Claves para evitar accidentes en el agua

Noticias de Ciencia/Salud: Domingo 13 de diciembre de 2009 Publicado en edición impresa
Para disfrutar sin riesgo de las piletas y los deportes acuáticos
Pediatras elaboraron un documento para prevenir el ahogamiento, que es la segunda causa de muerte en menores de 15 años
Fabiola Czubaj
LA NACION
El calor ya invita a zambullirse en la pileta o a preparar el kayak o la moto acuática para disfrutar del río o del mar. Por eso es muy oportuno tomar algunas precauciones con los chicos y los adolescentes para evitar los accidentes.
Pero ¿cuál es el mejor chaleco salvavidas? ¿Hay que usar casco para andar en moto de agua? ¿Sirve la matronatación para aprender a nadar? ¿Cuándo se considera segura una pileta? ¿Conviene zambullirse en un espejo de agua? ¿Cuándo es seguro llevar un bebe a bordo?
Las respuestas, elaboradas por un grupo de pediatras especializados en prevención de accidentes, ayudan a evitar el ahogamiento, la segunda causa de muerte en los menores de 15 años. "La «noción del peligro», que es un conjunto de percepciones y aprendizajes que resguardan la integridad física, se adquiere a alrededor de los 4 años", precisan los autores del Consenso Nacional de Prevención del Ahogamiento de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).
Esa es la mejor edad para empezar con las clases de natación, que suelen ser más efectivas cuando están a cargo de un profesor y no de un familiar. El contacto previo con el agua, como ocurre con la matronatación, "sirve para que el chico tome confianza con el agua y que aprenda a disfrutar y a respetar el agua, pero no para que aprenda a nadar ni a mantenerse a flote; además, puede generar en los padres una falsa sensación de seguridad. Con la primera bocanada de agua que traga un chico, ya no puede gritar ni pedir ayuda", explicó el doctor Carlos Nasta, presidente de la Subcomisión de Prevención de Accidentes de la SAP y redactor del documento.
Junto con él, 38 pediatras revisaron todas las normas nacionales e internacionales para prevenir los factores de riesgo asociados con las actividades en el agua de chicos y de adolescentes. El trabajo reveló una gran desorganización de esas normas. "Existe una gran desinformación y una gran dispersión de la información, que también es ambigua, contradictoria o deformada. Esto es apenas un puntapié fundacional a un documento serio y ordenado."
El chaleco, incluido para los menores de 4 años, se debe comprar según el peso y no la edad de los chicos. Debe mantenerlos a flote, con la cabeza fuera del agua; tener una abertura en el frente, con tres broches de seguridad como mínimo y una correa no extensible, que una la parte delantera y trasera por la ingle con un broche.
Los expertos desaconsejan el uso de brazaletes inflables, colchonetas, cámaras de automóvil o los salvavidas anulares clásicos de las embarcaciones porque "no ofrecen ninguna garantía", ni siquiera en una pileta segura.
En los arroyos, los ríos, las lagunas o el mar, la turbidez, los pozos de agua y la contracorriente actúan como "trampas" para los chicos, ya que facilitan el desplazamiento del cuerpo al sumergirse e impiden reconocer rápidamente signos de agotamiento. Para ingresar en un espejo de aguas oscuras, recién a partir de los 8 o 10 años, un chico debe hacerlo caminado lentamente y de la mano de un adulto. La primera inmersión es conveniente hacerla con zapatillas livianas para evitar lesiones.

Edades adecuadas para navegar
El consenso recomienda no llevar a pequeños de hasta 2 años a bordo de embarcaciones de remo (kayaks, canoas, piraguas o botes), con motor fuera de borda (gomones, motos de agua o lanchas pescadoras) o con velas. A partir de los 2 años, pueden hacerlo, pero con chaleco y junto con un adulto que sepa nadar.
El uso del optimist está permitido a partir de los 8 años, con vigilancia; el kayak y la piragua, desde los 10 años con curso de entrenamiento y chaleco; las motos de agua, a partir de los 16 años, a baja velocidad y con el chaleco puesto. "El uso del casco es polémico -se lee en el documento, que se puede conseguir en la SAP-. Sus ventajas ante un vuelco en el agua son obvias. Su desventaja sería la sofocación por la correa de seguridad y el ahogamiento al llenarse de agua."
Siempre, los expertos recomiendan que el responsable de supervisar las actividades en el agua no se distraiga, tenga visión directa de los chicos y conozca las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP), que evitan la muerte inminente.

