05 OCT 10 Entre los 14 y los 94 años
Cómo es el sexo en el siglo XXI
A partir de los 40 muchos hombres y mujeres se olvidan del preservativo. En los últimos 20 años, la imaginación ha enriquecido los encuentros íntimos.
El Mundo, España
Laura Tardón Madrid
Sólo una de cada cuatro relaciones sexuales incluyen el uso del preservativo. Y, a pesar de lo que se pueda pensar, lo utilizan más los adolescentes que los adultos. Especialmente a partir de los 40 "dejan de preocuparse por los posibles embarazos y es cuando menos se recurre a este método anticonceptivo". Así lo desvelan nueve estudios realizados en EEUU y publicados en un número especial de la revista 'Journal of Sexual Medicine'. Sus autores advierten, por lo tanto, que es necesario reforzar los mensajes dirigidos a la población adulta, para recordar los riesgos que corre y cómo prevenirlos.
Ésta no es la única conclusión que se extrae de la investigación, centrada en los comportamientos más íntimos de 5.865 estadounidenses entre 14 y 94 años. Según los autores, del Centro de Promoción de Salud Sexual (CSHP), en la Universidad de Indiana (EEUU), "entre los adolescentes y los mayores de 70 años, la masturbación es más común que la actividad sexual en pareja". Como subrayan los investigadores, esta práctica es tan sólo una más dentro de las 40 descritas por la población en su repertorio sexual.
Al parecer, y dados los resultados, la imaginación en la cama se ha enriquecido en los últimos 20 años. Con este estudio "damos respuesta a las curiosidades que la gente tiene sobre la vida sexual de los demás", explica Debby Herbenick, director asociado de CSHP. "Analizamos la frecuencia con la que hombres y mujeres practican sexo a lo largo de los años, en qué consisten sus encuentros y si se divierten o experimentan algún tipo de disfunción".
Las cosas han cambiado: "Ahora, los adultos raramente se conforman con el coito. Aunque sigue siendo la práctica sexual más común, suele venir acompañada de otros juegos, como la masturbación y el sexo oral". Y aún más, cada vez más adultos, hombres y mujeres, sienten curiosidad por intimar con alguien de su mismo sexo y lo prueban.
Más allá del amplio repertorio sexual de la población, para alcanzar el orgasmo en pareja, los hombres prefieren un acto sexual con coito vaginal. A ellas, sin embargo, les resulta más fácil si a la cópula le acompañan otros juegos de cama. "Nuestros resultados son interesantes para la curiosidad del público general y también para los profesionales médicos, ya que, por ejemplo, conocer el uso del preservativo en los distintos grupos de población les ayuda a dirigir sus esfuerzos sobre la prevención de las enfermedades de transmisión sexual y el embarazo", señalan los investigadores.
A diferencia de otros trabajos, éste, además de ser el "más amplio y completo realizado hasta la fecha", incluye los comportamientos de los adolescentes. "Existe la impresión de que los jóvenes cada vez comienzan sus prácticas sexuales más pronto", comenta Dennis Fortenberry, profesor de Pediatría y otro de los autores de este conjunto de trabajos. "Nuestros datos demuestran que, para ellos, el sexo en pareja es importante, pero no dominante en su vida íntima. De hecho, muchos son responsables y, o bien se abstienen, o utilizan preservativo cuando tienen encuentros".
15 MAR 10 Falta de consenso
¿Y tú qué entiendes por tener sexo?
No existe acuerdo en la población sobre qué comportamientos implican haber tenido sexo. Este hecho tiene implicaciones en la investigación y la educación sexual. Para una de cada cinco personas la penetración sin eyaculación no es sexo.
El Mundo, España
PATRICIA MATEY
MADRID.- Si un amigo, vecino o compañero de trabajo te comenta que anoche mantuvo relaciones sexuales, tendrás que adivinar realmente lo que ocurrió. Porque tal y como acaba de poner en evidencia un nuevo estudio no existe un consenso uniforme sobre lo que significa 'sexo' para hombres y mujeres de todas las edades.
"Entender el significado de la palabra sexo tiene implicaciones para la investigación biomédica, la educación sexual de la población y la práctica clínica... Investigadores, padres, médicos y educadores sexuales deberían ser cautelosos y no asumir que su propio concepto es el mismo que poseen sus hijos, sus pacientes o sus alumnos cuando se les pregunta sobre este tema", comentan los autores, dirigidos por Brandon Hill, de la Universidad de Indiana (EEUU).
