Jueves 13 de Noviembre
17:00 A 18:00 hs..
Mesa “Bullying Social” a/c de Ana María Martorella
Participan: Marta Vega y José Luis Italiano.
TEMA BULLYING
Organizada por SADE ATLANTICA, dirigida a público en general.
Sala BESTIARIO de la Carpa Ferial ubicada en la Plaza Mitre, Avda. Colón y Mitre.
Coincidiendo con las actividades a nivel mundial del Día Mundial de Prevención del Abuso Infantil
El bullying o bullying social representa todo forma de acoso, y se puede manifestar en todos los ambientes sociales, no sólo el escolar. Tiene su origen en la envidia –y en su consecuencia, el abuso de poder- por parte de aquellos que padecen algún tipo de desvalorización profunda e irresuelta desde su infancia, y que les impide desarrollar aptitudes socialmente valoradas. Esta forma de acoso, que se expresa a través de conductas amenazantes tendientes a provocarle algún tipo de pérdida (material, física, afectiva) a aquel elegido como víctima, es ejercido por aquellos que en realidad se defienden con este tipo de conductas omnipotentes, que desarrollan para compensar sus propios sentimientos de inseguridad.
Los acosadores saben que tienen algún tipo de poder (económico, de mando o decisión, lazo afectivo) sobre sus víctimas, que en general se caracterizan por ser individuos responsables, capaces, destacables y generosos, hasta alcanzar, en algunos casos, sentimientos altruistas.
También, gozan humillando y avergonzando a sus víctimas que generalmente no se defienden con el mismo tipo de violencia que reciben, porque son conciliadores y obedientes, y no creen que haya gente tan perversa y egoísta, por no presentar la misma víctima ese tipo de sentimientos y conductas.
Aquel elegido como víctima luce como una persona que goza con lo que hace y vive, a la vez que se desempeña bien en sus tareas con autonomía, mientras que el acosador por lo general es inepto y con escasa voluntad para el esfuerzo y la iniciativa, por eso envidia hasta corromper o destruir totalmente a aquel que elige como adversario,
al que sólo cree poder vencer por la fuerza física o las amenazas de quitarle aquello que lo hace feliz.
al que sólo cree poder vencer por la fuerza física o las amenazas de quitarle aquello que lo hace feliz.
Egoístas, creen que todo les pertenece, inclusive la vida del Otro. El acosador abusa de su poder porque usa o intenta usar al Otro como si fuera un objeto, al cual sólo lo reconoce como ser vivo en su capacidad de sufrir. Incapaces de sentir empatía, son apropiadores de ideas, de trabajo, de objetos materiales, de los afectos del Otro, de la vida del Otro, igual que los violadores que penetran en el cuerpo de sus víctimas con la falsa idea de poder usar su cuerpo como si fuera su propio cuerpo, en sus actos de
locura.
locura.
Los acosadores no respetan las leyes naturales ni las sociales. Viven confundidos
en sus roles, y gastan su tiempo en investigar las debilidades del Otro para atacarlo en ese aspecto: sus puntos vulnerables. Este tipo de individuos padece un conflicto edípico incestuoso irresuelto, y puede ejercer su acoso y abuso de poder no sólo en los lugares de trabajo (contra compañeros o subordinados) o en la escuela (contra pares, compañeros de curso, docentes, alumnos), sino también en el propio seno de sus familias (padres a hijos, hijos a padres, entre hermanos, hijos contra parejas de los padres y a la inversa, etc.).
en sus roles, y gastan su tiempo en investigar las debilidades del Otro para atacarlo en ese aspecto: sus puntos vulnerables. Este tipo de individuos padece un conflicto edípico incestuoso irresuelto, y puede ejercer su acoso y abuso de poder no sólo en los lugares de trabajo (contra compañeros o subordinados) o en la escuela (contra pares, compañeros de curso, docentes, alumnos), sino también en el propio seno de sus familias (padres a hijos, hijos a padres, entre hermanos, hijos contra parejas de los padres y a la inversa, etc.).
