El calor ya invita a zambullirse en la pileta o a preparar el kayak o la moto acuática para disfrutar del río o del mar. Por eso es muy oportuno tomar algunas precauciones con los chicos y los adolescentes para evitar los accidentes.
Pero ¿cuál es el mejor chaleco salvavidas? ¿Hay que usar casco para andar en moto de agua? ¿Sirve la matronatación para aprender a nadar? ¿Cuándo se considera segura una pileta? ¿Conviene zambullirse en un espejo de agua? ¿Cuándo es seguro llevar un bebe a bordo?
Las respuestas, elaboradas por un grupo de pediatras especializados en prevención de accidentes, ayudan a evitar el ahogamiento, la segunda causa de muerte en los menores de 15 años. "La «noción del peligro», que es un conjunto de percepciones y aprendizajes que resguardan la integridad física, se adquiere a alrededor de los 4 años", precisan los autores del Consenso Nacional de Prevención del Ahogamiento de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).
Esa es la mejor edad para empezar con las clases de natación, que suelen ser más efectivas cuando están a cargo de un profesor y no de un familiar. El contacto previo con el agua, como ocurre con la matronatación, "sirve para que el chico tome confianza con el agua y que aprenda a disfrutar y a respetar el agua, pero no para que aprenda a nadar ni a mantenerse a flote; además, puede generar en los padres una falsa sensación de seguridad. Con la primera bocanada de agua que traga un chico, ya no puede gritar ni pedir ayuda", explicó el doctor Carlos Nasta, presidente de la Subcomisión de Prevención de Accidentes de la SAP y redactor del documento.
Junto con él, 38 pediatras revisaron todas las normas nacionales e internacionales para prevenir los factores de riesgo asociados con las actividades en el agua de chicos y de adolescentes. El trabajo reveló una gran desorganización de esas normas. "Existe una gran desinformación y una gran dispersión de la información, que también es ambigua, contradictoria o deformada. Esto es apenas un puntapié fundacional a un documento serio y ordenado."
El chaleco, incluido para los menores de 4 años, se debe comprar según el peso y no la edad de los chicos. Debe mantenerlos a flote, con la cabeza fuera del agua; tener una abertura en el frente, con tres broches de seguridad como mínimo y una correa no extensible, que una la parte delantera y trasera por la ingle con un broche.
Los expertos desaconsejan el uso de brazaletes inflables, colchonetas, cámaras de automóvil o los salvavidas anulares clásicos de las embarcaciones porque "no ofrecen ninguna garantía", ni siquiera en una pileta segura.
En los arroyos, los ríos, las lagunas o el mar, la turbidez, los pozos de agua y la contracorriente actúan como "trampas" para los chicos, ya que facilitan el desplazamiento del cuerpo al sumergirse e impiden reconocer rápidamente signos de agotamiento. Para ingresar en un espejo de aguas oscuras, recién a partir de los 8 o 10 años, un chico debe hacerlo caminado lentamente y de la mano de un adulto. La primera inmersión es conveniente hacerla con zapatillas livianas para evitar lesiones.

Edades adecuadas para navegar
El consenso recomienda no llevar a pequeños de hasta 2 años a bordo de embarcaciones de remo (kayaks, canoas, piraguas o botes), con motor fuera de borda (gomones, motos de agua o lanchas pescadoras) o con velas. A partir de los 2 años, pueden hacerlo, pero con chaleco y junto con un adulto que sepa nadar.
El uso del optimist está permitido a partir de los 8 años, con vigilancia; el kayak y la piragua, desde los 10 años con curso de entrenamiento y chaleco; las motos de agua, a partir de los 16 años, a baja velocidad y con el chaleco puesto. "El uso del casco es polémico -se lee en el documento, que se puede conseguir en la SAP-. Sus ventajas ante un vuelco en el agua son obvias. Su desventaja sería la sofocación por la correa de seguridad y el ahogamiento al llenarse de agua."
Siempre, los expertos recomiendan que el responsable de supervisar las actividades en el agua no se distraiga, tenga visión directa de los chicos y conozca las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP), que evitan la muerte inminente.

CHICOS ROCIADOS CON PESTICIDAS TRABAJAN COMO BANDERAS HUMANAS.

Quien sabe que se comete un crimen y no lo denuncia es un cómplice

José Martí

El 'mosquito' es una máquina que vuela bajo y 'riega' una nube de plaguicida.

'A veces me agarra dolor de cabeza en el medio del campo. Yo siempre llevo remera con cuello alto para taparme la cara y la cabeza'.
Gentileza de Arturo Avellaneda arturavellaneda@ msn.com


LOS NIÑOS FUMIGADOS DE LA SOJA

Argentina / Norte de la provincia de Santa Fe

Diario La Capital

Las Petacas, Santa Fe, 29 septiembre 2006

El viejo territorio de La Forestal, la empresa inglesa que arrasó con el quebracho colorado, embolsó millones de libras esterlinas en ganancias, convirtió bosques en desiertos, abandonó decenas de pueblos en el agujero negro de la desocupación y gozó de la complicidad de administraciones nacionales, provinciales y regionales durante más de ochenta años.
Las Petacas se llama el exacto escenario del segundo estado argentino donde los pibes son usados como señales para fumigar.
Chicos que serán rociados con herbicidas y pesticidas mientras trabajan como postes, como banderas humanas y luego serán reemplazados por otros.
'Primero se comienza a fumigar en las esquinas, lo que se llama 'esquinero'.
Después, hay que contar 24 pasos hacia un costado desde el último lugar donde pasó el 'mosquito', desde el punto del medio de la máquina y pararse allí', dice uno de los pibes entre los catorce y dieciséis años de edad.
El 'mosquito' es una máquina que vuela bajo y 'riega' una nube de plaguicida.
Para que el conductor sepa dónde tiene que fumigar, los productores agropecuarios de la zona encontraron una solución económica: chicos de menos de 16 años, se paran con una bandera en el sitio a fumigar..
Los rocían con 'Randap' y a veces '2-4 D' (herbicidas usados sobre todo para cultivar soja). También tiran insecticidas y mata yuyos.
Tienen un olor fuertísimo.

'A veces también ayudamos a cargar el tanque. Cuando hay viento en contra nos da la nube y nos moja toda la cara', describe el niño señal, el pibe que será contaminado, el número que apenas alguien tendrá en cuenta para un módico presupuesto de inversiones en el norte santafesino.
No hay protección de ningún tipo.
Y cuando señalan el campo para que pase el mosquito cobran entre veinte y veinticinco centavos la hectárea y cincuenta centavos cuando el plaguicida se esparce desde un tractor que 'va más lerdo', dice uno de los chicos.
'Con el 'mosquito' hacen 100 o 150 hectáreas por día. Se trabaja con dos banderilleros, uno para la ida y otro para la vuelta. Trabajamos desde que sale el sol hasta la nochecita. A veces nos dan de comer ahí y otras nos traen a casa, depende del productor', agregan los entrevistados.
Uno de los chicos dice que sabe que esos líquidos le puede hacer mal: 'Que tengamos cáncer', ejemplifica. 'Hace tres o cuatro años que trabajamos en esto. En los tiempos de calor hay que aguantárselo al rayo del sol y encima el olor de ese líquido te revienta la cabeza.
A veces me agarra dolor de cabeza en el medio del campo. Yo siempre llevo remera con cuello alto para taparme la cara y la cabeza', dicen las voces de los pibes envenenados.
-Nos buscan dos productores.
Cada uno tiene su gente, pero algunos no porque usan banderillero satelital.
Hacemos un descanso al mediodía y caminamos 200 hectáreas por día.
No nos cansamos mucho porque estamos acostumbrados.
A mí me dolía la cabeza y temblaba todo. Fui al médico y me dijo que era por el trabajo que hacía, que estaba enfermo por eso', remarcan los niños.
El padre de los pibes ya no puede acompañar a sus hijos. No soporta más las hinchazones del estómago, contó. 'No tenemos otra opción. Necesitamos hacer cualquier trabajo', dice el papá cuando intenta explicar por qué sus hijos se exponen a semejante asesinato en etapas.
La Agrupación de Vecinos Autoconvocados de Las Petacas y la Fundación para la Defensa del Ambiente habían emplazado al presidente comunal Miguel Ángel Battistelli para que elabore un programa de erradicación de actividades contaminantes relacionadas con las explotaciones agropecuarias y el uso de agroquímicos.
No hubo avances.
Los pibes siguen de banderas.
Es en Las Petacas, norte profundo santafesino, donde todavía siguen vivas las garras de los continuadores de La Forestal.
Fuente: Diario La Capital, Rosario, Argentina

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Felíz Navidad!!!!

Que los Niñ@s por nacer no tengan que salvar al mundo!

Que los Niñ@s por nacer hereden un mundo mejor!

Esto depende de todos nosotros!

lunes, 21 de diciembre de 2009

“¡Vos no me hacés caso!”

PARA UNA “REFUNDACION DE LA AUTORIDAD”
Tomando los casos de la escuela y de la familia, y a partir de la crítica de “los resultados frustros y los mutuos reproches”, el autor sostiene una noción de autoridad que la aproxime a la construcción de un vínculo centrado en la admiración, antes que en una “razón de fuerza”.
Por Claudio Jonas *
“Los hombres se atreven más a ofender al que se hace amar, que al que se hace temer, al paso que el miedo a la autoridad política se mantiene siempre con el miedo al castigo inmediato, que no abandona nunca a los hombres.”
Nicolás Maquiavelo,El príncipe, 1513.