De hecho, ¿se considera que el sexo oral lo es? No para un 30% de los participantes de la nueva investigación. En ella, 204 hombres y 282 mujeres, de 18 a 96 años, han respondido a distintos cuestionarios sobre comportamientos sexuales. Los datos, publicados en la revista 'Sexual Health', revelan la falta de consenso en su definición.
Avala esta conclusión el hecho de que "el 95% de los encuestados opina que las relaciones sexuales con penetración vaginal (PVI, sus siglas en inglés) sí responden al concepto de tener sexo, pero esta cifra desciende hasta el 89% cuando no se produce la eyaculación".
En cuanto al sexo oral, un 81% de los participantes defiende la existencia de sexo cuando se produce la penetración. Sin embargo, sólo un 77% de los jóvenes de entre 18 y 29 años creen que esta práctica es sexo, una cifra que desciende hasta el 50% en los varones de más edad y al 67% en las mujeres más mayores.
"No hay acuerdo universal en cuanto a qué comportamientos pueden constituir haber tenido sexo. Estos resultados destacan la diversidad de opiniones acerca de los comportamientos que constituyen haber mantenido relaciones sexuales. La gran mayoría cree que sí lo es si hay penetración; pero uno de cada cinco responde que no cuando no se produce la eyaculación", rezan las conclusiones del trabajo.
A tener en cuenta
En declaraciones a ELMUNDO.es Miren Larrazabal Murillo, directora del Instituto Kaplan de Psicología y Sexología (Madrid) y Presidenta de la Federación de Sociedades Españolas de Sexología (FESS), explica que el estudio confirma algo que se sabe desde hace tiempo "como es el hecho de que la mayoría crea que sólo son relaciones sexuales aquéllas en las que hay penetración, coito y eyaculación"
Esta disparidad de criterio puede tener repercusiones de todo tipo en las consultas médicas. "Si un médico tiene un paciente con síntomas de enfermedad de transmisión sexual es muy común que le pregunte sobre el número de parejas sexuales. Esta cifra, según se desprende de la investigación, difiere claramente entre los pacientes", sentencian los investigadores.
Lo mismo sucede a la hora de llevar a cabo ensayos clínicos. "Los científicos deben extremar la precaución en la construcción de preguntas, porque de no hacerlo pueden dar lugar a sesgo que distorsionen en gran medida los resultados del trabajo", agregan.
La mayoría de estudios de este tipo se han llevado a cabo en población joven, pero éste es uno de los primeros "que cuenta con participantes de todas las edades".
Una definición cultural
Uno de los aspectos en el que más hacen hincapié los investigadores es en que "existe una indefinición de qué es el sexo en nuestra cultura y medios de comunicación. Si las personas no consideran ciertas conductas sexuales, no pueden pensar que los mensajes de salud sexual que hablan de conductas de riesgo van dirigidos a ellos. La epidemia del sida nos ha obligado a ser mucho más específicos acerca de la identificación de comportamientos específicos que ponen a las personas en situación de riesgo, pero todavía hay mucho margen para mejorar", agregan.
"Los clínicos conocen esta realidad y por eso, en la primera encuesta de salud sexual que acaba de darse a conocer y que hemos realizado junto con el Ministerio de Sanidad, no hemos preguntado, por ejemplo, a qué edad fueran tus primeras relaciones sexuales, sino que hemos elaborado un cuestionario específico. Las preguntas eran claras y directas ('has tenido sexo anal', por ejemplo) porque si no se puede llegar a la confusión y el valor de la encuesta se pierde", concluye por su parte la especialista española.
Cree además que los expertos ya están "valorando que dentro del amplio abanico de las relaciones sexuales, cada persona entiende por 'tener sexo' una realidad distinta, por lo que suelen alejarse de las preguntas genéricas e inespecíficas".
________________________________________
Satisfacción sexual: ¿penetración o masturbación?
Por Juan Ignacio Martínez Salamanca: urólogo del área de Medicina Sexual en el Hospital Universitario Puerta de Hierro-Majadahonda y en el Hospital Ruber Internacional, Madrid.