Los acosadores son individuos que se sienten frustrados pero que intentan por todos
los medios ocultar sus falencias y debilidades, proyectándolas en Otros a través de su omnipotencia (abuso de poder), a modo de chantajes, buscando aliados que se le asemejen en esas mismas carencias de habilidades y destrezas laborales, profesionales, intelectuales y afectivas, prometiendo algún tipo de beneficio en esa asociación contra la víctima. Pero al final también serán traidores de sus propios camaradas.
los medios ocultar sus falencias y debilidades, proyectándolas en Otros a través de su omnipotencia (abuso de poder), a modo de chantajes, buscando aliados que se le asemejen en esas mismas carencias de habilidades y destrezas laborales, profesionales, intelectuales y afectivas, prometiendo algún tipo de beneficio en esa asociación contra la víctima. Pero al final también serán traidores de sus propios camaradas.
Los acosadores son infelices, nada los satisface, porque el vacío de afecto que
arrastran desde su infancia, por no haberse sentido amados por sus progenitores
o cuidadores, los cegó en la envidia. Mienten todo el tiempo y acusan de sus propios errores a sus víctimas, y están tan desvalidos que creen sus propias fabulaciones llenas de errores argumentales porque la realidad es irrebatible.
Si la víctima cede, renuncia y/o se enferma, ellos buscarán otra víctima, y en realidad nunca dejarán de ser víctimas de sí mismos porque viven autocompadeciéndose por lo que están convencidos que el otro siempre les arrebata injustamente.
Cuando quedan expuestos a la verdad y se revelan sus mentiras, lloran de modo infantil inventando más mentiras. Son peligrosos, pero el mayor riesgo lo
corren ellos mismos de arruinarse y exponerse a la condena social de ser rodeados sólo por in-válidos como ellos, relaciones carentes de fidelidad y nobleza. Aparentarán ser exitosos, pero en la intimidad saben la verdad de sus fracasos.
arrastran desde su infancia, por no haberse sentido amados por sus progenitores
o cuidadores, los cegó en la envidia. Mienten todo el tiempo y acusan de sus propios errores a sus víctimas, y están tan desvalidos que creen sus propias fabulaciones llenas de errores argumentales porque la realidad es irrebatible.
Si la víctima cede, renuncia y/o se enferma, ellos buscarán otra víctima, y en realidad nunca dejarán de ser víctimas de sí mismos porque viven autocompadeciéndose por lo que están convencidos que el otro siempre les arrebata injustamente.
Cuando quedan expuestos a la verdad y se revelan sus mentiras, lloran de modo infantil inventando más mentiras. Son peligrosos, pero el mayor riesgo lo
corren ellos mismos de arruinarse y exponerse a la condena social de ser rodeados sólo por in-válidos como ellos, relaciones carentes de fidelidad y nobleza. Aparentarán ser exitosos, pero en la intimidad saben la verdad de sus fracasos.
También, debe considerarse como bullying la actual crianza de los hijos fecundados para la satisfacción personal de sus padres heridos en su propio narcisismo infantil, padres que acosan a sus hijos exigiéndoles exitismo en destrezas con las que puedan lucrar económicamente o que les ofrezcan algún status social, que, por supuesto, no les pertenece. Roban hasta la propia identidad de sus hijos, con la excusa de darles las oportunidades que ellos no tuvieron (en realidad muchos las desecharon para no afrontar el esfuerzo), los avergüenzan y presionan si otros los superan, les exigen brillar por el brillo que a ellos mismos les falta; se apropian de la energía de sus propios hijos. Son egoístas faltos de idoneidad hasta para crear su propia vida; viven a través de los logros de los Otros. No respetan los deseos de terceros, y desean todo lo ajeno. Nada los colma, nada disfrutan, todo lo envidian, y todo lo destruyen.
Así está el mundo, dividido entre los acosadores y los aptos elegidos como víctimas, que deben aprender a luchar para no ser absorbidos por el sistema perverso de aquellos que contaminan todos los ambientes desde la vida intrauterina.
Y si el núcleo original de la primera sociedad fue y sigue siendo la familia, entonces la perversión, el bullying, nace en ella? En el mismo núcleo donde debe germinarse la construcción de la identidad, la individualización, o bien la indiferenciación y la alienación, el crisol donde se hacen y deshacen los nudos de los lazos y se conjugan sentimientos positivos y negativos, lazos familiares que también pueden ser violentos, abusivos y fuera de la ley.
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