La escuela y la familia parecen haber llegado a un acuerdo en que ambas son las responsables de transmitir criterios sobre autoridad. También parecen confiar en que la sola enunciación, más o menos vehemente, instaura un molde que luego se irá llenando progresiva y coherentemente.
Sin embargo, a juzgar por los resultados frustros y los mutuos reproches, es razonable pensar que no todo está tan claro como dicen, o no es tan fácil su aplicación.
Un padre siente que tiene autoridad cuando sus hijos “le hacen caso”, cuando le obedecen; un docente puede llegar a convencerse de que tiene autoridad cuando sus alumnos siguen sus consignas sin cuestionamientos, sin interrupciones, sin distracciones; un directivo suele estar conforme y convencido de que ejerce una adecuada autoridad en la medida en que en su institución se aceptan sus directivas sin cuestionamientos; algún funcionario puede estar persuadido de que su autoridad se expresa en toda su potencialidad allí donde se cumplen sus órdenes.
Para algunos, “el poder”, las leyes, las normas y, sobre todo, las autoridades no deberían cuestionarse, lo cual es totalmente falaz: tanto las autoridades como las normas y las leyes han sido, casi siempre, el resultado de enfrentamientos más o menos violentos. Allí donde una tribu triunfó sobre otra o un país sobre otro las normas cambiaron: los vencedores impusieron sus leyes, sus normas, sus criterios y los sostuvieron a través de las autoridades que designaron. Es paradójico que en las escuelas, al mismo tiempo que se enfoca y reivindica una sucesión de hechos históricos en contra de las autoridades vigentes –algunos, indiscutiblemente violentos–, se quiera imponer la idea del statu quo.
Al mismo tiempo –y sin proponérselo– instalaron la idea de que ++las transformaciones (y las autoridades) dependen casi exclusivamente de la fuerza y, consecuentemente, realimentan la convicción de que hoy los atributos logrados por la fuerza los tiene un sector y mañana, cambiadas las relaciones de fuerza, los tendrá otro, y así sucesivamente.
Cuando un chico crece inmerso en estos criterios, es fácil que se haga a la idea de que en su relación con los mayores, su rol o su función sean bailar al compás de la música que tocan los mayores; primero en su casa, luego en la escuela y en su barrio, finalmente en el trabajo; la mayoría de las veces al redoble de “las obligaciones y las responsabilidades”.
El más fuerte –por contextura o porque tiene las armas o los instrumentos para hacer valer o imponer sus puntos de vista– es el que posee la autoridad, y esto, nos guste o no, en general tiene pésimas consecuencias. No solamente los pueblos conquistados, los líderes desplazados y los ejércitos vencidos masticarán la amargura de la derrota –con la convicción de que la próxima batalla puede ser la oportunidad para recuperar el lugar perdido–: también los jóvenes y los más chicos van incorporando esta creencia de que el más fuerte tiene derecho a imponerle sus caprichos al más débil. Se reinicia así el ciclo en el que el débil debe, a su vez, esperar el momento de la revancha.
Uno de los motivos de la violencia es la lógica consecuencia de estos criterios de autoridad y poder. La reacción a la coerción suele ser violenta. Esto no supone que la reacción deba ser directa e inmediata: a veces se desplaza y aparece en otros ámbitos; otras veces se demora en el tiempo y, en algunas ocasiones, en lugar de expresarse hacia otros, se orienta contra la propia persona.
Aunque no abundan las definiciones, los esfuerzos a los que se recurre revelan inmediatamente los criterios que se suponen definitorios de la autoridad: ejercer fuerza, imposiciones o prohibiciones desde un sector que ordena hacia otro que es el destinado a practicar esas acciones o a vivir de acuerdo con esos criterios que emanan autoridad y proceden de la autoridad. Para lo que se considera tradicionalmente “autoridad”, la obediencia es esperada como la confirmación de su existencia.
Ese es, a mi juicio, el déficit que se arrastra: hay una definición implícita, que no ha sido revisada ni actualizada ni mucho menos fundamentada, por la cual los argumentos esgrimidos resultan viciados de incoherencia e ineficacia. Y, revisando las acciones a las que se apela, resalta un supuesto –que no comparto– sobre qué es la autoridad y cómo se la impone.
La instalación de este debate es imperiosa. La escuela lo necesita y se lo merece. Porque en muchos casos se puede observar la coexistencia de criterios contrarios y excluyentes, en los que están involucrados desde los funcionarios con cargos más altos hasta el docente de aula. Cada uno, en su ámbito de competencia o de trabajo, ejerce y transmite “su” criterio de autoridad.
Todos los adultos hemos conocido docentes esmerados, pero francamente inseguros, tratando de convalidar con nuestro silencio un ilusorio lugar de omnisapiencia o de pastor indiscutible de buenas costumbres.
Que un chico imagine que los adultos lo saben todo es esperable. Es comprensible que los adultos vivencien complacidos esta admiración infantil. Que este vínculo se aproveche para desalentar el pensamiento crítico de las nuevas generaciones, si bien es comprensible y esperable, no resulta necesario y es francamente perjudicial. La insistencia porfiada por este camino no hace otra cosa que desanimar la participación activa, para mudarse en un tractor de voluntades apáticas. ¿Es posible imaginar un soporífero más efectivo y más peligroso para la construcción de la inteligencia?
Entonces, ¿habría que abandonar la idea de imponer autoridad?
Si entendemos autoridad por su etimología, nos sorprenderá encontrarla mucho más cerca de: autor, alguien capaz de criar, generar o transmitir algo nuevo o ignorado por nosotros. Esto sitúa a la autoridad mucho más próxima a la construcción de un vínculo –cuya cualidad principal es la admiración– que a una razón de fuerza o de imposición.
Imaginémonos que alguien descubra algún elemento que pudiera mejorar en algún aspecto nuestra calidad de vida: ya fuera en el área de la salud, la política, la ecología o la comunicación. Ese innovador se convertiría de hecho en autor: autor de un cambio. A su vez, su posibilidad de difundir, acompañar u orientar a otros lo transforma en alguien con autoridad. Está autorizado por sus conocimientos.
Sólo así es pertinente refundar el concepto de autoridad como una función necesaria, útil para el conjunto de la sociedad, tanto para el que la ejerce como para los que se la confieren.
Volviendo a la preocupación que parece ser motivo valedero de desvelo: ¿no sería anárquico postular que la autoridad se independice de la fuerza? La respuesta es afirmativa cuando las ideas y la práctica de la autoridad quedan ligadas a la idea del poder emanado de la fuerza. Pero por qué juzgar anárquica una redefinición del concepto y de la práctica de la autoridad que se reconoce, se realimenta y se sostiene en su verdadero y concreto accionar por el bien común. Redefinición que, además, interpela, tanto al que ejerce o pretende ejercer un lugar de autoridad, como al que está en la posición de reconocerlo en tal lugar de autoridad.
Así, la autoridad ya no sería pura formalidad ni descalificaría a una de las partes; desvalorizaría la pretensión de los violentos y la de quienes se creen con derechos adquiridos –familiares, raciales, religiosos, culturales, económicos, y, sobre todo, situaría los esfuerzos en una dimensión más cercana al amor que a la violencia.
* Psicoanalista. Director de Moebius Transformaciones Educativas.
Pág 12 18.12.09

jueves, 17 de diciembre de 2009

ADHD, un nombre para la falla de la función de inhibición

15 DE DICIEMBRE DE 2009 ENTRE DIAGÓSTICOS Y SÍNTOMAS
En la actualidad el trastorno de déficit de atención con o sin hiperactividad, forma parte del discurso corriente. Entre lo cultural y lo subjetivo, ¿qué es lo nuevo en el ADHD y cómo se ha extendido tanto?
Por Mónica V. Prandi
Hubo un momento en que se creía que el déficit de atención concernía a una falla del niño en su posibilidad de aprendizaje, entonces la misma escuela trataba de poner remedio dentro de su propio campo. Hoy estamos ante una nueva forma de concebir lo que otrora fuera un síntoma escolar, ya no es un síntoma a nivel del aprendizaje sino que recae sobre el cuerpo del niños y la forma de tratarlo incumbe al campo de la psiquiatría.Este pasaje de campos implica un cambio semántico ya que ahora se nombra al déficit de atención, con o sin hiperactividad, como un trastorno. Cuando se lo llamaba fracaso al menos se indicaba una mínima operación que señalaba la distancia entre el ideal y lo que no se ajustaba a él, decir sobre el fracaso escolar de un niño era un intento de denunciar que algo allí no funcionaba (M. Prandi y otros, El fracaso Escolar en el discurso analítico, Sexuación y otras investigaciones, Editado por Pequeño Hans /Tres Almenas.).
El nominalismo actual hace del ADHD una sigla muda que no dice ya ningún fracaso sino tan solo que ha de medicarse.
También terminó el tiempo donde dialogaban los diferentes discursos que podrían tener algún saber al respecto de este síntoma, ahora la terapia se centra en la farmacología. Los psicólogos, psicopedagogos y psicoanalistas recibimos en nuestras consultas niños que ya llegan medicados. Una de las formas en que ahora queda prometido el bienestar es diagnosticando lo que no anda, como trastornos. El malestar se reduce a una pura descripción que soslaya la interrogación subjetiva y da consistencia a una ilusión que hace pareja con la medicación. El trastorno sitúa una desviación pero sin interrogar lo que anima dicho desvío (M. Prandi, La alfabetización en psicoanálisis, algunas consideraciones sobre el ADHD, Grama ediciones).
Podríamos decir que el déficit de atención está en el tratamiento que se le otorga a este trastorno, ya que a no parece despertar curiosidad que estos diagnósticos crezcan en número y en edades.La edad del diagnostico de ADHD incluye desde niños muy pequeños hasta adultos. Los burn out que ocurren en las situaciones laborales, las peleas en el marco de una relación de pareja suelen comenzar a atribuirse a un ADHD no diagnosticado tempranamente. Muchos problemas de impulsividad que se dan en la vida adulta comienzan entonces a orientarse por el diagnostico de este trastorno y en consecuencia no hay nada más que interrogar.Es de notar que este modo de funcionamiento, no es sin consecuencias. Por un lado se reduce la dimensión subjetiva al cuerpo, ya que se considera –aunque todavía no ha sido posible saberlo a ciencia cierta -que el trastorno responde a cierto desorden del funcionamiento cerebral y la droga es el camino de resolución. Una segunda consecuencia se ubica a nivel de la responsabilidad, ya que si no hay sujeto no hay quien pueda tomar responsabilidad en lo que sucede. Y por último creo que el sistema mismo se ha visto obligado a tomar a su cargo el intento de reintroducir algo de esta dimensión subjetiva que se aplana, y lo realiza por la vía del sujeto del derecho. El discurso jurídico toma lugar para velar por el derecho de las personas a tener lugar en la vida civil y laboral, a no quedar discriminados por portar este trastorno. Sin embargo, hay que señalar que el campo de la victimización dispara la ley, pero sigue dejando latente al sujeto del inconsciente. Los Civil Rigths toman presencia para tratar de ajustar lo que no marcha en cada quien, a la estructura social.Es una mueca de la realidad contemporánea que se solidariza con la cultura de la victimización. Las victimas del ADHD van en camino de conquistar cada vez mas dispensas como sujetos del derecho civil pero, en una escala invertida a lo que abandonan como sujetos del inconsciente.
El medicamento un objeto del que se dispone en el mercado, tiene presencia para ser solicitado. Las drogas que se usan para tratar los trastornos de la atención e hiperactividad se promocionan por los medios de comunicación masivos y colaboran al inter-juego en que, por un lado el discurso científico prescribe medicación y por otro, los sujetos contemporáneos piden el milagro de la farmacología que la publicidad ofrece. Hacer pareja con la medicación es la consecuencia inevitable de las actuales administraciones de salud. La demanda está impregnada del rasgo de la inmediatez. Cuando se abre la hiancia que presentifica la dimensión de la causa, emerge la angustia y ella es tramitada de manera urgente. Para ello viene muy al punto la “magia”de la medicación bajo sus ropajes de eficacia a corto plazo. Quizás podemos decir, que es la maniobra posmoderna por la que se rebaja el deseo a la demanda. La hiperactividad es un síntoma permite encontrar una salida por la vía motora, no espera. Por la anulación del tiempo entre la causa y el efecto el sujeto se precipita en la urgencia. Ofrecer una píldora como respuesta al trastorno, sostiene la misma lógica. Valiéndonos de las categorías del psicoanálisis podemos decir que se hace un uso contemporáneo de la demanda, que no respeta la operación de reflexión. La medicación es el objeto que obtura la hiancia que revela la división que causa al sujeto. Su efecto inmediato acalla el síntoma de la hiperactividad o el déficit de atención a la vez que nos pone a riesgo de suprimir la instancia de la pregunta subjetiva.
Cuando se nomina con hiperactividad se sostiene la idea de que hay algo en la actividad del niño que es excesivo e inútil. Lacan en los años 70, en La tercera, afirmaba que el síntoma viene de lo real y revela un goce inútil. El síntoma en tanto real es lo que no marcha para cada uno, es la singular manera de fallar, lo que a cada uno le impide circular por las vías comunes lo que no encaja con lo que se espera según los ideales de cada momento histórico.
Los ideales de nuestro tiempo empujan a creer que los hombres, las mujeres y los niños deben marchar por las vías de la producción, sin embargo los síntomas se ponen en cruz con ese imperativo. El ADHD surge revelando una imposibilidad de producir que se estrella contra los ideales de la época. Por otra parte entonces, cómo medir lo hiper? ¿Cuándo ese quantum se determina cómo excesivo?El movimiento es consustancial al tiempo de la niñez, su necesidad de jugar y la curiosidad infantil inquieta y desplaza a los chicos constantemente. Sin embargo la infancia de hoy se inscribe en un contexto donde no se le hace lugar al movimiento del niño. Un ejemplo de ello son los colegios norteamericanos, que en su mayoría no tienen recreo. Es en este contexto que muchos de los casos diagnosticados como hiperactividad, pueden repensarse a la luz de la actividad como un signo vital del sujeto. Pero, también es cierto que mas allá de los abusos diagnósticos, hay niños que tienen una particular relación al movimiento. Se trata de de chicos que tienen dificultad o imposibilidad para suspender la descarga motora, sus motricidad no se orienta hacia un objeto en particular y además suelen, responder con acciones inadecuadas para el contexto.La descarga motriz es un desorden del movimiento que no da indicios de aliviar sino que necesita repetirse al infinito y en este movimiento el cuerpo del niño queda tomado en un cortocircuito pulsional. Algo no se tramita adecuadamente, hay un goce que no se contabiliza en el inconsciente y deja al cuerpo atrapado en movimientos inadecuados, excesivos.Tal como ya ha sido planteado en un trabajo anterior (M. Prandi, La Alfabetización en Psicoanálisis, algunas consideraciones sobre el ADHD, Psicoanálisis con niños, Grama Ediciones, Buenos Aires), queda preciosamente indicando en la lectura que Lacan hace de Freud que, la presión de lo que hay que reprimir en la sexualidad, para mantener el principio del placer –la libido- permite el progreso del aparato mental y por ejemplo la instauración en el aparato de la posibilidad de carga que llamamos Aufmerksamkeit, posibilidad de atención.Lo que no se constituye en este proceso no permite que los objetos de la realidad sean investidos adecuadamente y enlazados sino que funcionan aislados, de a uno y anulándose la dimensión temporal y espacial que deja al movimiento carente de sentido, ya que no viene de ningún pasado ni se dirigiéndose a ningún punto por delante. Es una falla en la constitución del yo que emerge como inhibición, manifestándose en el actino out y también en el pasaje al acto. Cuando el yo queda impedido para alimentar catexias intencionales se favorece la dispersión, sea para llevar a cabo el curso del pensamiento, sea para encausar la acción.Falla una operación que anuda la estructura. La inhibición a nivel del yo expande el territorio de la defensa, no el de la represión y sus efectos de retorno. El decaimiento del Padre en nuestros días no favorece la constitución del síntoma y favorece la proliferación de lo imaginario. Lacan en RSI, sitúa que la expansión del imaginario si de inhibición se trata, es lo que se define como simbólicamente imaginario. Sin embargo, también agrega, que la inhibición es una función que en alguna parte ¨…se detiene de entrometerse, de inmiscuirse en una figura que es figura de agujero, de agujero de lo simbólico. ¨Si la inhibición como función que detiene el movimiento no se lleva a cabo habrá una falla que produce el goce de la inhibición.Estas afirmaciones también releen los primeros modelos freudianos que nos sirvieron para saber que es por la insensibilidad periódica del sistema perceptor que se accede a la realidad, es decir que no hay un acceso al mundo sino filtrado por una discontinuidad. Esta operación de corte, permite acceder a una representación de tiempo, que ya no es inmediatez ni continúo.La función de la inhibición es un hecho de lenguaje que hace intervalo, será operando sobre el continuo de lalangue, lo que ya esta allí, para que el sujeto se apropie del lenguaje, o lo que también podemos decir bajo la forma de que se pueda acceder al discurso.
La función de la inhibición detiene el fluir de todos los sonidos y sentidos que se imponen en forma masiva, sustrae de ese todo algo para introducir lo parcial. Lacan en L’Insu, ubica a la inhibición como lo simbólicamente imaginario, cuestión que no deja a la cuerda real en el buen lugar. Si se envuelven lo imaginario y lo simbólico, no hay agujero de la cuerda real que deje calzar el nudo.
Será necesario rescribir el agujero de la cuerda real para que no se contraiga la función simbólica a lo univoco, o a la a la metonimia infinita de la palabra que no se constituye en dicho. Y será también disponiendo de la letra que escriba ese agujero en la cuerda real, que la función del Imaginario haga consistencia y que no quede también el cuerpo, lanzado al movimiento continuo.