En la literatura científica en Medicina Sexual son pocos los trabajos serios sobre comportamientos sexuales humanos que se publican. Recientemente el grupo de Stuart Brody del Reino Unido ha publicado en 'Journal of Sexual Medicine' un interesante estudio.
Los autores pretenden responder la pregunta de qué tipo de comportamientos sexuales producen mayor satisfacción al individuo o a su pareja: masturbación, penetración vaginal, sexo anal y sexo oral.
Un reciente estudio publicado también en esta revista y desarrollado en 27 países revela que la insatisfacción sexual está muy presente en nuestras vidas, afectando a un 58% de las mujeres y un 57% de los hombres encuestados. Estos porcentajes son llamativamente altos y claramente hay mucho por mejorar.
Mas allá de las convicciones religiosas de cada uno, la vida sexual es salud y así lo reconoce la Organización Mundial de la Salud en su definición del año 2002.
"Salud sexual es un estado de bienestar físico, emocional, mental y social relacionado con la sexualidad; no es meramente la ausencia de enfermedad, disfunción o debilidad. La salud sexual requiere un acercamiento positivo y respetuoso hacia la sexualidad y las relaciones sexuales, así como la posibilidad de obtener placer y experiencias sexuales seguras, libres de coerción, discriminación y violencia. Para que la salud sexual se logre y se mantenga, los derechos sexuales de todas las personas deben ser respetados, protegidos y cumplidos".
En general, se admite que los niveles mayores de satisfacción sexual en la mujer se producen tras el orgasmo alcanzado tras penetración vaginal y no tanto mediante el conseguido tras estimulación clitoroidea.
Ya Freud apuntaba las mismas observaciones afirmando que la mejor manera para liberar la tensión en una personalidad femenina madura era el coito vaginal. Fisiológicamente, tras un orgasmo vaginal la liberación de prolactina (hormona relacionada con sensación de bienestar sexual-saciedad) en 400% veces mayor que tras una masturbación.
Los hallazgos de este trabajo realizado en más de 2.810 personas, arrojan que las relaciones sexuales mediante penetración vaginal (y, por tanto, el orgasmo), son las más valoradas tanto por hombres como por mujeres en su escala de satisfacción sexual y, es más, esta sensación subjetiva de satisfacción se correlaciona de manera inversa con la masturbación.
Además, estas asociaciones se relacionaban con el número veces, es decir, a mayor número de relaciones sexuales con penetración más satisfacción y felicidad, y a mayor número de masturbaciones, menor satisfacción y menor felicidad.
Estas mediciones mediante cuestionarios de la felicidad y satisfacción individual se traducían a la pareja en su globalidad, aumentando la felicidad de ésta.
En líneas generales, este trabajo pone de manifiesto que las relaciones sexuales en las cuales se da y se recibe son más satisfactorias. En fin, que las relaciones intimas entre dos seres humanos que se quieren aumenta la felicidad de los mismos.
El Mundo, España
19 AGO 10 Tener en cuenta el contexto
El sexo en la adolescencia no tiene por qué ser 'malo'
Más que en la abstinencia, las claves del sexo durante la adolescencia quizás radiquen en el contexto que lo rodea.
El Mundo, España
Fotograma de la película 'Luna Nueva'. © 2008 Summit Entertainment
María Sainz Madrid
Según un estudio, realizado a jóvenes de 12 a 18 años, las relaciones en el seno de una pareja estable suelen ser menos 'dañinas' emocionalmente que los encuentros casuales con personas más desconocidas.
Durante la pasada reunión de la Asociación Americana de Sociología, los autores del citado trabajo -Bill McCarthy, de la Universidad de California Davis y Eric Grodsky, de la Universidad de Minnesota (ambas en EEUU)- quisieron exponer y debatir sobre los pros y los contras de las relaciones sexuales de los jóvenes. Más allá de las prácticas de riesgo o de las posibilidades de embarazo, se centraron en conocer el impacto sobre el rendimiento académico.
Gracias a la información aportada por un estudio nacional sobre la salud de los adolescentes (que recopila datos de las dos últimas décadas), estos expertos pudieron demostrar su hipótesis: "El contexto en el que se produce el acto sexual modera sustancialmente la relación entre este último y la educación".