CHICOS ROCIADOS CON PESTICIDAS TRABAJAN COMO BANDERAS HUMANAS.

Quien sabe que se comete un crimen y no lo denuncia es un cómplice

José Martí

El 'mosquito' es una máquina que vuela bajo y 'riega' una nube de plaguicida.

'A veces me agarra dolor de cabeza en el medio del campo. Yo siempre llevo remera con cuello alto para taparme la cara y la cabeza'.
Gentileza de Arturo Avellaneda arturavellaneda@ msn.com


LOS NIÑOS FUMIGADOS DE LA SOJA

Argentina / Norte de la provincia de Santa Fe

Diario La Capital

Las Petacas, Santa Fe, 29 septiembre 2006

El viejo territorio de La Forestal, la empresa inglesa que arrasó con el quebracho colorado, embolsó millones de libras esterlinas en ganancias, convirtió bosques en desiertos, abandonó decenas de pueblos en el agujero negro de la desocupación y gozó de la complicidad de administraciones nacionales, provinciales y regionales durante más de ochenta años.
Las Petacas se llama el exacto escenario del segundo estado argentino donde los pibes son usados como señales para fumigar.
Chicos que serán rociados con herbicidas y pesticidas mientras trabajan como postes, como banderas humanas y luego serán reemplazados por otros.
'Primero se comienza a fumigar en las esquinas, lo que se llama 'esquinero'.
Después, hay que contar 24 pasos hacia un costado desde el último lugar donde pasó el 'mosquito', desde el punto del medio de la máquina y pararse allí', dice uno de los pibes entre los catorce y dieciséis años de edad.
El 'mosquito' es una máquina que vuela bajo y 'riega' una nube de plaguicida.
Para que el conductor sepa dónde tiene que fumigar, los productores agropecuarios de la zona encontraron una solución económica: chicos de menos de 16 años, se paran con una bandera en el sitio a fumigar..
Los rocían con 'Randap' y a veces '2-4 D' (herbicidas usados sobre todo para cultivar soja). También tiran insecticidas y mata yuyos.
Tienen un olor fuertísimo.

'A veces también ayudamos a cargar el tanque. Cuando hay viento en contra nos da la nube y nos moja toda la cara', describe el niño señal, el pibe que será contaminado, el número que apenas alguien tendrá en cuenta para un módico presupuesto de inversiones en el norte santafesino.
No hay protección de ningún tipo.
Y cuando señalan el campo para que pase el mosquito cobran entre veinte y veinticinco centavos la hectárea y cincuenta centavos cuando el plaguicida se esparce desde un tractor que 'va más lerdo', dice uno de los chicos.
'Con el 'mosquito' hacen 100 o 150 hectáreas por día. Se trabaja con dos banderilleros, uno para la ida y otro para la vuelta. Trabajamos desde que sale el sol hasta la nochecita. A veces nos dan de comer ahí y otras nos traen a casa, depende del productor', agregan los entrevistados.
Uno de los chicos dice que sabe que esos líquidos le puede hacer mal: 'Que tengamos cáncer', ejemplifica. 'Hace tres o cuatro años que trabajamos en esto. En los tiempos de calor hay que aguantárselo al rayo del sol y encima el olor de ese líquido te revienta la cabeza.
A veces me agarra dolor de cabeza en el medio del campo. Yo siempre llevo remera con cuello alto para taparme la cara y la cabeza', dicen las voces de los pibes envenenados.
-Nos buscan dos productores.
Cada uno tiene su gente, pero algunos no porque usan banderillero satelital.
Hacemos un descanso al mediodía y caminamos 200 hectáreas por día.
No nos cansamos mucho porque estamos acostumbrados.
A mí me dolía la cabeza y temblaba todo. Fui al médico y me dijo que era por el trabajo que hacía, que estaba enfermo por eso', remarcan los niños.
El padre de los pibes ya no puede acompañar a sus hijos. No soporta más las hinchazones del estómago, contó. 'No tenemos otra opción. Necesitamos hacer cualquier trabajo', dice el papá cuando intenta explicar por qué sus hijos se exponen a semejante asesinato en etapas.
La Agrupación de Vecinos Autoconvocados de Las Petacas y la Fundación para la Defensa del Ambiente habían emplazado al presidente comunal Miguel Ángel Battistelli para que elabore un programa de erradicación de actividades contaminantes relacionadas con las explotaciones agropecuarias y el uso de agroquímicos.
No hubo avances.
Los pibes siguen de banderas.
Es en Las Petacas, norte profundo santafesino, donde todavía siguen vivas las garras de los continuadores de La Forestal.
Fuente: Diario La Capital, Rosario, Argentina

sábado, 16 de octubre de 2010

Aripiprazol: Una revisión de su uso en paidopsiquiatría.