Trabajo publicado en ¨DDA, ADD, ADHD, como ustedes quieran¨, Editorial Grama, Buenos Aires, Argentina.
Monica Prandi. M.S.Lic.Mental Health Counselor, Psicoanalita, Miami. Directora de la revista Letra Urbana…al borde del olvido.

Ponerse a dieta de 'tele' ayuda a no engordar

Pequeños cambios en el comportamiento son más eficaces a largo plazo. Aumentar la actividad e ingerir 100 calorías menos al día evitaría la obesidad.
Ponerse a dieta de 'tele' ayuda a no engordarPequeños cambios en el comportamiento son más eficaces a largo plazo. Aumentar la actividad e ingerir 100 calorías menos al día evitaría la obesidad.
15 DIC 09 Es la 3° actividad después del sueño y el trabajo

NURIA BAENA / (Foto: El Mundo)

Ni dietas draconianas ni ejercicio extenuante: reducir el tiempo frente a la televisión a la mitad podría ser la solución para evitar la epidemia de obesidad que nos acecha, tal y como defiende un artículo publicado en la revista 'Archives of Internal Medicine'.
Los adultos estadounidenses consumen una media de cinco horas de televisión al día, mientras que en España la vemos cuatro horas diarias, lo que quiere decir que pasamos unos 60 días al año frente a la pequeña pantalla. Se trata de la tercera actividad a la que más tiempo dedicamos después del sueño y el trabajo.
Recientes estudios han comenzado a relacionar la televisión (un pasatiempo sedentario que consume menos calorías que leer, escribir o hablar por teléfono) con el preocupante sobrepeso que amenaza la salud de las sociedades desarrolladas, asociándola con trastornos como la diabetes o las enfermedades cardiovasculares. Estas investigaciones también han sugerido que pasar menos tiempo frente a la pequeña pantalla no sólo fomentaría la práctica de otras actividades que requieren un mayor consumo de energía, sino que también serviría para luchar contra el insomnio, dolencia que también se asocia a la obesidad.
Ante la contundencia de estos datos, un equipo de la Universidad de Vermont-Burlington (EEUU), dirigido por la doctora Jennifer J. Otten, llevó a cabo un estudio con 36 adultos, cuyos índices de masa corporal se situaban entre 25 y 50 (en 25 comienza el sobrepeso, en 30 la obesidad y en 40 la obesidad mórbida) y declaraban ver la televisión una media de tres horas al día.
Veinte de los participantes pasaron a formar parte del grupo de intervención, colocándose en sus televisores un dispositivo que reduciría el tiempo de consumo semanal de televisión habitual a la mitad. Una vez gastado ese tiempo el aparato se desconectaba y no volvía a funcionar hasta la semana siguiente. Por otro lado, las 16 personas restantes formaron un grupo de control en el que tiempo de televisión no estaba limitado. Durante los 21 días que duró esta etapa los individuos de ambos equipos portaron un brazalete para medir su actividad física y consumo de calorías, al tiempo que realizaban un informe acerca de los alimentos que ingerían.
Los científicos observaron que el grupo que sólo podía ver la mitad de televisión de lo habitual quemó 119 calorías más que en la fase de observación, mientras que el grupo de control gastó 95 calorías menos que en la primera parte del experimento. Por lo tanto, el saldo energético (la diferencia entre calorías ingeridas y gastadas) fue negativo en el caso de quienes sólo podían ver la mitad de televisión, ya que recibieron diariamente 244 calorías menos de las que quemaron, lo que concluyó en una pérdida de peso de unos 600 gramos pasadas las tres semanas. Sin embargo, este saldo fue positivo en el caso del que vieron la tele por tiempo ilimitado, ya que ingirieron 57 calorías más al día de las gastadas.
"Un reciente estudio defiende pequeños cambios en el comportamiento como un método más sostenible a largo plazo para ayudar a tratar la epidemia de obesidad" escriben los autores. "Se ha estimado que combinar un incremento del gasto de energía con una disminución en la ingesta de tan sólo 100 calorías al día podría prevenir la ganancia de peso gradual observada en la mayoría de la población", explican.
Por otra parte, trabajos previos realizados con niños habían demostrado que al acortar el tiempo que los pequeños pasan frente a la pantalla se reducía la cantidad de calorías consumidas, ya que los chavales comen más si están frente al televisor, pero no aumentaban las calorías gastadas, lo que permite suponer que, aunque se produce un cambio similar en el saldo de energía quemada e ingerida el mecanismo por el que se produce es distinto entre niños y mayores.
"Esto sugiere que los adultos podrían diferir de los niños en la forma de responder a la reducción de comportamientos sedentarios", matizan los investigadores. "Por lo que sabemos, este es el primer estudio que mide los efectos de una intervención de reducción del tiempo de televisión en adultos. Recortar el consumo de televisión debe ser estudiado más adelante como método para disminuir y prevenir la obesidad en adultos", concluyen .

La depresión infantil y tener amigos delincuentes favorece el comportamiento violento.

FUENTE: JOURNAL OF PEDIATRICS. 2009 DIC;155(6):904-908.
[noticias] [10/12/2009]
Resumen
[texto completo en inglés] [traducir]
Así lo refleja un estudio publicado en la revista “Journal of Pediatrics” donde se recoge un estudio coordinado por Christopher J. Ferguson, de la Texas A&M University. Los investigadores observaron la cantidad de horas de exposición infantil a series de TV o videojuegos violentos que pasaban los niños y comprobaron que no tuvieron relación alguna con la probabilidad de tener conductas violentas en la vida real. El equipo halló también que mientras los hijos de padres que abusaban psicológicamente de sus parejas eran más propensos a ser violentos, no así aquellos expuestos a hechos de abuso físico entre los padres.
En general, los factores que sí elevaron el riesgo de tener conductas violentas tuvieron efectos bastante reducidos. Según el equipo, los próximos estudios deberían ocuparse de grupos de factores de riesgo, en lugar de un solo factor.
El equipo investigó la relación entre varios factores de riesgo de la conducta violenta; para eso, estudió a 603 niños, de entre 10 y 14, y a sus padres o tutores. La mayoría de los niños era de origen hispano. El 15% dijo que había cometido delitos no violentos y el 12%, que había participado en un hecho delictivo violento.
Los factores de riesgo más sólidos de conducta violenta fueron la depresión y tener amigos delincuentes. Otros fueron el abuso psicológico entre padres, la personalidad antisocial, las relaciones negativas con adultos y los conflictos familiares.
Para acceder al texto completo consulte las características de suscripción de la fuente original: www.jpeds.com/home
Publicado el: 10 de diciembre de 2009

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Hallazgo clave en la reacción al estrés

En situaciones adversas, en las células se activa un mecanismo que les permite ahorrar energía para defenderse
Noticias de Ciencia/Salud: LA NACIÓN
Lunes 14 de diciembre de 2009 Publicado en edición impresa