Son varios los expertos y las asociaciones estadounidenses que abogan por imponer programas de abstinencia, en lugar de educar sexualmente a los jóvenes. Una práctica que, según destacan los autores del trabajo, puede resultar dañina al cargar las relaciones sexuales de connotaciones negativas que no sólo tienen que ver con "el embarazo o el poder contraer enfermedades sino que también incluyen daños sociológicos, psicológicos y [...] morales".
En la práctica, los adolescentes que son sexualmente activos mientras están en el instituto no tienen por qué ser más polémicos o sacar peores notas. O así queda demostrado en el trabajo de McCarthy y Grodsky, en el que se relacionó el sexo con distintas variables: nota media, aspiraciones universitarias, integración escolar, castigos recibidos en el centro educativo, número de veces que se faltó a clase...
Una relación romántica
En este sentido, la presencia de amor o romanticismo resulta esencial. "Los hombres y las mujeres que mantienen relaciones sexuales sólo con parejas 'románticas' puntúan de forma similar que los abstinentes, en las distintas mediciones educativas [...] Sin embargo, en los que se limitan a 'acostarse' con personas hacia las que, según ellos mismos, no existen estos sentimientos, las notas son bastante peores".
Aunque reconocen que determinadas relaciones sí pueden tener efectos perjudiciales sociológicos y/o psicológicos, los expertos resaltan que el mero hecho de posponerlas en el tiempo tampoco hace que estas personas sean inmunes a sufrir estas consecuencias más adelante. "Y es más, algunos estudios incluso han encontrado consecuencias positivas del sexo en la adolescencia, desde tener una alta autoestima hasta unos menores niveles de delincuencia", añaden.
El trabajo insiste, por tanto, en la importancia de tener en cuenta el contexto en el que se producen los encuentros sexuales. Y apoya la promoción de programas más amplios que no se centren sólo en la abstinencia como método de educación sexual.
"La sexualidad es una parte esencial del proceso de maduración [...] Si se crea un ambiente normativo que deslegitime la sexualidad adolescente en todos los contextos, perderemos la oportunidad de conferir legitimidad moral a la actividad sexual que tiene lugar dentro de una relación, una situación que es muy poco probable que afecte al ritmo escolar", concluye.
Cómo es el sexo en el siglo XXI
A partir de los 40 muchos hombres y mujeres se olvidan del preservativo. En los últimos 20 años, la imaginación ha enriquecido los encuentros íntimos.
El Mundo, España
Laura Tardón Madrid
Sólo una de cada cuatro relaciones sexuales incluyen el uso del preservativo. Y, a pesar de lo que se pueda pensar, lo utilizan más los adolescentes que los adultos. Especialmente a partir de los 40 "dejan de preocuparse por los posibles embarazos y es cuando menos se recurre a este método anticonceptivo". Así lo desvelan nueve estudios realizados en EEUU y publicados en un número especial de la revista 'Journal of Sexual Medicine'. Sus autores advierten, por lo tanto, que es necesario reforzar los mensajes dirigidos a la población adulta, para recordar los riesgos que corre y cómo prevenirlos.
Ésta no es la única conclusión que se extrae de la investigación, centrada en los comportamientos más íntimos de 5.865 estadounidenses entre 14 y 94 años. Según los autores, del Centro de Promoción de Salud Sexual (CSHP), en la Universidad de Indiana (EEUU), "entre los adolescentes y los mayores de 70 años, la masturbación es más común que la actividad sexual en pareja". Como subrayan los investigadores, esta práctica es tan sólo una más dentro de las 40 descritas por la población en su repertorio sexual.
Al parecer, y dados los resultados, la imaginación en la cama se ha enriquecido en los últimos 20 años. Con este estudio "damos respuesta a las curiosidades que la gente tiene sobre la vida sexual de los demás", explica Debby Herbenick, director asociado de CSHP. "Analizamos la frecuencia con la que hombres y mujeres practican sexo a lo largo de los años, en qué consisten sus encuentros y si se divierten o experimentan algún tipo de disfunción".
Las cosas han cambiado: "Ahora, los adultos raramente se conforman con el coito. Aunque sigue siendo la práctica sexual más común, suele venir acompañada de otros juegos, como la masturbación y el sexo oral". Y aún más, cada vez más adultos, hombres y mujeres, sienten curiosidad por intimar con alguien de su mismo sexo y lo prueban.
