
Dado que ningún tratamiento disponible para la enuresis nocturna es 100% efectivo, las recaídas durante la remisión de ese síntoma son normales.
"No son nada graves. Lo más importante es estudiar el motivo y tratar de resolverlo", aseguró a LA NACION la psicóloga Edith Vega, coordinadora de dos estudios sobre enuresis publicados en la revista Archivos Argentinos de Pediatría , de la SAP y coordinadora de actividades docentes de la Fundación Aiglé, una ONG que se dedica a la formación profesional ( www.aigle.org.ar ).
Allí, los investigadores demostraron la efectividad de un programa desarrollado hace tres décadas para entrenar a psicólogos y psiquiatras argentinos y extranjeros en el tratamiento de la micción nocturna involuntaria. El programa Enucip, con el que ya se atendieron mil chicos en el país y se aplicó por primera vez en la ex Casa Cuna, es grupal y dura entre 3 y 5 meses. Los chicos asisten una vez por semana y los padres, una vez por mes.
"Que sea en grupo les ayuda a los chicos a darse cuenta de que no son los únicos que se hacen pis en la cama, lo que generalmente viven con mucha vergüenza y frustración; además, eso permite trabajar la motivación", agregó Vega.
En dos pasos
Según la licenciada Patricia Pagés, que comenzó a aplicarlo en Salta hace 27 años, consta de dos pasos y en ninguna se utilizan fármacos. Todos los chicos llegan después de haber consultado al pediatra.
"Se les hace una evaluación inicial para conocer si reúnen los requisitos necesarios, o sea, mojar la cama por lo menos 2 o 3 noches por semana; que los chicos (no los padres) quieran resolver el problema; por eso, el programa se aplica recién entre los 6 o 7 años de edad, y que la enuresis no esté asociada con otra disfunción", explicó.
Los chicos reciben una planilla, que deben completar en casa con la frecuencia con que se hacen pis a la noche. El 11%, según dijo Vega, resuelve el problema al mes. Si no, se pasa al tratamiento de alarma, que consiste en el uso de un reloj, que se prende en la ropa interior y activa una alarma cuando la vejiga está llena y comienza la micción.
"El chico aprende a asociar ese sonido con el momento en que se tiene que despertar", señaló Pagés.
La hipótesis con que se trabaja en el programa es que existe algún problema asociado con el aprendizaje de la sensación corporal de querer hacer pis a la noche. En esta fase del programa, los chicos tienen que registrar en una planilla cuándo suena la alarma y cuándo no.
"Según el estudio sobre chicos enuréticos realizado en la Universidad de Tokio, su nivel de sueño es de difícil acceso a la conciencia. En los casos más graves, los investigadores observaron que el impulso para despertar que llegaba de la vejiga al cerebro no alcanzaba la corteza cerebral, lo que hace que no se produzca ni el despertar ni la inhibición de la micción", comentó Vega.
Los dos estudios publicados en la revista de la SAP demostraron que el 83% puede resolver el problema con sólo completar una planilla, como también lo recomienda durante tres noches el doctor Eduardo Ruiz en el Hospital Italiano, o con usar durante unos meses un reloj alarma. En el 17% restante de los casos, lo aconsejable es indagar clínicamente la existencia de algún otro problema.
Pero 3 de cada 10 de los que se recuperan, sufren una recaída y vuelven a usar el reloj durante 15 o 20 días. De ese grupo, el 10% recae. "Pero nunca al nivel inicial, sino con menos frecuencia. Esto nos demuestra que hay que respetar el ritmo de cada chico para resolver el problema", finalizó la experta.
Fabiola Czubaj
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