Biología molecular / Según dos trabajos de científicos argentinos

(Agencia CyTA-Instituto Leloir).-Cuando las células de los seres vivos enfrentan súbitamente condiciones adversas, tales como un aumento de la temperatura, la radiación ultravioleta o la presencia de sustancias químicas nocivas, despliegan acciones defensivas para lograr la supervivencia celular. Esas reacciones se conocen como respuesta al estrés.
Dos estudios de un equipo de investigadores argentinos describen dos características cruciales de la formación de estructuras celulares, llamadas gránulos de estrés, que son clave en la respuesta defensiva. El más reciente de los trabajos, que recibieron una mención especial de los editores de The Journal of Cell Science , aparece en la portada de la última edición de esa revista.
"Ante una situación adversa, las células tienen que tomar decisiones muy cruciales, como, por ejemplo, dejar de fabricar las proteínas que normalmente sintetizan, no perder el tiempo con sutilezas, bajar la llave maestra, apagar todo y utilizar la energía para fabricar las proteínas especializadas en la contención y en la reparación del daño físico o químico. En pocas palabras, la célula silencia todo lo que tiene que ver con la vida normal y activa lo que necesita para sobrevivir", explicó la doctora Graciela Boccaccio, jefa del Laboratorio de Biología Celular de la Mielina, del Instituto Leloir.
Y agrega: "Ese mecanismo de respuesta universal ocurre tanto en las células de los mamíferos como en las de los insectos y las plantas".
Hace menos de una década, un equipo de investigadores de la Universidad de Harvard descubrió que, durante la respuesta al estrés, la maquinaria de síntesis de proteínas que se encuentra transitoriamente inhabilitada es almacenada en el citoplasma celular en los gránulos de estrés.
"Hemos comenzado a entender la relevancia de esa estructura en la respuesta defensiva de las células", indicó Boccaccio, investigadora del Conicet y profesora del Departamento de Fisiología y Biología Molecular de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA. En ambos estudios, los investigadores trabajaron con distintos modelos de estrés celular que son considerados paradigmas de condiciones patológicas. Mimetizaron las características del estrés oxidativo y de las proteínas mal plegadas en células humanas y de ratón.
"El estrés oxidativo ocurre en procesos inflamatorios y está presente también en trastornos circulatorios, como la isquemia. Las proteínas mal plegadas, similares a una pieza defectuosa de origami, son frecuentes en muchas enfermedades neurodegenerativas, que afectan a las neuronas o las células mielinizantes. Como están mal plegadas, no cumplen su función y su acumulación interfiere con el normal funcionamiento celular, lo que las hace un factor importante de estrés", dijo Boccaccio.
Una vez obtenidos los gránulos de estrés en las células estudiadas, la doctora María Gabriela Thomas y otros investigadores del laboratorio del Instituto Leloir manipularon los niveles de una proteína (Staufen 1). Al bloquear o sobreexpresar el gen que codifica esa proteína, elevaron o disminuyeron sus concentraciones y descubrieron que inhibe la formación de los gránulos de estrés.
La importancia del hallazgo reside en que es el primer regulador negativo descubierto. "Paradójicamente, Staufen 1 es reclutada por los gránulos de estrés, lo que provoca su desestabilización."
Moléculas en pugna
Los científicos se preguntaron qué es lo que hace que miles de moléculas de ARN mensajero (derivadas del ADN con instrucciones para fabricar proteínas) y de proteínas se concentren en menos de 10 minutos en ciertos sitios de la célula para que se ensamblen los gránulos de estrés.
Tras varios experimentos, el equipo identificó cuatro «motores» que transportaban las moléculas a esos sitios en las células. "El motor dineína 1, un adaptador de la dineína y dos subunidades de la kinesina dirigen el movimiento necesario para la agregación y dispersión de los gránulos de estrés", explicó Boccaccio.
Los motores moleculares, agregó, son moléculas que desplazan estructuras macromoleculares dentro de las células. "Lo hacen a través del citoesqueleto, que está formado por fibras de distinto grosor y longitud, que sirven como vías de transporte: los microtúbulos son una suerte de autopistas y los microfilamentos son como caminos secundarios."
Para identificar esos motores, la coinvestigadora Mariela Loschi realizó una serie de experimentos con células de mamífero en los que fue «encendiendo» y «apagando» genes que codifican distintos tipos de motores moleculares. "De ese modo, pudimos identificar las moléculas que eran responsables del armado y desarmado de esas novedosas estructuras", puntualizó Boccaccio.
Los investigadores descubrieron con sorpresa que esos motores no actúan secuencialmente, sino que ambos están encendidos en todo el proceso, oponiendo sus fuerzas en una pugna molecular que la célula debe mediar en función de la situación. Tal como lo esperaban, observaron que ese mecanismo está conservado en células de Drosophila , insecto que se usa como modelo de estudio.
Para entender la competencia entre motores, Loschi realiza una investigación que es fruto de una colaboración con la Universidad de Harvard, con equipamiento que no está disponible en el país. Se espera que ese trabajo responda a esos interrogantes.
Con estos descubrimientos en la formación de los gránulos de estrés, se podría interferir en la respuesta al estrés celular. "En el futuro, el manejo de estos factores permitiría controlar la vida o la muerte celular en diversas patologías -dijo Boccaccio-. Para evitar que las células cancerosas sobrevivan al estrés por terapias antineoplásicas, por ejemplo, se podría interferir su capacidad de defensa. En enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer, o autoinmunes, como la esclerosis múltiple, se podría optimizar la respuesta defensiva para mejorar la sobrevida de las neuronas."
Pero, para lograrlo, aún es necesario investigar más.

El sida amenaza sin importar la edad

En la lucha contra este virus, es preciso dejar de lado viejos prejuicios y apuntar en especial a la prevención
Noticias de Opinión:
Martes 15 de diciembre de 2009 Publicado en edición impresa LA NACIÓN
La lucha contra el virus del sida no admite claudicaciones. Se calcula que hoy son 41 millones los infectados por el VIH en el mundo; en nuestro país, se estima que son 120.000 los infectados y la mitad de ese conjunto lo ignora, factor que agrava la situación, pues no se atiende el mal que se padece y por eso se difunde más.
Las informaciones actualizadas en ocasión de conmemorarse recientemente el Día Internacional de la Lucha contra el VIH/Sida permiten destacar algunas observaciones de interés. En primer lugar, con referencia a las vías de transmisión del mal, está claro desde hace años que son las relaciones heterosexuales y, en menor proporción, las homosexuales las que contribuyen a la mayor propagación. Ese conocimiento desvirtúa la creencia, que se originó al irrumpir esta cruel enfermedad, de que eran las relaciones homosexuales y el empleo de drogas inyectables con jeringas compartidas las fuentes principales del contagio.
Las estadísticas han ido revelando, también, componentes de cambio con respecto al género y a la edad de los infectados. En efecto, se han registrado variaciones que llevaron a destacar un incremento relativo de la feminización de la enfermedad representada por el número de casos de mujeres jóvenes. Asimismo, otro dato significativo con respecto a la edad de los infectados se refiere al aumento de enfermos detectados en personas adultas, mayores de 50 años, de ambos géneros, pero con mayor proporción de hombres.
Esa realidad se presenta en la mayoría de los países, pero se ha acentuado entre 2005 y 2009. Esto lleva a confirmar el perfil de las conductas sexuales de nuestro tiempo, época en que las uniones de pareja son más frágiles y hay mayor búsqueda de relaciones transitorias en las cuales la falta de compromiso va junto con un riesgo acrecentado de eventuales contagios, peligro que se agudiza, además, por la ausencia de protección en que incurren tanto varones como mujeres.
Indirectamente, también hoy el comportamiento sexual de los varones ha sido influido por el uso de estimulantes. La omisión en el uso de preservativos que manifiestan muchos infectados en este tiempo llevó hace poco a desarrollar una encuesta a TNS Gallup cuyos resultados confirmaron que en el 42 por ciento de los casos no se emplean.
Otra dimensión del problema, muy triste, es la de los niños que han nacido con el virus heredado y que tendrán una muerte temprana si no son atendidos con medicación adecuada. Ellos merecen especialmente el cuidado de su país y de los organismos internacionales que luchan contra el sida.
El cuadro descripto demuestra, por otra parte, la necesidad de seguir trabajando en todos los planos, a través del conocimiento, la prevención y la formación moral, a fin de desterrar la ignorancia, la ausencia de criterios claros para orientar la vida sexual y los prejuicios que confunden la conducta de jóvenes y mayores, de hombres y mujeres.

Menos lesiones cerebrales en niños privados de oxígeno al nacer con terapia de enfriamiento

Un artículo publicado en la revista The Lancet Neurology muestra que las imágenes por resonancia magnética de los cerebros de los niños que fueron privados de oxígeno al nacer puede predecir con una precisión del 80% la probabilidad de muerte o de incapacidad a los dieciocho meses. Además los resultados muestran que estos niños sufren menos lesiones cerebrales si se someten a una refrigeración terapéutica.
Los niños que fueron sometidos a una hipotermia moderada prolongada no mostraron ninguna diferencia significativa en la tasa combinada de muerte o discapacidad a los dieciocho meses. Sin embargo, mostraron una reducción del tipo de parálisis cerebral y mejora de los resultados mental y psicomotor en comparación con los que recibieron una atención estándar. El enfriamiento corporal se asocia con una reducción de las lesiones cerebrales características de la encefalopatía hipóxico-isquémica, incluyendo la predicción de las deficiencias del desarrollo neurológico. Los resultados indicaron que la hipotermia terapéutica está vinculada a una reducción del 30 al 40% de las lesiones en diversas áreas del cerebro asociadas con el desarrollo neurológico.
[Lancet Neurol 2009]
Rutherford M, Ramenghi LA, Edwards AD, Brocklehurst P, Halliday H, Levene M, et al.

Hacer dieta puede provocar adicción a la comida

El acceso intermitente a alimentos ricos en grasa y azúcar induce cambios en el cerebro que son comparables a los observados en la dependencia a drogas. Los resultados aparecen en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences USA.
Un grupo de ratas tuvieron acceso limitado a su comida habitual durante cinco días, seguidos de dos días de una mezcla especial rica en azúcar y con sabor a chocolate. Se repitió el ciclo durante siete semanas y compararon la ingesta de comida y el comportamiento de las ratas con el de un grupo de control que había tenido acceso sólo a la comida habitual.
El grupo control comió aproximadamente la misma cantidad de comida cada día, mientras que las ratas del grupo experimental comían más cuando llegaba el día de la mezcla especial. A la quinta semana, las ratas experimentales estaban comiendo un 20% más cuando tenían acceso a la mezcla especial que el grupo de control. Conforme el estudio progresaba, el efecto se potenció y, además. las ratas que pasaban por la privación de la mezcla especial mostraban un aumento de ansiedad, que desapareció cuando volvieron a comer la mezcla especial. Cuando los investigadores suministraron a las ratas una sustancia que bloquea los receptores de la hormona liberadora de corticotropina (CRF), el animal comía menos mezcla especial y más comida habitual y además mostraban una reducción de la ansiedad.
[Proc Natl Acad Sci 2009]
Cottone P, Sabino V, Roberto M, Bajo M, Pockros L, Frihauf J, et al.

jueves, 10 de diciembre de 2009

La anorexia genera aparición de vello en hombros o espalda, alopecia, sequedad en la piel y fragilidad en las uñas.

FUENTE: EUROPA PRESS. 2009 NOV
[noticias] [27/11/2009]
El hirsutismo, o aparición de vello en zonas como los hombros o la espalda, la alopecia, la piel seca o la fragilidad de las uñas son algunas de las consecuencias que trae para la piel la anorexia, según advierte la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).Según los expertos de la EDV, además de las graves consecuencias en la salud física y emocional que genera esta enfermedad, entre las que se cuentan el miedo a ganar peso o la alteración de la percepción corporal, también "cala hondo en la piel de los afectados".Uno de los problemas de piel que genera es el hirsutismo o lanugo por todo el cuerpo, es decir, la aparición de vello en lugares poco comunes y el incremento de vello en la barba y el bigote.Asimismo, provoca alopecia o pérdida difusa del pelo en el cuero cabelludo, pudiendo llegar a formarse, según los dermatólogos, "un aclaramiento importante". "Si la anorexia no se resuelve, puede convertirse en alopecia crónica", apuntaron.Además, la falta de nutrientes dificulta también la proliferación y diferenciación de las células de la epidermis, que maduran incorrectamente y se vuelve seca, descamativa y sin brillo. Así, señalaron, "las infecciones superficiales se hacen más frecuentes".Por su parte, la uñas "pierden flexibilidad y se fragmentan con facilidad", apareciendo "estrías y despegamiento del borde, con pérdida en láminas de la parte distal", indicaron.La anorexia es un trastorno alimentario que afecta sobre todo a mujeres entre 15 y 25 años y que, a pesar de tener buen pronóstico en el 44 por ciento de los casos, acaba en muerte en otro 5 por ciento.Las secuelas físicas y psicológicas que genera pueden curarse con una normalización de la dieta; psicoterapia de apoyo, y tratamiento farmacológico, basado en inhibidores de la recaptación de serotonina.Otros problemas que trae la anorexia son el rechazo a mantener el peso corporal igual o por encima del valor mínimo normal considerando la edad y la talla, y en las mujeres pospuberales, amenorrea, con ausencia de al menos tres ciclos menstruales consecutivos.