http://www.psiquiatria.com/articulos/psicofarmacos/abilify/47428/
Autor-es: Francisco Javier Domínguez Belloso a; Antonio Soto Loza b; Carmen Cordón Pérez c.. a Complejo Hospitalario de Palencia. Servicio de Psiquiatría: Unidad de Agudos
Av. San Telmo 21
34004 Palencia


b Hospital Clínico Universitario de Valladolid. Servicio de Psiquiatría: Psiquiatría de Enlace
Av. Ramón y Cajal Nº3
47011 Valladolid


c Equipo de Atención Primaria Centro-Gamazo. Pediatría
Paseo Filipinos s/n
47007 Valladolid


Recibido el 09/03/2010
Palabras claves: Aripripazol, Esquizofrenia,Trastorno bipolar, Trastornos generalizados del desarrollo, Eficacia, Niños y adolescentes.
Keywords: Aripiprazole, Schizophrenia, Bipolar disorder, Developmental disorder, Efficacy, Children and adolescents.)

Resumen
Aripiprazol es un antipsicótico que posee un mecanismo de acción novedoso al ser un agonista parcial de los receptores D2 dopaminérgicos. Este hecho ha motivado su inclusión en el grupo de los denominados antipsicóticos de tercera generación, también llamados agonistas parciales de dopamina, estabilizadores de dopamina o “moduladores del sistema dopamina-serotonina”. Los ensayos clínicos controlados han demostrado la eficacia de aripiprazol en niños y adolescentes con esquizofrenia, trastorno bipolar y trastornos del comportamiento asociado con autismo. Los estudios abiertos demuestran eficacia en los trastornos por tic y trastornos del comportamiento, mientras que los estudios naturalísticos y retrospectivos demostraron un descenso en la gravedad de la sintomatología. Aripiprazol se caracteriza por presenta un excelente perfil de tolerancia y seguridad: escaso aumento de peso, pocos efectos metabólicos, buen perfil sobre funciones cognitivas y no incrementa los niveles de prolactina ni alarga el intervalo QTc. Para conseguir este perfil de tolerancia es importante familiarizarse con su dosificación y en la estrategia de cambio de un antipsicótico a aripiprazol para prevenir la acatisia y el síndrome de activación.

Introducción
Aripiprazol es un derivado de la quinolinona: 7-[4-[4-(2,3-diclorofenil)-1-piperazinil] butoxi]-3,4-dihidro-2(1H)-quinolinona (1), desarrollado por Otsuka Pharmaceutical Co., Ltd. Se trata de un antipsicótico que posee un mecanismo de acción novedoso que ha motivado su inclusión en el grupo de los denominados antipsicóticos de tercera generación (ATG) para diferenciarlo de los de segunda generación (ASG) (2,3).
La Food and Drug Administration (FDA) estadounidense aprobó en el año 2002 la indicación de aripiprazol para el tratamiento de la esquizofrenia en adultos y en adolescentes entre 13 y 17 años. Posteriormente la FDA incluyó dos nuevas indicaciones: tratamiento de mantenimiento de los pacientes con trastorno bipolar con episodio reciente de manía o mixto en adultos y niños entre 10 y 17 años, y tratamiento complementario de la depresión mayor en el adulto. Recientemente el mismo organismo ha aprobado su indicación en el tratamiento de la irritabilidad en el autismo en niños y adolescentes entre 6 y 17 años. Por su parte la Agencia Europea del Medicamento (EMEA) lo autorizó en el año 2004 para el tratamiento de la esquizofrenia en adultos y adolescentes mayores de 15 años, y en el año 2008 para el tratamiento del trastorno bipolar de tipo I, en concreto, para el tratamiento de los episodios de manía moderados a severos y para la prevención de nuevos episodios maniacos en pacientes adultos.