Más allá del amplio repertorio sexual de la población, para alcanzar el orgasmo en pareja, los hombres prefieren un acto sexual con coito vaginal. A ellas, sin embargo, les resulta más fácil si a la cópula le acompañan otros juegos de cama. "Nuestros resultados son interesantes para la curiosidad del público general y también para los profesionales médicos, ya que, por ejemplo, conocer el uso del preservativo en los distintos grupos de población les ayuda a dirigir sus esfuerzos sobre la prevención de las enfermedades de transmisión sexual y el embarazo", señalan los investigadores.
A diferencia de otros trabajos, éste, además de ser el "más amplio y completo realizado hasta la fecha", incluye los comportamientos de los adolescentes. "Existe la impresión de que los jóvenes cada vez comienzan sus prácticas sexuales más pronto", comenta Dennis Fortenberry, profesor de Pediatría y otro de los autores de este conjunto de trabajos. "Nuestros datos demuestran que, para ellos, el sexo en pareja es importante, pero no dominante en su vida íntima. De hecho, muchos son responsables y, o bien se abstienen, o utilizan preservativo cuando tienen encuentros".
15 MAR 10 Falta de consenso
¿Y tú qué entiendes por tener sexo?
No existe acuerdo en la población sobre qué comportamientos implican haber tenido sexo. Este hecho tiene implicaciones en la investigación y la educación sexual. Para una de cada cinco personas la penetración sin eyaculación no es sexo.
El Mundo, España
PATRICIA MATEY
MADRID.- Si un amigo, vecino o compañero de trabajo te comenta que anoche mantuvo relaciones sexuales, tendrás que adivinar realmente lo que ocurrió. Porque tal y como acaba de poner en evidencia un nuevo estudio no existe un consenso uniforme sobre lo que significa 'sexo' para hombres y mujeres de todas las edades.
"Entender el significado de la palabra sexo tiene implicaciones para la investigación biomédica, la educación sexual de la población y la práctica clínica... Investigadores, padres, médicos y educadores sexuales deberían ser cautelosos y no asumir que su propio concepto es el mismo que poseen sus hijos, sus pacientes o sus alumnos cuando se les pregunta sobre este tema", comentan los autores, dirigidos por Brandon Hill, de la Universidad de Indiana (EEUU).
De hecho, ¿se considera que el sexo oral lo es? No para un 30% de los participantes de la nueva investigación. En ella, 204 hombres y 282 mujeres, de 18 a 96 años, han respondido a distintos cuestionarios sobre comportamientos sexuales. Los datos, publicados en la revista 'Sexual Health', revelan la falta de consenso en su definición.
Avala esta conclusión el hecho de que "el 95% de los encuestados opina que las relaciones sexuales con penetración vaginal (PVI, sus siglas en inglés) sí responden al concepto de tener sexo, pero esta cifra desciende hasta el 89% cuando no se produce la eyaculación".
En cuanto al sexo oral, un 81% de los participantes defiende la existencia de sexo cuando se produce la penetración. Sin embargo, sólo un 77% de los jóvenes de entre 18 y 29 años creen que esta práctica es sexo, una cifra que desciende hasta el 50% en los varones de más edad y al 67% en las mujeres más mayores.
"No hay acuerdo universal en cuanto a qué comportamientos pueden constituir haber tenido sexo. Estos resultados destacan la diversidad de opiniones acerca de los comportamientos que constituyen haber mantenido relaciones sexuales. La gran mayoría cree que sí lo es si hay penetración; pero uno de cada cinco responde que no cuando no se produce la eyaculación", rezan las conclusiones del trabajo.
A tener en cuenta
En declaraciones a ELMUNDO.es Miren Larrazabal Murillo, directora del Instituto Kaplan de Psicología y Sexología (Madrid) y Presidenta de la Federación de Sociedades Españolas de Sexología (FESS), explica que el estudio confirma algo que se sabe desde hace tiempo "como es el hecho de que la mayoría crea que sólo son relaciones sexuales aquéllas en las que hay penetración, coito y eyaculación"
Esta disparidad de criterio puede tener repercusiones de todo tipo en las consultas médicas. "Si un médico tiene un paciente con síntomas de enfermedad de transmisión sexual es muy común que le pregunte sobre el número de parejas sexuales. Esta cifra, según se desprende de la investigación, difiere claramente entre los pacientes", sentencian los investigadores.