Publicado el: 27 de noviembre de 2009

Trastornos de ansiedad en niños y adolescentes

Las dificultades en el funcionamiento de la vida familiar, social y académica son una consecuencia importante del malestar, el deterioro y el consumo del tiempo que estos trastornos son capaces de producir.
Con el objetivo de realizar una revisión completa sobre las implicancias que tiene para el personal de enfermería el cuidado de jóvenes con trastornos de ansiedad, el doctor Eric Storch y colaboradores de la Universidad de Florida, Estados Unidos, repasaron previamente los aspectos fundamentales de las diferentes entidades que componen estas alteraciones psiquiátricas, incluso los criterios diagnósticos y los abordajes terapéuticos de los trastornos de ansiedad en los niños y adolescentes. Cuando la ansiedad o el temor que presenta un joven son capaces de provocar un deterioro significativo de su vida diaria puede considerarse que los síntomas son clínicamente patológicos. El primero de estos síntomas es más difuso que el segundo, que es más específico y focalizado. Exacerbados e incapacitantes, ambos constituyen el síntoma medular de los trastornos de ansiedad. En el caso particular de los niños, la presentación de ciertos temores o preocupaciones –que varían según la edad– son comunes, pero cuando aparecen con frecuencia o intensidad excesivas respecto a sus normas de desarrollo, cabe la sospecha de un trastorno psicopatológico. Los estudios realizados en niños y jóvenes demuestran que los trastornos de ansiedad impactan de manera significativa en su funcionamiento académico, familiar y social. La constelación de síntomas vinculados a estas patologías comprende alteraciones cognitivas, fisiológicas y comportamentales. El componente cognitivo de la ansiedad se relaciona con los pensamientos –generalmente sobre un posible daño– que acompañan a distorsiones de la memoria, atención e interpretación en el marco del procesamiento de la información. Por ejemplo, en el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) el temor a contraer una enfermedad provoca la aparición de preocupaciones exageradas sobre la contaminación proveniente del entorno. El aspecto fisiológico de la ansiedad comprende sensaciones somáticas y síntomas autonómicos: palpitaciones, dolor en el pecho, taquicardia, dificultad respiratoria, dificultad para tragar, náuseas, diarrea, aumento de la frecuencia miccional, xerostomía, sensación de asfixia, mareos, inestabilidad, sudoración, sofocos, tensión muscular y respuestas exageradas de sobresalto. La mayor prevalencia observada en los jóvenes para este tipo de síntomas –acompañantes– se relaciona con los problemas relacionados con el sueño e incluyen insomnio, reticencia o rechazo a dormir solo, pesadillas, hablar o caminar dormidos y cansancio excesivo.El componente comportamental de la ansiedad se refiere a las medidas que la persona afectada toma para prevenir la exposición al estímulo temido o para disminuir la ansiedad asociada a esos estímulos. Entre este grupo de síntomas se incluye la evitación (por ejemplo de lugares peligrosos –fobia simple– o de situaciones incómodas –fobia social– para prevenir un daño anticipado. Estos actos interfieren con el mantenimiento de una rutina normal en la familia, en la escuela o en el medio social. Otro síntoma comportamental que se asocia de manera específica con el TOC es el desarrollo de rituales excesivos e irracionales (por ejemplo el lavado de manos) que tienen por finalidad reducir la carga de ansiedad. De acuerdo con el resultado de las investigaciones, la aparición de estos síntomas se vincula con una compleja interacción entre las características propias del niño –biológicas, psicológicas y genéticas– y las propias de su entorno –condicionantes, aprendizaje observacional, relaciones familiares y acontecimientos traumáticos. Los factores genéticos colaboran con la comprensión de las diferencias en las respuestas observadas entre diferentes individuos expuestos a eventos similares: posibilidad de desarrollar ansiedad patológica, o no desarrollarla, después de un mismo factor desencadenante. Existen factores neuroquímicos que están involucrados en la aparición de los diferentes cuadros clínicos: se han estudiado la función anormal de la serotonina, noradrenalina, dopamina y el ácido ?-aminobutírico y también las alteraciones posibles en la reactividad de los quimiorreceptores.De acuerdo con el modelo cognitivo-conductual, la evitación de los estímulos generadores de ansiedad perpetúa los síntomas que intenta abolir, al no promover nuevas oportunidades de exposición para modificar el condicionamiento anteriormente adquirido. El sistema familiar que rodea al individuo y el entorno social son factores influyentes para el desarrollo de la ansiedad. Los modelos paternos plenos de expresiones y conductas de temor y ansiedad frente a distintas situaciones contribuyen a la aparición de ansiedad en los niños. Por otro lado, otros disparadores externos al hogar, como la pobreza y la violencia de la comunidad, influyen directa o indirectamente (a través de la familia) en este trastorno.Dentro de las diferentes categorías psicopatológicas que se pueden diagnosticar en los niños y los jóvenes, los síntomas de ansiedad, en sus variadas formas de presentación, se encuentran dentro del grupo de mayor prevalencia y se presentan con un alto grado de asociación entre ellos. Los diagnósticos asociados más frecuentes son otros trastornos de ansiedad y trastornos depresivos. Los síntomas centrales de seis trastornos de ansiedad prevalentes –trastorno de ansiedad por separación, trastorno de angustia, fobia social, TOC, trastorno de estrés postraumático y trastorno de ansiedad generalizada– se enumeran en las categorías diagnósticas del DSM IV, TR, APA, 2000 (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Fourth Edition, Text Revision, American Psychiatric Association) con aclaraciones específicas para los cuadros clínicos de los niños. Por ejemplo, la ansiedad en los pequeños, a diferencia de los adultos, puede expresarse por llanto, berrinches, inhibición o abrazos y el reconocimiento de que el miedo es excesivo o irracional puede faltar en la fobia específica, fobia social y en el TOC. Se requiere la persistencia de los criterios de diagnóstico por lo menos durante seis meses para fobia específica y fobia social para evitar la confusión con los temores transitorios y esperables en distintas etapas del desarrollo vital.
Keeley ML, Storch EA.Anxiety disorders in youthJournal of Pediatric Nursing, 24(1): 26-40, 2009
Editora Médica Digital

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Problemas de escritura en niños con autismo

03/12/2009
Los niños con autismo pueden tener una letra de peor calidad y mayor dificultad para formar letras en comparación con los niños sin autismo, según un estudio publicado en la revista Neurology.
El estudio incluyó a 28 niños de edades comprendidas entre 8 y 13 años, la mitad de los cuales tenían un trastorno del espectro autista. La otra mitad no presentaba ningún trastorno del desarrollo, ni psiquiátrico ni del cerebro. Todos los niños habían sido calificados dentro del rango normal para el razonamiento perceptivo en una prueba de coeficiente intelectual.
A los niños se les realizó una evaluación de la escritura, en la que se les pidió que escribiesen una frase. Se evaluó la legibilidad, la forma, la alineación, el tamaño y el espaciado entre las letras. La mitad de los niños con autismo obtuvieron menos del 80% del total de puntos posibles en la evaluación de escritura a mano, en comparación con sólo un niño en el grupo sin autismo.
Los resultados sugieren que las terapias dirigidas al desarrollo de las habilidades motoras pueden ayudar a mejorar la escritura en niños con autismo, lo cual es importante para el éxito en la escuela y para fomentar su autoestima.
[Neurology 2009]
Fuentes CT, Mostofsky SH y Bastian AJ

Palabras Clave: Autismo. Problemas de escritura. Trastorno del espectro autista

martes, 8 de diciembre de 2009

Nuevas directrices de la European Society of Hypertension para el tratamiento de la hipertensión infantil: entrevista con la Dra. Empar Lurbe, PhD