UTILIZACIÓN EN POBLACIONES ESPECIALES

En pacientes en edad infanto-juvenil la farmacocinética de aripiprazol es similar a la de los adultos. En pacientes mayores de 65 años la eficacia de aripiprazol en el tratamiento de esquizofrenia no ha sido estudiada. Debido a una mayor sensibilidad en esta población y que el aclaramiento del metabolito activo deshidro-aripiprazol está reducido en un 20% en las personas mayores en relación a los adultos jóvenes, se debe considerar iniciar el tratamiento con una dosis menor. No es necesario realizar un ajuste de dosis en los siguiente casos: insuficiencia renal, insuficiencia hepática leve a moderada, género, raza y fumadores.
El riego de teratogenia de los ASG es limitado y parece que están asociados a un mayor riesgo de complicaciones. Su utilización se hará dependiendo de tres factores: grado de severidad de la enfermedad mental, evaluación prudente del riesgo/beneficio y selección del fármaco valorando un equilibrio entre la seguridad y eficacia (13,14). La FDA incluyó aripiprazol en relación al embarazo en la categoría C. Esto significa que hay pruebas positivas de riesgo fetal humano, pero éste es aceptable por el beneficio que puede aportar. En estudios en animales a dosis máximas de 3 a 10 veces la dosis humana recomendada se ha encontrado evidencias de teratogeneidad y disminución del peso fetal. Se han publicado cuatro trabajos que han investigado la seguridad de aripiprazol en embarazos humanos (15-18). En una de ellas una mujer tuvo un hijo con hidrocefalia y ventriculomegalia (18), y en otra se expuso un caso de sufrimiento fetal (15). Aripiprazol se excreta en la leche de ratas tratadas durante la lactancia y se desconoce si se excreta en la leche humana, por este motivo no se recomienda la lactancia a pacientes que están tomando aripiprazol.

TRASTORNOS GENERALIZADOS DEL DESARROLLO

Los trastornos generalizados del desarrollo (TGD) aparecen precozmente, antes de los tres años, y se caracterizan por un desarrollo deficiente de la interacción social y comunicación, además de un repertorio restringido de actividades e intereses (23). Además, se asocian otros síntomas que también son objetivo del tratamiento: hiperactividad, falta de atención, comportamiento estereotipado e irritabilidad. Se estima que afecta a 2,2 niños de cada 1000. Los ASG se están convirtiendo en la primera línea de tratamiento farmacológico para la irritabilidad en niños y adolescentes con TGD (24).
Dos ensayos controlados con placebo en niños diagnosticados de autismo asociado con trastornos del comportamiento (rabietas, auto-heteroagresividad, irritabilidad) (25-28), incluyen un total de 316 niños y adolescentes (6 y 17 años), empleando en el primer ensayo dosis flexibles de aripiprazol (2-15 mg/día) y en el otro dosis de 5, 10, 15 mg/día, durante 8 semanas. Los resultados de eficacia fueron evaluados con las siguientes escalas clínicas: Aberrant Bahaviour Checklist-Irritability (ABC-I), Patient Quality of Life Enjoyment and Satisfaction Questionnaire (PEDSQL), Caregiver Strain Questionnaire (CGSQ), CGI-I, CGI-S. Los resultados mostraron en los dos ensayos una mejoría significativa a partir de la primera semana en todas las escalas sobre el placebo a dosis de 15 mg/día y durante la segunda semana a dosis de 5 y 10 mg/día.
Marcus et al. (29), realizaron otro ensayo clínico controlado con placebo que incluyó a 218 niños y adolescentes (6-17 años) diagnosticados de autismo con alteraciones del comportamiento. Fueron randomizados 1:1:1:1 con aripiprazol (5, 10, 15 mg/día) o placebo durante 8 semanas. La eficacia se evaluó con las escalas ABC-I y la CGI-I, obteniéndose diferencias significativas con aripiprazol respecto a placebo: -12,4 con 5 mg/día, -13,2 con 10 mg/día, -14,4 con 15 mg/día, 8,4 con placebo.
Dos ensayos abiertos han valorando la eficacia de aripiprazol en los pacientes diagnosticados de un TGD. Bastiaens et al. (30) en un estudio abierto comparó la eficacia de aripiprazol y ziprasidona en pacientes con agresividad con diversas patologías, sobre todo trastornos de conducta (30%). Pudo observar una mejoría clínica en la Overt Aggression Scale (OAS) en 20 pacientes de entre 6-17 años con una dosis media de aripiprazol de 4,5 +/- 2,3 mg/día. En este mismo estudio 14 pacientes completaron el ensayo con ziprasidona a dosis de 42,9 +/- 18 mg/día sin diferencias significativas entre ambos antipsicóticos. Stigler et al. (31) encuentra una mejoría significativa en las escalas ABC-I, CGI-I con un rango de dosis de aripiprazol de 2,5-15 mg/día en pacientes entre 5 y 17 años.
Hay también dos revisiones retrospectivas (32,33), un ensayo naturalístico restrospectivo (34) y una revisión de casos (35) en niños y adolescentes con irritabilidad y agresividad diagnosticados de un TGD asociado a otras patologías: retraso mental, trastorno bipolar, trastorno por déficit de atención (TADH), trastornos del comportamiento, trastornos del ánimo, trastornos adaptativos y trastornos del sueño. Aripiprazol demostró en todos ser eficaz y tener una buena tolerancia. Sin embargo, un diagnóstico de autismo con o sin retraso mental predijo menor eficacia clínica. Se ha publicado un caso de de tratamiento de TGD no especificado con aripiprazol (36), y otros dos del mismo trastorno asociado a síntomas catatónicos (37) y a un trastorno bipolar (38).
TRASTORNO BIPOLAR