Lo mismo sucede a la hora de llevar a cabo ensayos clínicos. "Los científicos deben extremar la precaución en la construcción de preguntas, porque de no hacerlo pueden dar lugar a sesgo que distorsionen en gran medida los resultados del trabajo", agregan.
La mayoría de estudios de este tipo se han llevado a cabo en población joven, pero éste es uno de los primeros "que cuenta con participantes de todas las edades".
Una definición cultural
Uno de los aspectos en el que más hacen hincapié los investigadores es en que "existe una indefinición de qué es el sexo en nuestra cultura y medios de comunicación. Si las personas no consideran ciertas conductas sexuales, no pueden pensar que los mensajes de salud sexual que hablan de conductas de riesgo van dirigidos a ellos. La epidemia del sida nos ha obligado a ser mucho más específicos acerca de la identificación de comportamientos específicos que ponen a las personas en situación de riesgo, pero todavía hay mucho margen para mejorar", agregan.
"Los clínicos conocen esta realidad y por eso, en la primera encuesta de salud sexual que acaba de darse a conocer y que hemos realizado junto con el Ministerio de Sanidad, no hemos preguntado, por ejemplo, a qué edad fueran tus primeras relaciones sexuales, sino que hemos elaborado un cuestionario específico. Las preguntas eran claras y directas ('has tenido sexo anal', por ejemplo) porque si no se puede llegar a la confusión y el valor de la encuesta se pierde", concluye por su parte la especialista española.
Cree además que los expertos ya están "valorando que dentro del amplio abanico de las relaciones sexuales, cada persona entiende por 'tener sexo' una realidad distinta, por lo que suelen alejarse de las preguntas genéricas e inespecíficas".
________________________________________
Satisfacción sexual: ¿penetración o masturbación?
Por Juan Ignacio Martínez Salamanca: urólogo del área de Medicina Sexual en el Hospital Universitario Puerta de Hierro-Majadahonda y en el Hospital Ruber Internacional, Madrid.
En la literatura científica en Medicina Sexual son pocos los trabajos serios sobre comportamientos sexuales humanos que se publican. Recientemente el grupo de Stuart Brody del Reino Unido ha publicado en 'Journal of Sexual Medicine' un interesante estudio.
Los autores pretenden responder la pregunta de qué tipo de comportamientos sexuales producen mayor satisfacción al individuo o a su pareja: masturbación, penetración vaginal, sexo anal y sexo oral.
Un reciente estudio publicado también en esta revista y desarrollado en 27 países revela que la insatisfacción sexual está muy presente en nuestras vidas, afectando a un 58% de las mujeres y un 57% de los hombres encuestados. Estos porcentajes son llamativamente altos y claramente hay mucho por mejorar.
Mas allá de las convicciones religiosas de cada uno, la vida sexual es salud y así lo reconoce la Organización Mundial de la Salud en su definición del año 2002.
"Salud sexual es un estado de bienestar físico, emocional, mental y social relacionado con la sexualidad; no es meramente la ausencia de enfermedad, disfunción o debilidad. La salud sexual requiere un acercamiento positivo y respetuoso hacia la sexualidad y las relaciones sexuales, así como la posibilidad de obtener placer y experiencias sexuales seguras, libres de coerción, discriminación y violencia. Para que la salud sexual se logre y se mantenga, los derechos sexuales de todas las personas deben ser respetados, protegidos y cumplidos".
En general, se admite que los niveles mayores de satisfacción sexual en la mujer se producen tras el orgasmo alcanzado tras penetración vaginal y no tanto mediante el conseguido tras estimulación clitoroidea.
Ya Freud apuntaba las mismas observaciones afirmando que la mejor manera para liberar la tensión en una personalidad femenina madura era el coito vaginal. Fisiológicamente, tras un orgasmo vaginal la liberación de prolactina (hormona relacionada con sensación de bienestar sexual-saciedad) en 400% veces mayor que tras una masturbación.
Los hallazgos de este trabajo realizado en más de 2.810 personas, arrojan que las relaciones sexuales mediante penetración vaginal (y, por tanto, el orgasmo), son las más valoradas tanto por hombres como por mujeres en su escala de satisfacción sexual y, es más, esta sensación subjetiva de satisfacción se correlaciona de manera inversa con la masturbación.