Autora: Pippa Wysong, Entrevistada: Dra. Empar Lurbe, PhDPublicado em 10/13/2009
Nota del Editor
La hipertensión en la población pediátrica es una preocupación de vigente actualidad; por ello, la European Society of Hypertension publicó recientemente unas nuevas directrices de práctica clínica. Su autora principal, la Dra. Empar Lurbe, PhD, habló con Medscape sobre las directrices, y sobre por qué la hipertensión debe ser tratada en esta población joven. La Dra. Lurbe pertence al Servicio de Pediatría del Consorcio Hospital General de la Universidad de Valencia (España). Fue la autora principal de las nuevas directrices, “Tratamiento de la Hipertensión en niños y adolescentes: Recomendaciones de la European Society of Hypertension”, publicadas en el Journal of Hypertension. La especialista fue entrevistada por Pippa Wysong para Medscape.
Medscape: Unas directrices que trataban sobre la hipertensión en niños y adolescentes fueron publicadas en los Estados Unidos en 2004. ¿Por qué eran necesarias estas nuevas directrices ahora?
Dra. Lurbe: La necesidad de estas directrices se ha hecho cada vez más clara para los médicos a la vista de las pruebas crecientes de que los casos de hipertensión moderada en niños y adolescentes son mucho más frecuentes de lo que se creía. Además, se han realizado avances en la investigación clínica y fisiopatológica que han descubierto nexos entre la hipertensión pediátrica y la enfermedad cardiovascular en la vida adulta, lo que destaca la necesidad de mejorar las estrategias de prevención cardiovascular en las personas en etapas precoces del desarrollo.
El Grupo de Trabajo puesto en marcha por la European Society of Hypertension ha combinado cantidades considerables de datos científicos con experiencia clínica para representar un consenso entre los especialistas implicados en la detección y el control de la hipertensión arterial (HTA) en niños y adolescentes. Esperamos que la publicación de estas directrices llame la atención sobre la enorme carga que supone la hipertensión en este joven grupo de población, y que estimule la puesta en marcha de políticas públicas encaminadas a mejorar la identificación y el tratamiento de la HTA en las personas jóvenes. En primer lugar, no obstante, estas directrices ofrecen estrategias prácticas para el diagnóstico y el tratamiento de la hipertensión en niños y adolescentes.
Medscape: ¿Qué efectos adversos produce la hipertensión no controlada en los niños? ¿Son distintos que en los adultos?
Dra. Lurbe: Se ha investigado bastante sobre la fisiopatología y la epidemiología de la hipertensión en los niños en las últimas dos décadas. La hipertensión puede producir lesiones orgánicas en el corazón, los vasos sanguíneos, el riñón, el cerebro y la retina. Las incidencias suelen ser infrecuentes, así que la mayoría de las pruebas que tenemos se basan en el empleo de marcadores de lesión orgánica, como la hipertrofia ventricular izquierda y el aumento de la excreción urinaria de albúmina. La experiencia clínica demuestra que disminuyendo la hipertensión arterial en enfermedades como la insuficiencia cardíaca aguda, la encefalopatía hipertensiva y la hipertensión maligna mejora la supervivencia y disminuyen las secuelas en los niños. No hay duda de que la hipertensión arterial en los niños puede producir graves problemas.
Medscape: ¿Tiende a estar acompañada la hipertensión de elevación del colesterol y otros factores de riesgo? ¿Deberían éstos ser evaluados y tratados también?
Dra. Lurbe: Entre los factores de riesgo se incluyen enfermedades concomitantes como el colesterol elevado. Esto es especialmente cierto en los niños hipertensos y obesos, y en aquellos que tienen antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular.
Medscape : ¿Qué proporción de los niños hipertensos se volverán hipertensos en la vida adulta? ¿Son sólidas las evidencias a favor de este hecho?
Dra. Lurbe: El origen de la hipertensión en la vida adulta tiende a remontarse hasta la infancia. De hecho, la tensión arterial de la infancia se continúa en la vida adulta. Esto subraya la importancia de controlar la tensión arterial en los niños y adolescentes.
Medscape: ¿Debería chequearse periódicamente a todos los niños?
Dra. Lurbe: A todos los niños mayores de 3 años atendidos en un centro médico se les debería tomar la tensión arterial. En los niños menores de esa edad, la TA se debería medir en circunstancias especiales que aumenten el riesgo de hipertensión, como en enfermedades neonatales que requieran cuidados intensivos, cardiopatías congénitas, nefropatías, tratamientos con fármacos que aumenten la TA y signos de elevación de la presión intracraneal.
Medscape: A medida que los niños crecen, normalmente su tensión arterial cambia. ¿Puede explicarnos cómo han sido desarrollados los valores para las diferentes categorías?
Dra. Lurbe: Utilizamos una tabla para ayudarnos a determinar qué intervalos son normales para una edad, sexo y altura específicos. El percentil 95 se emplea como valor umbral para definir la hipertensión en los niños y adolescentes. Existen datos normativos basados en medidas auscultatorias de amplios estudios de niños de todo el mundo. Existen datos exhaustivos basados en mediciones de más de 70.000 niños en los Estados Unidos. Se calcularon los percentiles de tensión arterial para cada sexo, grupo de edad y para 7 categorías de percentiles de altura. Los percentiles de altura se basan en tablas de crecimiento obtenidas de los Centers for Disease Control and Prevention. En Europa, los valores de referencia se obtuvieron en 1991 agrupando datos de 28.043 niños y adolescentes utilizando mediciones auscultatorias de la tensión arterial. En 1999, se calcularon los valores normativos a partir de datos auscultatorios en 11.519 escolares italianos con edades comprendidas entre los 5 y los 17 años; los datos del proyecto incluían la edad, el sexo y la altura.
Medscape: ¿La altura es el factor más importante?
Dra. Lurbe: Las cifras se basan en la edad, el sexo y la altura. Los valores desarrollados para los Estados Unidos reflejan los 3 criterios juntos, como se muestra en las Tablas 2 y 3 de las nuevas directrices. El motivo por el que las cifras de tensión arterial se refieren a los percentiles de edad, sexo y altura es para tener en cuenta a los niños que son inusualmente bajos o altos para su edad.
Medscape : ¿Cómo debería medirse la tensión arterial en los niños? ¿Cambian los métodos según la edad del niño?
Dra. Lurbe: El diagnóstico de la hipertensión debería basarse en múltiples mediciones ambulatorias de la tensión arterial, tomadas en diferentes momentos a lo largo de una temporada.
Medscape : ¿Qué fármacos antihipertensivos pueden utilizarse en pediatría?
Dra. Lurbe: Los fármacos de elección son similares a los de los adultos: inhibidores de la enzima conversiva de la angiotensina, antagonistas del receptor de la angiotensina, antagonistas del calcio, bloqueantes β y diuréticos y otros fármacos antihipertensivos. Se han llevado a cabo muy pocos ensayos clínicos comparativos con estos fármacos en niños.
Medscape : ¿Cuál es la solidez de la evidencia sobre su eficacia? ¿Son seguros?
Dra. Lurbe: La evidencia sobre la eficacia es fundamentalmente en los fármacos más modernos, debido a que muchos de los medicamentos más antiguos ahora ya no poseen patente y los estudios no fueron realizados en población pediátrica. Las recomendaciones en las directrices se basan fundamentalmente en unos cuantos estudios patrocinados por la industria, la mayor parte de ellos en series de casos en un único centro. Existen también experiencias clínicas colectivas, opiniones de expertos y extrapolaciones a partir de estudios en adultos.
Medscape : ¿Deberían los médicos recomendar cambios en el estilo de vida antes de comenzar el tratamiento farmacológico? ¿Bastarían los cambios en el estilo de vida y la pérdida de peso?
Dra. Lurbe: Eso podría ser útil en los casos moderados, pero actualmente existen pocas pruebas sólidas. Se están llevando a cabo estudios que investigan los cambios en el estilo de vida. Con las medicaciones, generalmente, se recomienda que los niños comiencen con dosis bajas de un único fármaco. No queremos que la tensión arterial baje demasiado rápidamente. Si un único fármaco no es suficiente, entonces pueden ser necesarias las combinaciones, especialmente en la hipertensión grave.
Medscape : ¿Qué cambios en el estilo de vida debería comentar el médico con los pacientes y/o sus familiares?
Dra. Lurbe: La mayoría de las intervenciones son de sentido común, como el ejercicio, la pérdida de peso y la dieta saludable. Algunas pruebas indican que 40 minutos de ejercicio aeróbico 3-5 veces a la semana mejora la función vascular y disminuye la tensión arterial en los niños. Las intervenciones que funcionan de forma conjunta para disminuir el consumo de energía y aumentar la actividad pueden ayudar. Se están llevando a cabo ensayos clínicos dietéticos para clarificar qué es lo más adecuado en los niños. Asegurarse de que las dietas sean equilibradas y disminuir la comida basura es simplemente sentido común.
Medscape: ¿Qué nos depara el futuro en este campo?
Dra. Lurbe: Se necesita mucha más investigación, desde ensayos clínicos de alta calidad que comparen los tratamientos hasta estudios que investiguen la evolución a largo plazo como las lesiones orgánicas. También se necesitan disponer de cifras claras de tensión arterial para el domicilio, la consulta y el ambulatorio.
Medscape : Han discutido muchísimos temas en estas directrices de práctica clínica. Gracias por hablar hoy con Medscape.
Lurbe E, Cifkova R, Cruickshank JK, et al. Management of high blood pressure in children and adolescents: recommendations of the European Society of Hypertension. J Hypertens. 2009;27:1719-1742.
Información sobre la autora: Escritora independiente. Declaración: Pippa Wysong ha declarado no tener conflictos de intereses. Información sobre la entrevistada: Profesora de Pediatría, Universidad de Valencia (España). Declaración: La Dra. Empar Lurbe, PhD, ha declarado no tener conflictos de intereses.

sábado, 5 de diciembre de 2009

LA PATOLOGIZACIÓN DE LA INFANCIA


"ADD, ADHD, TOC, TGD: niños o síndromes?"
El Psitio, 31 de agosto de 2009. Buenos Aires, Argentina.

Por Lic. Carolina Duek

II Simposio sobre Patologización de la Infancia, organizado por un grupo de profesionales interesados y preocupados por la creciente patologización y consecuente medicalización de la infancia que está haciendo de los niños un objeto de los diagnósticos. Entrevista a Gabriela Dueñas, integrante del comité científico.


-¿Por qué nominaron esta segunda versión del simposio "Niños o síndromes"?
-En realidad, tanto en el 2007, año en que convocamos al 1er Simposio, como ahora, lo que nos preocupa fundamentalmente es el problema de la patologización y medicalización de la infancia. Toda vez que frente a una conducta desajustada, desadaptada, disfuncional u alterada que los niños manifiesten en la escuela u otros ámbitos, se procede rápidamente a etiquetarlos a partir de diagnósticos que se realizan de acuerdo a criterios clasificatorios de base estadística como los que se proponen en el DSM IV, al solo efecto de someterlos luego a tratamientos farmacológicos. En base al suministro de drogas psicoactivas, acompañadas o no de “programas de adiestramiento conductual” sólo tienen como objetivo lograr que el supuesto trastorno desaparezca lo antes posible, de modo que el niño pueda adaptarse- ajustarse a las condiciones requeridas por los adultos de su entorno.
En este sentido, los niños desatentos e hiperactivos rotulados con la conocida sigla de ADD/H fueron y son y muy a su pesar, una especie de caso testigo, paradigmático del fenómeno de la patologización y medicalizaciónde la infancia.
Pasivos pioneros de este tipo de procedimientos, muchos niños y adolescentes etiquetados de ADD/H se suman a otros tantos que, rotulados como Bipolares, TGD, ODD, TEA, etc. se los identifica como portadores de supuestos síndromes a partir de los cuales y con el aval de cierta ciencia se los intenta acallar, disciplinar, apelando para esto a la solución fácil y simple que en pastillas, jarabes o comprimidos producen con altas tasas de rentabilidad los grandes laboratorios medicinales.
Porque estamos convencidos que este fenómeno vulnera seriamente los derechos a la salud, a la educación y a ser escuchados de nuestros niños es que decidimos volver a convocar a profesionales de distintas disciplinas comprometidas con la infancia. La idea es reunirnos nuevamente para continuar trabajando en el análisis crítico de cierto tipo de prácticas médicas, psicológicas, psicopedagógicas y docentes que continúan colaborando en la reproducción, profundización y extensión de este.
Es nuestro propósito entonces contribuir a la desnaturalización de las mencionadas prácticas profesionales que tanto nos preocupan, con el objeto de promover a su remoción y transformación, considerando en esta ocasión, el problema de la patologización y medicalización de la infancia desde una perspectiva más amplia y abarcativa, de ahí que decidimos nominarlo “¿Niños o Síndromes?”.
-¿Sobre qué va a tratar su exposición en el Simposio?
-Desde la particular perspectiva que me ofrece la Psicopedagogía Clínica, mi exposición pretende retomar algunas de las principales cuestiones que plantea el famoso y conocido ADD/H cuyo Waterloo, tal como muy bien lo expresaba Thomas Armstrong en su momento, continúan siendo las aulas.
Es desde allí, desde el corazón mismo de las escuelas, que cotidianamente se detectan niños que por no prestar atención a su maestra o no quedarse quietitos en sus bancos mientras dura la clase son derivados rápidamente a consulta neurológica con la intención que el trastorno que supuestamente ellos padecen sea resuelto rápidamente a través de prácticas médico-farmacológicas externas al ámbito escolar. Porque a juzgar por lo que se observa y a pesar del incremento notorio del porcentaje de niños que estarían padeciendo de este supuesto trastorno, la dificultad no es considerada como un problema escolar sino un problema de los escolares.
De ninguna manera pretendo sin embargo con esta presentación, y vale subrayar la aclaración, culpabilizar a los docentes y/o a las escuelas por esta circunstancia. Lo que procuraré con ella es poner a consideración la multiplicidad de variables intervinientes e interactuantes que subyacen al mismo y cuyo análisis, probablemente ayude a entender que estos problemas que manifiestan hoy los chicos en la escuela, no es más que la punta de un iceberg de un fenómeno mucho más complejo aún, cuya explicación trasciende incluso el ámbito individual, escolar y familiar, para inscribirse en última instancia sobre el transfondo de un escenario macro que los comprende y los implica, de carácter sociopolítico, económico, histórico y cultural.
-¿Qué factores socioculturales de la actualidad cree que tienen mayor impacto en la subjetividad de los niños?
-Dos tipos de subjetividades parecen constituir hoy a las infancias y adolescencias contemporáneas: la instituida por las prácticas pedagógicas, y la instituida por las prácticas mediáticas en la vida cotidiana.
El ADD/H por ejemplo, parece detectar como patológicos una serie de rasgos que se corresponden con la subjetividad socialmente instituida (televisión, videogames, shoppings, internet, etc.) que hace síntoma en el discurso pedagógico fuertemente atravesado, aún hoy, por las lógicas de la modernidad. El sujeto social actual no parece ser compatible con las prácticas docentes que continúan desplegándose aún hoy las escuelas. Por lo tanto, no es casual que sea en este contexto, el escolar, donde se detecte con tanta frecuencia este tipo de “trastornos” y de los otros, a los que se hizo mención.
Entre los principales factores que están impactando sobre los procesos de estructuración de la subjetividad de los niños actuales, sin dudas, el de las nuevas tecnologías multimediáticas de los últimos años, no ha sido menor. Las famosas funciones cognitivas que de ésta dependen, se hacen eco de estos impactos, acarreando consigo novedosas modalidades de prestar atención, captar, procesar y comunicar la información, en las nuevas generaciones de alumnos que habitan hoy las escuelas. Estas nuevas modalidades de funcionamiento cognitivo, propias de los alumnos de este siglo XXI, parecen profundamente ajenas a la cultura que aún hoy prevalece en las escuelas.
Otras de las cuestiones claves que instituyen novedosos rasgos de subjetividad y que luego se perciben como patológicos, tienen que ver con las nuevas modalidades emergentes que se observan en las configuraciones familiares actuales de la mano de un proceso de adolentización de los adultos transformados en pasivos consumidores y del des-dibujamiento de la autoridad paterna, que borra con esto la asimetría necesaria para poder criar, cuidar, contener y educar a un niño.
Asimismo, la aceleración y vertiginosidad que imponen hoy los ritmos de vida en contextos urbanos, el individualismo y la competitividad acompañadas de una profunda desestima por el semejante, generados a su vez en el profundo temor de los adultos a quedar excluidos del sistema, tampoco son sin consecuencias sobre el desarrollo infanto juvenil. Pareciera ser que no hay tiempo, ni espacios, para detenerse a escuchar las novedosas maneras en que los niños y jóvenes de hoy expresan sus sufrimientos. Sensaciones de malestar, soledad, temores, desconcierto, presiones por el exceso de expectativas, etc. En fin, nuevos y viejos dolores que padecen nuestros chicos, mientras esta sociedad, la misma que los y nos produce, parece preocupada sólo por enmascararlos y clasificarlos con etiquetas de síndromes que habilitan así la vía de la medicalización como forma privilegiada por su eficiencia de silenciarlos.
Lic. Gabriela L. Dueñas. Psicopedagoga. Lic en Educación. Doctorando en Psicología (USAL). Profesora de la Cátedra de Psicología del Desarrollo II en la Facultad de Psicología y Psicopedagogía de la Universidad del Salvador. Se desempeña como Psicopedagoga clínica en el “Centro de Neurología Integral de Buenos Aires”. Capacitadora docente en cursos de especialización, carreras de profesorados y Trayectos Post Títulos de Formación Pedagógica para profesionales en ejercicio docente. Integrante del equipo interdisciplinario de investigación, docencia y asistencia ForumAdd y del Comité Científico del 1ero y el 2do Simposio Internacional sobre Patologización de la Infancia.
Fuente: El PsitioFecha: 31 de agosto de 2009http://www.elpsitio.com.ar/Noticias/NoticiaMuestra.asp?Id=2092