El trastorno bipolar cada vez se diagnostica más en niños y adolescentes. Se estima que la prevalencia actual es del 1%. El 60% se presenta en comorbilidad con TADH. Los datos más recientes apoyan el uso de ASG para los estados maniacos o mixtos en los niños y adolescentes (39). Un ensayo controlado con placebo, multicéntrico, incluyó 296 pacientes entre 10 y 17 años diagnosticados de trastorno bipolar, episodio maníaco o mixto, con o sin síntomas psicóticos (40). Los pacientes fueron asignados aleatoriamente a recibir aripiprazol 10 mg, 30 mg o placebo. En la Young Mania Rating Scale (YMRS) respondieron el 50 % de los tratados con 10 mg/día y el 56 % de los tratados con 30 mg/día (respuesta: más del 50 % de reducción en los síntomas), y ambos grupos tuvieron una reducción significativa en comparación con el placebo a partir de la primera semana. En otro ensayo controlado, también con 296 pacientes entre 10 y 17 años, Findling et at (41), obtuvieron una respuesta en la YMRS de 44,8 % con 10 mg/día y 63,6 % con 30 mg/día. Resultados similares en eficacia y tolerabilidad han sido publicados en una revisión (42), en estudios retrospectivos (43,44) y en un ensayo clínico abierto (45).
Además de un caso clínico (46) también han sido publicados tres ensayos clínicos, uno abierto y dos controlados, que han evaluado la eficacia de aripiprazol en pacientes bipolares con comorbilidad con TADH. Los tres estudios coincidieron en la mejoría de los síntomas afectivos en la escala YMRS, pero no de los síntomas del TADH (47-49).
TRASTORNOS POR DÉFICIT DE ATENCIÓN Y COMPORTAMIENTO PERTURBADOR

TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD

Findling et al. (50) en un ensayo clínico abierto de 6 semanas incluyó a 23 niños y adolescentes entre 8 y 12 años diagnosticados de TADH. Las escalas empleadas para valorar la eficacia fueron: ADHD Rating Scale-IV (ARS-IV), CG-I, CGAS, Conners’ Continuous Performance Test II, y las subescalas Woodcock-Johnson y Stroop Color and Word Test. Catorce de los pacientes recibieron una dosis media de aripiprazol 6,7 mg/día que condujeron a una mejoría significativa general de ARS-IV y CGI-I. No hubo mejoría cognitiva.