Además, estas asociaciones se relacionaban con el número veces, es decir, a mayor número de relaciones sexuales con penetración más satisfacción y felicidad, y a mayor número de masturbaciones, menor satisfacción y menor felicidad.
Estas mediciones mediante cuestionarios de la felicidad y satisfacción individual se traducían a la pareja en su globalidad, aumentando la felicidad de ésta.
En líneas generales, este trabajo pone de manifiesto que las relaciones sexuales en las cuales se da y se recibe son más satisfactorias. En fin, que las relaciones intimas entre dos seres humanos que se quieren aumenta la felicidad de los mismos.
El Mundo, España
19 AGO 10 Tener en cuenta el contexto
El sexo en la adolescencia no tiene por qué ser 'malo'
Más que en la abstinencia, las claves del sexo durante la adolescencia quizás radiquen en el contexto que lo rodea.
El Mundo, España
Fotograma de la película 'Luna Nueva'. © 2008 Summit Entertainment
María Sainz Madrid
Según un estudio, realizado a jóvenes de 12 a 18 años, las relaciones en el seno de una pareja estable suelen ser menos 'dañinas' emocionalmente que los encuentros casuales con personas más desconocidas.
Durante la pasada reunión de la Asociación Americana de Sociología, los autores del citado trabajo -Bill McCarthy, de la Universidad de California Davis y Eric Grodsky, de la Universidad de Minnesota (ambas en EEUU)- quisieron exponer y debatir sobre los pros y los contras de las relaciones sexuales de los jóvenes. Más allá de las prácticas de riesgo o de las posibilidades de embarazo, se centraron en conocer el impacto sobre el rendimiento académico.
Gracias a la información aportada por un estudio nacional sobre la salud de los adolescentes (que recopila datos de las dos últimas décadas), estos expertos pudieron demostrar su hipótesis: "El contexto en el que se produce el acto sexual modera sustancialmente la relación entre este último y la educación".
Son varios los expertos y las asociaciones estadounidenses que abogan por imponer programas de abstinencia, en lugar de educar sexualmente a los jóvenes. Una práctica que, según destacan los autores del trabajo, puede resultar dañina al cargar las relaciones sexuales de connotaciones negativas que no sólo tienen que ver con "el embarazo o el poder contraer enfermedades sino que también incluyen daños sociológicos, psicológicos y [...] morales".
En la práctica, los adolescentes que son sexualmente activos mientras están en el instituto no tienen por qué ser más polémicos o sacar peores notas. O así queda demostrado en el trabajo de McCarthy y Grodsky, en el que se relacionó el sexo con distintas variables: nota media, aspiraciones universitarias, integración escolar, castigos recibidos en el centro educativo, número de veces que se faltó a clase...
Una relación romántica
En este sentido, la presencia de amor o romanticismo resulta esencial. "Los hombres y las mujeres que mantienen relaciones sexuales sólo con parejas 'románticas' puntúan de forma similar que los abstinentes, en las distintas mediciones educativas [...] Sin embargo, en los que se limitan a 'acostarse' con personas hacia las que, según ellos mismos, no existen estos sentimientos, las notas son bastante peores".
Aunque reconocen que determinadas relaciones sí pueden tener efectos perjudiciales sociológicos y/o psicológicos, los expertos resaltan que el mero hecho de posponerlas en el tiempo tampoco hace que estas personas sean inmunes a sufrir estas consecuencias más adelante. "Y es más, algunos estudios incluso han encontrado consecuencias positivas del sexo en la adolescencia, desde tener una alta autoestima hasta unos menores niveles de delincuencia", añaden.
El trabajo insiste, por tanto, en la importancia de tener en cuenta el contexto en el que se producen los encuentros sexuales. Y apoya la promoción de programas más amplios que no se centren sólo en la abstinencia como método de educación sexual.
"La sexualidad es una parte esencial del proceso de maduración [...] Si se crea un ambiente normativo que deslegitime la sexualidad adolescente en todos los contextos, perderemos la oportunidad de conferir legitimidad moral a la actividad sexual que tiene lugar dentro de una relación, una situación que es muy poco probable que afecte al ritmo escolar", concluye.
No hay comentarios:
Publicar un comentario