Niños con necesidades especiales

"Liberarse del peso del diagnóstico"
La autora observa que “en alumnos con necesidades educativas especiales o problemas de aprendizaje, el peso del diagnóstico médico actúa como obturador de procesos de inclusión educativa” y propone reemplazar “el paradigma médico” por “el paradigma pedagógico”.
En los casos de alumnos con necesidades educativas especiales o problemas de aprendizaje, el peso del diagnóstico médico actúa como obturador de procesos de inclusión educativa. La preocupación por reunir una descripción detallada y certificada por médico o psicopedagogo se presenta como prioridad, tanto en escuelas especiales como comunes, para resolver la problemática del fracaso escolar o la discapacidad, especialmente en este último caso. Como si por el solo hecho de contar con una palabra o un conjunto de palabras que definen al alumno/alumna bastara para resolver el problema. Suelen aplicarse todos los tests de valoración psicométrica que se dispongan, y generalmente, cuando aparece la discapacidad, se recarga a la familia con solicitudes de estudios médicos y neurológicos. Esta modalidad de trabajo ha estado y está asociada al paradigma médico imperante especialmente hasta hace unos años.
Con el paradigma pedagógico, el acento se desplazó hacia lo que el contexto ofrece para que el alumno tenga determinado desempeño, por lo cual, más que preguntarse o responder en relación a “qué problema tiene este niño”, es importante preguntarse o responder: “En esta escuela y este grupo escolar, qué podemos hacer por él”. No se trata de negar un diagnóstico médico; por el contrario, se lo estima necesario pero, considerando la colonización que marcó la historia de la educación, es más necesario aún recuperar un enfoque multiparadigmático. Esto es, el abordaje diagnóstico desde distintas perspectivas –no como elemento determinante sino como variable referencial–, teniendo en cuenta que la complejidad de algunos casos puede confundir a los profesionales con relación al origen de determinados comportamientos e inducir a la utilización de criterios equivocados para su resolución.
Por ejemplo, hace unos años asistí a una reunión de equipo para el tratamiento de un alumno con parálisis cerebral y, dadas las escasas respuestas positivas a los instrumentos convencionales y clasificaciones estandarizadas, se concluyó que era un niño con discapacidad mental severa. Sin embargo, el tiempo y nuevas miradas con otras técnicas de observación permitieron revertir la hipótesis y se pudo tomar en cuenta la incidencia que tenía el fuerte compromiso motor y que interfería al momento de conocer su nivel de comprensión y conocimiento.
Las distintas modalidades y técnicas que se aplican a los efectos de un diagnóstico más preciso e integral, que actúe como referente o punto de partida para la acción pero nunca como pronóstico cerrado, incluye el modelo tradicional de diagnóstico, que emplea técnicas psicométricas y proyectivas con la finalidad de evaluar lo que es o tiene el alumno. Otro modelo, el de evaluación conductual, intenta el análisis objetivo de los comportamientos del sujeto, mediante la utilización de técnicas de observación sistemáticas, autoinformes de situación y respuestas a entrevistas estructuradas. En la pedagogía operatoria, el diagnóstico del desarrollo intelectual se toma en el sentido de una organización progresiva, por lo cual se sitúa al niño en un estadio de desarrollo determinado y se combina la utilización del método experimental con la entrevista clínica.
El diagnóstico basado en la evaluación de estilos cognitivos considera las formas de aprender, de enseñar, y la interacción entre ambas al momento de analizar las dificultades de un alumno en la escuela o el aula. La evaluación de los climas de clase toma en cuenta distintas variables: relacional, desarrollo personal, organización, dinámica grupo-clase, actividades, apoyos, técnicas e instrumentos para la accesibilidad del conocimiento, modos de circulación del saber.
La evaluación del potencial de aprendizaje se funda en la zona del desarrollo potencial, definida como la distancia entre el desarrollo real, por el cual el sujeto puede resolver sólo un problema, y el nivel de desarrollo potencial, por el cual puede hacerlo bajo la supervisión o colaboración de otro, que pueden ser el adulto o sus pares más competentes. Esta modalidad de evaluación de aprendizaje es muy importante en educación porque supone la reconsideración del desarrollo como producto del aprendizaje social y los estímulos del ambiente en el que vive el niño. Tomarlos en cuenta reposiciona a su vez la función de la escuela como portadora de enseñanza.
Desde hace ya algunos años, la Organización Mundial de la Salud y la Asociación Americana sobre Retardo Mental cambiaron la concepción de la discapacidad mental: la clasificación ahora utilizada se focaliza en el entorno, en las conductas funcionales y necesidades de apoyo de las personas. La discapacidad aparece entonces como resultante de la interacción entre las características propias del sujeto y las variables ambientales, tanto físicas como sociales y de recursos. A partir de este marco se busca unificar un lenguaje en torno de la discapacidad, con intención de describir más que clasificar, y surgen algunos principios básicos: las limitaciones del funcionamiento presente deben considerarse en ambientes de igual cultura y edad; la evaluación, para ser válida, deberá recuperar la diversidad cultural y de lenguas, las diferencias comunicacionales y características sensoriales, motoras y comportamentales; en los sujetos coexisten capacidades y discapacidades, y los apoyos actúan como beneficios y posibilitan el mejoramiento de las situaciones de discapacidad.
Se recupera la interrelación entre lo genético y lo adquirido, lo biológico y lo cultural, lo físico y lo emocional, lo innato y lo construido, aspectos que generalmente se vio escindidos. Las dicotomías entre naturaleza y educación, o entre genes y entorno, son mitos: aun el feto en desarrollo siempre es producto tanto de su ADN como del entorno de ese ADN.
Vale la pena reforzar esta idea de naturaleza y contexto ensamblados, aun desde antes de nacer. Más aún, como bien lo desarrolla Bartra en Antropología del cerebro. La conciencia y los sistemas simbólicos (2006), “la plasticidad del cerebro no está determinada genéticamente, sino que requiere del aprendizaje y la experiencia para que las neuronas formen los mapas que permitan al individuo ser consciente del mundo que lo rodea”. En palabras del propio Bartra, es posible que la respuesta al misterio de la mente humana “se encuentre en un tipo de investigación que no acepte la separación tajante entre el espacio neuronal interior y los circuitos culturales externos (...), para ello habría que pensar que los procesos cognitivos son como una botella de Klein, donde el interior es también exterior”.
Si es posible que en cada uno de nosotros esté la huella de los trazos mnésicos que dejaron las experiencias de las generaciones anteriores, cuánto más habrá que preocuparse para que el contexto de desarrollo del niño sea rico en experiencias de interacción que lo potenciarán como sujeto. Es preciso crear esa zona de desarrollo próximo que neutralice los efectos de cualquier pronóstico preconcebido negativamente y utilizar criterios diagnósticos que contemplen estas posibilidades frente al fracaso escolar o la discapacidad. El contexto no constituye una variable externa que influye en las acciones, sino que es inherente a los procesos de desarrollo del niño.
* Licenciada en Educación. Miembro de Redos (Red de Docentes Solidarios), espacio de asesoramiento y capacitación para la construcción de contextos democráticos. gracielagonzalez50@gmail.com.
Texto extractado del trabajo “Discapacidad, salud, educación"
Fuente: Página/12
http://www.pagina12.com.ar/diario/psicologia/9-128283-2009-07-16.html

Violencia Juvenil: Decisiones con sentido común.

Gracias al aporte de la Dra. Mónica Barrera que me hizo llegar este invalorable material que espero sea de gran utilidad a la hora de tomar decisiones educativas, familiares, sanitarias y judiciales en lo que respecta a las conductas desafiantes y transgresoras de nuestros niños y jóvenes. No estoy a favor de la violencia ni del autoritarismo, pero sí a favor del orden, la disciplina, la salud y la justicia, y creo que teniendo a la vista los resultados nefastos de la falsa educación "democrática" mediante la implementación del "lessé faire", las medidas pedagógicas aplicadas por este juez español vendrían muy bien a nuestra sociedad de la que todos somos miembros parte y responsables.

Emilio Calatayud
De Wikipedia, la enciclopedia libre
Emilio Calatayud Pérez (Ciudad Real, 22 de diciembre de 1955) es un magistrado español, juez de menores de Granada conocido por sus sentencias ejemplares.
Biografía [editar]
Cuando contaba trece años, en 1968, su padre le internó por díscolo en el Colegio Campillos de Málaga, un lugar con fama de estricto correccional; esta experiencia le marcó profundamente y orientó su futura especialización profesional. En 1977 se licenció en Derecho (ICADE) en la Universidad de Deusto. Accedió a la carrera judicial en 1980 y fue destinado a Guimar (Tenerife) como juez de distrito. En 1984 es destinado a los juzgados de Granada y ascendió a magistrado en el año 1987. Se especializó como juez de menores y en 1988 es titular del Juzgado de Menores Único de Granada, donde ejerció como juez suplente de vigilancia penitenciaria. Entre 1993 y 2001 es decano de los juzgados de Granada. En 2007 publica el libro Reflexiones de un juez de menores.
Es famoso por las sentencias curiosas, ejemplares y basadas en la educación más que en el mero castigo. Ejemplos de ellas pueden ser:
1. Impartir 100 horas de clases de informática a estudiantes a un joven que había crackeado varias empresas granadinas provocando daños por 2000 .
2. 100 horas de servicio a la comunidad patrullando junto a un policía local por haber conducido temerariamente y sin permiso.
3. 50 horas dibujando un cómic de 15 páginas, en el que cuenta la causa por la que le condenaban.
4. Visitas a la planta de traumatología de Granada por conducir un ciclomotor sin seguro.
5. Para un joven que circulaba borracho, visitar durante un día entero a parapléjicos, hablar con ellos y sus familias para eleborar más tarde una redacción.
6. Trabajar con los bomberos por haber quemado papeleras.
Bibliografía [editar]
Calatayud Pérez, Emilio; Muñoz Oya, José Rogelio; Ramos Ariza, María Caridad (1995). Legislación básica sobre menores infractores. Editorial Comares. ISBN 978-84-8151-116-1.
Rienda, José (2007). Emilio Calatayud: reflexiones de un juez de menores. Dauro Ediciones. ISBN 978-84-96677-09-8.
http://www.youtube.com/watch?v=K2GTauJT5Vg

http://www.youtube.com/watch?v=91gDdSSX_jk&NR=1


jueves, 3 de diciembre de 2009

Jornada de Trabajo “Prevención del Abuso contra Niños, y Niñas y Adolescentes”











Finalmente, en el marco de las actividades programadas para el Día Mundial y Nacional de Prevención del Abuso contra los Niños, se llevó a cabo la Jornada de Trabajo “Prevención del Abuso contra los Niños, y Niñas y Adolescentes” coordinada por la Prof. Dra. Ana María Martorella y con la participación de la Dra. Mónica Barrera (Abogada) disertando sobre aspectos legales de la tramitación judicial de los niños víctimas de Abuso sexual Infantil.