TRASTORNOS DE COMPORTAMIENTO PERTURBADOR

Los trastornos de comportamiento perturbador incluye los trastornos de conducta, el trastorno negativista desafiante y el trastorno de comportamiento perturbador no especificado. Son trastornos frecuentes, tienen una prevalencia los dos primeros del 1-4% y 1-6% respectivamente en la población entre 9 y 17 años. Estos trastornos incluyen a menudo agresividad, violación de los derechos básicos de los demás y de las normas, lo que suele motivar la consulta con el psiquiatra. Aunque no hay un tratamiento aprobado para este grupo de población, la evidencia ha demostrado que el tratamiento con ASG es útil. En la actualidad, la investigación ha demostrado la eficacia de risperidona en el tratamiento de la conducta agresiva en esta población de pacientes. Se sigue investigando, sobre todo con ensayos a largo plazo, la eficacia de otros ASG: olanzapina, quetiapina y aripiprazol (51).
Se han publicado pocos ensayos sobre la eficacia del tratamiento de los trastornos de comportamiento perturbador con aripiprazol. Findling et al. (4,52) han realizado dos ensayos abiertos con un total de 46 niños y adolescentes entre 6-17 años. El primero con dosis iniciales de 0,1-0,2 mg / kg / día de aripiprazol, que dio lugar a algunos problemas de tolerancia, sobre todo vómitos y somnolencia, reduciéndose las dosis a la mitad, y el segundo con dosis en función del peso: <25 kg 1 mg/día, 25-50 kg 2 mg/día, 50-70 kg 10 mg/día. Los datos preliminares sugieren que el aripiprazol mejora los síntomas de los trastornos de conducta (comportamiento agresivo) sin afectar la función cognitiva de los niños y adolescentes. Sin embargo, se necesitan seguir realizando ensayos clínicos doble ciego con mayor número de pacientes y a largo plazo para confirmar estos datos.

TRASTORNOS DE TICS

El trastorno de la Tourette tiene su inicio en la infancia y se caracteriza por la presencia múltiples tics motores y vocales. La mayoría de estos pacientes también cumplen los criterios otros trastornos psiquiátricos comórbidos: trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), TADH, trastornos del estado de ánimo y trastornos de ansiedad. El curso de este trastorno es crónico y puede asociarse a un deterioro significativo. Actualmente los medicamentos aprobados para esta indicación son el haloperidol y pimocide (53).
Son varías las publicaciones que valoran la eficacia de aripiprazol en el tratamiento de los trastornos de tics. Tres ensayos abiertos en el uso de aripiprazol en el tratamiento del trastorno de la Tourette (53-55). Los resultados fueron valorados mediante la escala Yale Gobal Tic Severity Scale (YGTSS), en la que pudo apreciarse una reducción significativa en los pacientes participantes de 7-19 años (el estudio de Miranda incluyó pacientes entre 10 y 35 años) con dosis de aripiprazol entre 2,5 y 20 mg/día. Otras publicaciones son: un estudio piloto (56), un ensayo abierto (57), tres series de casos (58-60), y un estudio retrospectivo (61).
Murphy et al. (62) realizaron un ensayo abierto en pacientes entre 8-17 años con trastorno por tics con o sin comorbilidad con TOC y TADH durante 6 semanas con una dosis media de aripiprazol de 3,3 mg (1,25 -7,5 mg/día). Dos casos clínicos han sido publicados: Fountokales et al. (63) el de un adolescente con un trastorno de la Tourette y Lai (64) 2009 el de un adolescente con trastornos de tics y TOC farmacorresistente. En todos los estudios se ha encontrado una mejoría clínica significativa con una tolerancia razonable.

Conclusiones
Los datos de los ensayos clínicos controlados muestran la eficacia de aripiprazol en el tratamiento de los niños y adolescentes con: esquizofrenia, trastorno bipolar y trastornos del comportamiento asociado con autismo. En los estudios abiertos demuestra su eficacia en TADH, los trastornos por tics y trastornos del comportamiento. En estudios naturalistas y retrospectivos las escalas señalan un descenso en la gravedad de los pacientes (93).
A diferencia de otros ASG no parece haber ningún efecto sobre el intervalo QTc en el ECG. Los efectos adversos más significados fueron secación y somnolencia, SEP, acatisia, cefalea y náuseas. El impacto sobre el perfil metabólico es mínimo comparado con la mayoría de los ASG, con mínimos cambios en el peso o índice de masa corporal, tampoco hay cambios significativos en el metabolismo de la glucosa o lípidos, y no aumenta o incluso disminuye los niveles de prolactina.
Aripiprazol representa una importante alternativa para el tratamiento de niños y adolescentes que no se han beneficiado de la eficacia de otros antipsicóticos o éstos le han ocasionado efectos adversos (94).

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