Dicha Jornada se desarrolló en una de las dependencias de la Municipalidad del Partido de Gral. Pueyrredón debido a problemas de infraestructura en el Recinto del Honorable Consejo Deliberante.

Entre los concurrentes se hallaban representantes de instituciones públicas y privadas de origen sanitario, educativo y judicial: Lic. en Trabajo Social María Eugenia Epele del Hospital Materno Infantil de Mar del Plata, Acompañante Terapéutico Andrea Perez, Dra. Norma D’Addato Regner (abogada), Dra. María Silvina Alvarez Ferrari de la Asesoría de Incapaces Nº 2 del Poder Judicial de Mar del Plata, Dra. Ofelia Parodi (Asesora de DIPREGEP del Consejo Escolar del Partido de Gral. Pueyrredón), Lic. en Trabajo Social Alicia Echarri (ONG), Sra. Norma Beatriz Somoza de la Casita Solidaria, Alejandra Germinario, Sra. Graciela De Gregorio, y profesionales representantes del Juzgado Federal que trabajan en Trata de Personas, y del Juzgado de Familia Nº 2 del Poder Judicial de Mar del Plata junto al Consejo Municipal de Protección a la Niñez.
Durante la Jornada se disertó sobre aspectos neurobiológicos comprometidos en los niños afectados de Trastornos de Estrés Postraumático por Abuso Sexual Infantil y su revictimización por acciones judiciales en desconocimiento de las consecuencias psíquicas y psicosomáticas observadas en niños y adolescentes que han debido declarar en causas penales durante el debate o en Cámara Gesell, teniendo en cuenta los reclamos de algunos profesionales psicólogos sobre la inconstitucionalidad del uso de este recurso terapéutico en ámbitos judiciales.
Por su parte la Dra. Mónica Barrera disertó sobre los aspectos legales y estrategias de intervención frente a los requerimientos judiciales de revinculación de los niños víctimas de Abuso Sexual Infantil con sus supuestos perpetradores durante el largo proceso judicial penal. Así mismo, la Dra. Barrera se explayó sobre el privilegio del principio de inocencia del supuesto abusador que fundamenta el mandato de revinculación, a través de ejemplificaciones surgidas de su vasta experiencia profesional en esta problemática.

Se insitió en la revisión legislativa que regula la obtención de la prueba mediante la declaración testimonial de los niños y adolescentes víctimas y que los revictimiza.
En el cierre de la Jornada, los asistentes acordaron en la necesidad de establecer redes de trabajo y reiteración de estos encuentros con el objeto de facilitar la tarea y mejorar las intervenciones teniendo en cuenta el superior interés de los niños.

También se hicieron presentes los medios gráficos, televisivos y radiales locales: Diario El Atlántico, Canal 2 y LU6 Radio Atlántica.

Embarazo adolescente y consumo

El OAD y la Dirección Provincial Materno Infantil de la Provincia de Mendoza, ante la necesidad de investigar sobre la incidencia del consumo de sustancias psicoactivas en las malformaciones congénitas de hijos de madres adolescentes, llevaron adelante el estudio "Consumo de sustancias psicoactivas y embarazo adolescente".La investigación se realizó en el Hospital Luis C. Lagomaggiore, entre mayo y octubre de 2006. Se realizaron un total de 776 encuestas en el primer día de puerperio, a mujeres de entre 12 y 20 años ingresadas a la maternidad, con un riguroso control de los nacimientos de madres adolescentes ocurridos el día anterior.

Consumo de sustancias psicoactivas
En relación al análisis de consumo de tabaco, el porcentaje detectado de entrevistadas fumadoras es importante, ya que alcanza el 70% de la muestra.
La prevalencia de mes, es decir aquellas que han fumado durante los últimos treinta días, alcanzó al 11.2%, y la prevalencia de año llegó al 32.4% de las entrevistadas.
En el 97.2% de los casos, las adolescentes abandonaron o disminuyeron el consumo debido a su embarazo.
En cuanto al consumo de alcohol, el porcentaje que manifestó haber bebido alguna vez (76.8%) es elevado.
El promedio de tragos durante los días de semana arrojó 0.5 trago por día y el promedio de tragos durante los fines de semana fue de 3.2 tragos por día. (Se consideró un trago el equivalente a una lata de cerveza, una copa de vino o una medida de whisky).
Sin embargo, existe una marcada tendencia a disminuir el consumo durante el embarazo.
Las conclusiones del consumo de marihuana, arrojaron los siguientes resultados: el 7.4% de las adolescentes encuestadas (56 casos) consumieron marihuana.
La edad de inicio es de 15.1 años, y coincide con la edad de comienzo de relaciones sexuales y de consumo de alcohol. Es más frecuente en adolescentes de bajo nivel de instrucción y, al igual que en las sustancias anteriores, el embarazo determinó en la gran mayoría de los casos, abandonar el consumo.
También se incluyó una sección denominada “Otras sustancias”, donde se indagó sobre cocaína, y otras no tan frecuentes como, por ejemplo, crack.
Respecto al ofrecimiento de cocaína, sobre el total de la muestra, “le ofrecieron cocaína alguna vez en su vida” a 90 encuestadas, lo que corresponde al 12.6% del total. Ahora bien, de estos 90 casos refieren haber consumido dicha sustancia 11 casos, que representan el 1,4% de la muestra.
Sobre pasta base, la encuesta muestra que les fue ofrecida al 1.8% del total (8 casos), y ninguna adolescente refiere su consumo.
Mientras que los inhalantes, fueron ofrecidos al 9,9% de las adolescentes encuestadas, correspondiendo a 69 casos. Se registraron 11 casos de consumo, que representa al 1,4% del total.
Los estimulantes, por su parte, fueron ofrecidos al 0,5% de la muestra. Se registraron 4 casos y no se detectó consumo. En 38 casos, hubo ofrecimiento de sedantes, lo que arrojó el 5,7% del total. Su consumo, corresponde al 2% de la muestra.
Consecuencias del consumo
Otra de las secciones de la encuesta, incluye un cuestionario acerca del nivel de conocimiento de las consecuencias del uso de sustancias psicoactivas (PSA). Los resultados indicaron que las encuestadas tienen conciencia del daño para la salud. Sin embargo, llama la atención que el 29,7% de la muestra (170 casos) considere que las pastillas para dormir/calmar nervios no son perjudiciales, así como el 12,5% (93 casos) no consideraron perjudicial para la salud a la marihuana.
En términos generales, la encuesta muestra que cuanto menos perjudicial se considera una PSA existe mayor relación entre ofrecimiento/consumo. La cocaína, que presenta mayores índices como perjudicial para la salud, presenta también la menor relación ofrecimiento/consumo. A uno de cada cuatro adolescentes que se les ofrece marihuana, aceptan y consumen; en tanto que uno de cada diez, acepta y consume cocaína.
Trabajo-estudioUna de las conclusiones más importante del trabajo fue el análisis sobre la situación laboral, en forma conjunta con la asistencia escolar.
El 82,3% de las encuestadas no estudia ni trabaja. Si se compara este grupo con las que sí trabajan o estudian, se observa que el consumo de marihuana y cocaína es muy superior en este grupo sin inserción en el sistema educativo o en la actividad económica, indicando un mayor nivel de vulnerabilidad social.
RecomendacionesTres determinantes socioculturales surgen con claridad del análisis efectuado:
el “tiempo libre”, ya que las adolescentes que no trabajan o estudian presentan indicadores de consumo significativamente mayores;
el proceso información/capacitación, ya que la relación ofrecimiento/consumo está, en parte, determinada por el conocimiento de la sustancia y su acción perjudicial para la salud;
la permisividad de consumo de PSA lícitas, es decir tabaco y alcohol, se demostró la relación significativamente mayor de consumo de marihuana y cocaína en este grupo.
Las recomendaciones efectuadas para el embarazo adolescente y el consumo de sustancias tienen un eje común dado por el proceso información/capacitación. En consecuencia, deberían sumarse a los contenidos de capacitación en educación sexual-salud reproductiva los correspondientes al conocimiento de PSA.
También, se recomienda ampliar los contenidos del control prenatal, insistiendo que frente a una embarazada adolescente se debe indagar sobre el consumo de PSA e informar sus efectos sobre el feto.

Acerca del difícil problema de la violencia

Por Nora Bär
Noticias de Ciencia/Salud:
Miércoles 2 de diciembre de 2009 Publicado en edición impresa

Por qué, si todos los chicos nacen en un estado de inocencia prístina, algunos desembocan en el callejón sin salida de la violencia y la desesperación?
Aunque resulte increíble, hace unos días esta pregunta (filosófica si las hay) surgió naturalmente en medio de una conversación de circunstancia con un taxista porteño que me traía de regreso al diario. Ambos habíamos alabado segundos antes la "viveza" y "rapidez" de las generaciones jóvenes, su habilidad para dominar rápidamente los nuevos medios de comunicación, su innata y espontánea avidez por "entender" y aprender. Ambos observamos que, independientemente de su origen y de su circunstancia, salvo en casos muy extremos, todos los recién nacidos exhiben una inteligencia que deslumbra desde el primer minuto de vida... Cualquiera que haya tenido a uno entre los brazos lo sabe.
Ahí fue cuando se nos plantó el interrogante en el centro del cerebro y ya no pudimos eludirlo. Y aunque la pregunta admite diferentes respuestas, ninguna de ellas debería prescindir de las evidencias que viene reuniendo la ciencia.
Mucha agua pasó bajo los puentes desde que Thomas Hobbes concibió su visión del ser humano como un adicto a la guerra. Hoy se sabe que los humanos somos naturalmente empáticos con nuestros congéneres y estamos deseosos de ayudar. Ya a los tres años, los chicos quieren respetar las reglas, por ejemplo, en sus juegos.
Estas tendencias deberían prolongarse a lo largo del desarrollo... si se dieran las condiciones mínimas a las que debería aspirar todo individuo -una buena alimentación, cariño, estímulos-, que son precisamente las que la pobreza y la marginalidad ponen en riesgo.
En un reciente simposio internacional sobre "el cerebro social" realizado en Buenos Aires, algunos de los más destacados neurobiólogos actuales mostraron, por ejemplo, que el abuso y el maltrato pueden "dislocar" los circuitos cerebrales infantiles de tal modo que, en lugar de empatía frente al dolor ajeno, ciertas personalidades experimenten placer. Agréguese a esto el handicap cognitivo de la falta de hierro en las etapas tempranas del sistema nervioso, la marginación y la falta de horizontes, y la violencia parecerá una consecuencia casi ¿lógica? de una suma de injusticias. Ojalá bastara con agregar agentes para terminar con la violencia... Lamentablemente, el problema no parece admitir soluciones sencillas...
nbar@lanacion.com.ar